"Mi corazón se enamoró": con esas palabras el cura Don Riccardo Ceccobelli, sacerdote de la diócesis de Todi, en el centro de Italia, anunció que dejará su profesión por amor.
"Nunca he tenido la posibilidad de traicionar las promesas que hice. Pero quiero intentar vivir este amor", explicó el sacerdote Riccardo a su superior, el obispo Gualtiero Sigismondi, según un comunicado de prensa de la diócesis.
El sacerdote, que relató su historia el martes a la prensa, fue suspendido del servicio e inició los trámites para volver al estado laico, según la misma fuente.
"Agradezco a don Riccardo todo el servicio prestado hasta ahora. Y en primer lugar, le envío mis más sinceros deseos para que esa decisión, tomada en plena libertad como él mismo me dijo, le garantice la paz y la serenidad", declaró el obispo Sigismondi.
De 44 años, admitió que la decisión fue difícil porque ama y respeta a la Iglesia. "No logro ser coherente, transparente y correcto (con la Iglesia) como lo he sido hasta ahora", confesó, según el comunicado.
La confesión, en público, frente a su rebaño y a su obispo, la hizo durante la misa dominical.
Según el diario Il Corriere della Sera "todo el mundo sabía" en su pueblo, cerca de Perugia, que Riccardo estaba una mujer.
La identidad de la mujer por la que colgó la sotana no ha sido divulgada.
AFP
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