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El homenaje de Referí en el día de los utileros: un viaje al corazón del fútbol
La AUF decidió nombrar a la tercera fecha del Clausura como la fecha de los "Utileros del Fútbol Uruguayo"
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02 de septiembre de 2017 a las 13:26
Del otro lado del Cerro, Héctor Pereira es todo un personaje en la Villa. Incluso se permitió hacerle una broma a Francisco Casal por teléfono cuando el empresario quería comunicarse con Joaquín Boghossian, por una transferencia.
La Asociación Uruguaya de Fútbol decidió nombrar a la tercera fecha del Torneo Clausura "Utileros del Fútbol Uruguayo", tras la iniciativa de Referí de destacar la historias de sacrificio y superación de los personajes anónimos de cada club en una serie de capítulos que llevó el título de "Un viaje al corazón del fútbol".
Referí compartió -y seguirá compartiendo todos los lunes- las historias de los utileros del fútbol uruguayo, desde los equipos más poderosos hasta los más humildes, con un capítulo especial para Edgardo Di Mayo, el popular Minguta de la selección de fútbol.
Di Mayo se emocionó al recordar las mil anécdotas compartidas con Walter Ferreira pero hay una que pinta de cuerpo entero el ambiente de la selección: "Un día vino Pablo Caballero, que jugaba en Nacional y como era chueco, me contó que le hizo vendar las dos piernas porque le dijo: 'No viste que lo curé a Coelho que era chueco. Viste como lo dejé'. Entonces le dijo: 'Dormí la siesta pero véndate las dos piernas'. Dice que Caballero llevaba como dos horas atado y se estaba acalambrando".
La precariedad de los vestuarios, el esfuerzo a pulmón de trabajadores y jugadores, la prohibición de cambiar camisetas y cuidar cada prenda de ropa como si fuera la última y el deseo conjunto de salir adelante fueron algunos mensajes detrás de cada historia.
"Acá tenés que cuidar cada pilcha. La ropa es la justa. No te da para más. Las prioridades son otras y te manejas con lo que podés. Y los gurises reaccionan bien, capaz que le das una media de cada par y no te dicen me estás dando dos medias diferentes. Se ponen lo que tienen, no hay ninguna estrella", contó Juan Peña, utilero de Rampla Juniors, en la primera entrega de "Un viaje al corazón del fútbol".
También hay historias muy emotivas, como la de Enrique Rivero, utilero de Fénix Hincha de Danubio de toda la vida, comenzó a trabajar en Fénix y un vínculo especial con Martín Ligüera le permitió descubrir que su hijo era autista. El volante de Nacional aún lo ayuda y el utilero no tiene palabras para agradecerle al talentoso volante floridense.
Lea también: "Del supuesto robo a la confianza de Fleurquin, la utilería de Defensor".Del respeto a las camisetas y los colores, Leonardo Gallardo, conocido por todos como Cani, aprendió de golpe en Wanderers cuando un jugador tiró la camiseta al piso y lo cruzó el Vasco, Santiago Ostolaza, quien le dijo: "La camiseta se saca, se dobla, y se le da en la mano porque es la que te da de comer".
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El vestuario con la estufa a leña en el medio
En Racing el clima es especial. Julio Aguilera, el Peludo, tiene una cama anexada al vestuario porque de tantas horas de trabajo muchas veces se queda a dormir. El vestuario cervecero tiene una estufa leña adentro, donde Marcelo “Pato” Sosa hacía chorizos para comer después de los entrenamientos.
Pero si de gestos se trata, el que se lleva todos los aplausos es Ruben Sosa. "A Ruben lo vi con acciones como traer zapatos de regalos y organizar comidas que eran un disparate. Yo le decía: 'bo Ruben, esto es un disparate de comida'. Y el loco te decía: 'si pasa uno por Millán, y tiene hambre, le dan de comer".
Pocos utileros están tan identificados con un club como Mario Rodríguez con Danubio, testigo privilegiado de las noches en que Álvaro Recoba se quedaba pateando al arco hasta que el sol se iba. Arregló las chancletas de Zalayeta. Fue ayudado por Jadson Viera. Juntó monedas para comer fideos de día y de noche con el Canario Nelson Cabrera y hasta durmió en la casa donde vivían los jugadores. Su último deseo es que, cuando muera, sus cenizas sean esparcidas en la cancha.
Del sentimiento a las risa hay apenas un paso. Mario Pérez, utilero de Liverpool, convivió en el club con Julio Ribas y tiene mil anécdotas: “Con Julio Ribas tengo mil... Un día de verano volvíamos de Melilla, luego de entrenar, y veníamos por Redención. De repente pasan por la calle tres tarántulas del tamaño de mi mano. Y Julio me dice, '¡mirá Topo, pal que se porte mal!'. En Lomas (lugar de entrenamiento y concentración de Liverpool) tenemos un sótano. Y Julio me dice, "vamos a llevarlas y las dejamos en el sótano. El que se porte mal lo encerramos en el sótano con las tarántulas". ¡Y paró el ómnibus! Le dijo al chofer que pare. Y me dice: 'dale Topo, andá a agarrarlas'. Yo quedé helado: 'para Julio, no seas malo, yo hago cualquier cosa pero no me voy a bajar para agarrar la tarántulas esas'. Se dio vuelta y le gritó al Bomba Cáceres que era su ayudante. Se bajó, agarró una botella de plástico, la rompió, y las metió adentro. Y allá nos fuimos para Lomas con las tarántulas. Yo no lo podía creer. Después las tiró. Pero siempre andaba diciendo que iba a mandar a los jugadores al sótano".
Otros utileros son consejeros de los más jóvenes, como hizo Hugo Rodríguez con los jóvenes de Central Español una vez que Sebastián Abreu entró al vestuario: “Les dije a los muchachos que aprendiera de él porque si una persona lleva 40 años jugando, sin que nadie le regalara nada porque él salió de abajo como salimos varios, por algo es. Es un espejo. Van quedando pocos"
