El robot fue adquirido para la limpieza, pero ahora tiene una nueva función

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El robot de un hospital que ayuda a limpiar, canta y le regala una sonrisa a los pacientes

Fue creado en Singapur; dice que nunca quiere crecer y que la limpieza es su pasión
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19 de febrero de 2021 a las 12:35

"¿Te puedes apartar, por favor? ¡Tengo que limpiar!". Con una voz aguda en alemán, Franzi le hace ese pedido a toda persona que se le cruce en su camino en una clínica de Múnich. Si eso no basta, insiste: "¡Tienes que apartarte, ¡Quiero limpiar!".

Pero Franzi no forma parte del personal de servicio del hospital o, al menos, no del personal humano. Se trata de un robot, que si no consigue su objetivo de que su persona-obstáculo se aparte del camino, llega a derramar algunas lágrimas digitales en sus ojos formados por dos LED que cambian de color.

Su función es básicamente limpiar el suelo a través de un recorrido previamente diseñado. Pero en plena pandemia de coronavirus, este aparato inteligente y muy locuaz ha asumido, sin querer, otra tarea: arrancarle una sonrisa a los pacientes y al personal sanitario.

"Con la pandemia, las visitas están prohibidas por lo que Franzi distrae a los pacientes", cuenta Constance Rettler, de la empresa Dr. Rettler, encargada de la limpieza de la clínica Neuperlach y que ha proporcionado el robot.

"¿Te puedes apartar, por favor? ¡Tengo que limpiar!": la frase que Franzi repite cuando algo se le interpone en su camino

Tres veces al día, el artefacto recorre el vestíbulo del hospital con una bayeta automática que hace las veces de pies. Los pacientes, divertidos, le toman fotos. Otros "discuten" con el aparato de menos de un metro de altura.

"¡Ah, aquí estás amigo!", dice una señora mayor, con el gotero en el brazo, cuando lo ve.

"Recientemente, una de nuestras pacientes bajaba tres veces al día para hablar con él", dice Tanja Zacherl, responsable de la limpieza en la clínica.

 Apoyo para los empleados

"Nacida" en una empresa de Singapur, Franzi se llamaba Ella y hablaba inglés antes de llegar a Múnich a principios de año. Pero su alemán es perfecto cuando cuenta a sus interlocutores que "nunca quiere crecer" y que la limpieza es su pasión.

Si se lo piden, lo mismo puede cantar una canción de rap que algunos clásicos alemanes.

Franzi fue creado en Singapur

A los que temen que Franzi le quite el empleo a los trabajadores de carne y hueso, Rettler asegura que ese no es el objetivo.

El robot se destinará más bien a "apoyar" a sus colegas humanos, difíciles de encontrar, sobre todo en tiempos de coronavirus.

"Con la pandemia, hay que hacer muchos trabajos de desinfección en los hospitales", cuenta. "Nuestros empleados pueden concentrarse de las partes altas mientras Franzi se encarga del suelo".

De hecho, el robot tiene sus límites: no llega a las esquinas y si encuentra un obstáculo se queda quieto y empieza a llorar. Sólo un humano puede venir a ayudarle.

Tras un periodo de prueba de varias semanas, el hospital ha adoptado a Franzi. La empresa Rettler ha decidido mantenerlo pese a que cuesta 40.000 euros.

AFP

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