La política uruguaya está cambiando y, para darse cuenta, no es necesario saber quién es Juan Sartori. Si bien el multimillonario devenido en precandidato presidencial parece encarnar casi todo lo que los uruguayos aspirantes a la presidencia no han sido -casado en la isla griega de Skorpio con una rusa rica como él, recién llegado al país después de años viviendo en el extranjero, sin aspiraciones gubernativas hasta hace unos pocos meses, desconocido por la inmensa mayoría de los votantes, entre otras cosas- hay cierto desenfado en sus procederes que –sin ser tan evidentes- parecen estar ganando a buena parte de sus ahora colegas.
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