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El Suárez que la pelea en Villa Teresa

Diego es el menor de los cuatro hermanos de Luis Suárez que juegan al fútbol: hizo formativas en Nacional y tuvo que dejar de trabajar en la panadería de su familia para relanzar su carrera: “Yo vivo el presente y después veo qué pasa”
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01 de noviembre de 2012 a las 20:11

Bien desde abajo. Diego, el hermano menor de Luis Suárez, dejó de trabajar en la panadería de su familia para luchar por una oportunidad en el fútbol. Fue a parar a uno de los equipos más humildes de Uruguay: Villa Teresa. Su sueño es transformarse en un jugador de nivel internacional.

Nacido en Salto, y montevideano desde su primer año de vida, Diego, de 20 años de edad, proviene de una familia trabajadora. Comenzó desde niño a practicar fútbol en las calles de su barrio, La Comercial.

Con sus tres hermanos como guías, Dibu, como le dicen desde chico, se acercó a las formativas de Nacional con edad escolar para quedarse hasta Cuarta División, donde tuvo que dejar por problemas personales.

Tras su salida del tricolor, recaló en filas de Central Español, lugar en el que estuvo un año. Luego decidió probarse en Deportes La Serena del fútbol chileno, pero la suerte no lo acompañó, y volvió a Uruguay para defender nuevamente al equipo palermitano en el ascenso a Primera a principios de este año.

La nueva temporada empezó con el menor de los Suárez –además de Luis, Paolo y Maximiliano juegan en Isidro Metapán de El Salvador– sin equipo, hasta que finalmente, y a través de sus representantes, consiguió una oportunidad en Villa Teresa, un club de barrio que en el comienzo de temporada de la Segunda División Profesional cosechó cuatro de los nueve puntos disputados.

De la panadería a la cancha

“Hasta hace poco trabajé atendiendo a la gente en la panadería. Me reconocían porque se corría la bola en el barrio. Ahora dejé ese trabajo para dedicarme de lleno al fútbol”, dijo a El Observador Diego Suárez, tras un entrenamiento en el complejo de Racing Universitario en Paso de la Arena, en el oeste de Montevideo.

Luchando por un lugar en el primer equipo, Dibu debió esperar para participar del partido entre titulares y suplentes.

Pero luego de un primer tiempo aburrido, ingresó para revolucionar el ataque de los titulares con movimientos similares a esos que se le ven a un jugador que milita en la Premier League: “No sé qué cosas puedo tener parecidas a mi hermano. Yo en lo que me veo más similar es en la forma de correr. Trato de copiarle las cosas que me gustan. Hago lo que puedo… (risas)”, expresó quien tiene también como referentes futbolísticos a Álvaro “Chino” Recoba y a Didier Drogba.

Dibu es de pocas palabras y en muchos de sus gestos deja adivinar la presencia de su hermano. El corte de pelo, la sonrisa, el físico y su forma de moverse en la cancha terminan de confirmarlo.

“Hablo con él cada tanto. Cuando él no está complicado nos llama o lo llamamos nosotros. Hace ocho meses me tocó ir y estar en la final de la Carling Cup, y también el día que no le dio la mano a Evra”, dijo. Consultado por los hechos que suceden fin de semana tras fin de semana a raíz de este episodio con el francés, Suárez contestó: “Uno tiene cierta calentura por dentro porque sabe que esa es la forma de jugar de él. Trato de estar lo más tranquilo posible porque son muchos los que no lo quieren y los que lo quieren. Por suerte, a los hinchas de Liverpool se los puso en el bolsillo”.

Diego vive hace cerca de dos años en pareja y tiene un hijo, Ignacio, quien está por cumplir 3 años. Además, su familia está compuesta por un hermano de 7 años, su madre y dos hermanas, las dueñas de las panaderías “Tres Magos”.

“Estoy en Villa Teresa esperando la oportunidad, como lo hacen todos los jugadores. Este equipo es muy humilde y la pelea desde abajo. No se puede pedir mucho. Tenemos lo que tenemos y no nos falta nada. Yo vivo el presente y luego veo qué pasa” concluyó Diego, que, desde abajo, y con la humildad de su hermano Luis, luchará por ganarse su lugar en el mundo del fútbol.

Gerrard en el Villa

El apellido Suárez no solo se ha impuesto en Holanda o Inglaterra. A lo hecho por Luis hay que sumarle lo logrado por Paolo en el fútbol de El Salvador. En las últimas campañas su equipo, Isidro Metapán, consiguió múltiples títulos y su rendimiento lo llevó a que lo nacionalizaran salvadoreño para defender a ese país, algo que no se concretó porque según la FIFA no tenía los años de residencia necesarios.

Su otro hermano, Maximiliano, está en el mismo equipo pero en la reserva. Diego está dando sus primeros pasos en Villa Teresa, pero está en plena comunicación con sus hermanos. “Le pedí a Luis que me traiga los zapatos de (Steven) Gerrard, y no cumplió. Al mes me trajo los zapatos y también la remera. Los usé para venir a practicar un par de veces acá, pero ahora los tengo archivados en mi casa”, dijo Diego Suárez.

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