Espectáculos y Cultura > PROTOCOLO PROPUESTO
En junio: así se propone el regreso a los escenarios de la música uruguaya
Mientras las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura esperan por la aprobación en los próximos días de los protocolos sanitarios que permitirán la apertura de algunas salas teatrales, los autocines se van planteando como alternativa a las salas tradicionales, y con los anuncios de otros sectores que van regresando a las actividades, la industria de los espectáculos musicales también busca reactivar su funcionamiento.
Este fin de semana, en la ciudad de Castillos habrá un pequeño festival con el público en sus vehículos (Autofrecuencia), pero más allá de esa iniciativa, esta semana la agrupación Uruguay es música, que nuclea a productores, mánagers, promotores y responsables de salas, presentó al gobierno nacional y al de Montevideo su protocolo para el retorno a los shows, que será analizado y aprobado (o modificado), por ellos.
El protocolo elaborado plantea empezar desde una "etapa cero" en junio, ante la situación actual relativamente favorable de Uruguay en la pandemia, y a partir de allí ir avanzando en una apertura gradual, siempre que la situación sanitaria se mantenga en la misma línea.
Esa primera etapa se acopla a la normativa ya aplicada a bares y restaurantes, y establece que el público estará ubicado en mesas, de una capacidad máxima de cuatro personas en cada una, para una capacidad máxima en la sala de 150 personas. Cada mesa contará con alcohol en gel, y estarán ubicadas a una distancia mínima de 1,5 metros entre ellas.
El público ingresará a través de un "corredor sanitario", en el que se les tomará la temperatura, pasarán por una alfombra sanitaria y se les dará alcohol en gel para lavar sus manos. Además, será obligatorio el uso de tapabocas al ingresar, circular y retirarse de la sala, y solo podrá quitarse en la mesa. La circulación incluye las visitas al baño, donde también habrá implementos sanitarios y se pedirá mantener los 1,5 metros de distancia en la fila de ingreso.
El personal encargado de llevar comida y bebidas a la mesa lo hará de tapabocas y guantes, y se estimulará el uso de medios de pago electrónicos para evitar la manipulación de dinero.
Por su parte, los artistas deberán mantener también 1,5 metros de distancia entre ellos en el escenario, y los equipos técnicos estarán limitados en su cantidad al metraje del backstage de las distintas salas. Los shows deberán terminar a la medianoche, y no podrán durar más de dos horas y media en total.
En el caso de que la situación de la pandemia se mantenga estable, comenzará entonces la primera etapa, que mantiene los mismos protocolos y cuidados, pero ampliando la capacidad a 250 personas.
Sin mesas
La segunda etapa cambia algunos elementos importantes. Las salas podrán llevar su capacidad hasta el 60% de su aforo permitido, y desaparecen las mesas. Los alimentos y bebidas volverán a ser pedidos en las barras, pero ahora en espacios delimitados e identificados y todo se servirá en recipientes descartables. Además, los horarios de cierre podrán extenderse hasta donde el local tenga habilitación, e incluso volverán a habilitarse las roperías.
Lo que se mantendrá será el acceso a través de un corredor sanitario, el uso de tapabocas por parte del público, y la distancia entre artistas y equipo técnico, así como el material sanitario en los baños y los criterios de limpieza y desinfección de la sala.
Por último, la tercera etapa permitirá que las salas vuelvan a su plena capacidad, manteniendo todos los demás cuidados y criterios de limpieza, como la desinfección de forma permanente de pestillos, barandas y todas aquellas superficies de contacto antes, durante y luego de cada función.
