Parados o sentados sobre unos bancos similares a los de una plaza, un grupo de pacientes esperaba este martes en la entrada del Hospital de Clínicas para ingresar al hospital universitario en donde debían realizarse estudios o cirugías. La mayoría había llegado sobre el mediodía, y a la hora 17.30 cuando El Observador llegó al lugar, seguían sentados y sin respuestas.
Desde las seis de la mañana y hasta la hora 17, la Unión de Trabajadores del Hospital de Clínicas (UTHC) "cerró simbólicamente" la entrada al centro asistencial para manifestarse en contra de la Participación Público Privada (PPP), uno de los modelos de negocios plateados para reformar el hospital dentro de su plan de reestructura. Un cartel en el que se leía "hospital cerrado" bloqueaba la entrada a quienes quisieran ingresar. La secretaria general de la UTHC, María Montañez, dijo a El Observador que no se trataba de un cierre real, sino que se permitía la entrada a los pacientes.
Sin embargo, la realidad fue otra. Fuentes universitarias dijeron a El Observador que un grupo "radical" del gremio pedía a los pacientes que llegaban al hospital que les dijeran por qué motivo tenían que consultar y decidían si les permitían o no el ingreso. En la misma línea, los usuarios que todavía esperaban para ser atendidos manifestaron que eran algunos funcionarios los que trancaban el ingreso.
La directora del Clínicas, Raquel Ballesté, dijo a El Observador que el "cierre simbólico se transformó en un cierre real". "Se le impidió el acceso a los pacientes. A la hora 17 ya estaba levantada la medida y ahora se está normalizando la asistencia", sostuvo.
Cuando los pacientes veían que no podían ingresar al hospital, especialmente a la policlínica, iban a la emergencia, que funcionaba con normalmente. Eso provocó que el servicio se sobrecargara más de lo habitual.
Al "cierre" se le sumó un paro de 24 horas por el que los funcionarios trabajan en régimen gremial. Según Montañez, los pacientes que aún esperan a ser atendidos no pudieron ser ingresados porque había una sola licenciada en enfermería disponible. Ballesté alegó la falta de estos profesionales se debió al paro.
Una de las personas que esperaba parada era una mujer que tenía que hacerse un examen en el único riñón que tiene. Ese examen se realiza con un sistema que se había conseguido para mañana miércoles y, de no poder ser ingresada, no sabía cuándo iba a poder realizárselo. "Nosotros entendemos que ellos tengan reclamos que hacer, pero nosotros tenemos derecho a que nos atiendan. Acá hay personas que estuvieron todo el día esperando", dijo su hijo a El Observador.
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