Copa Libertadores > Boca-River

La histórica final de la Libertadores que atrapa al mundo del fútbol

"Esto es como una final del mundo", subrayó este viernes el presidente de la FIFA, Gianni Infantino
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24 de noviembre de 2018 a las 14:38

¡Llegó la hora! River Plate y Boca Juniors, que tiene una rivalidad centenaria, pondrán su historia y orgullo en juego este sábado en la vuelta de la inédita final de la Copa Libertadores de América, un duelo que tiene en vilo al mundo del fútbol.

En el hotel Intercontinental de Buenos Aires, donde se alojó el plantel de Boca previo al encuentro, era una fiesta azul y amarilla este sábado. Miles de hinchas se arrimaron al edificio desde temprano para alentar y despedir a sus jugadores (el partido se juega sin público visitante). El "banderazo" en Puerto Madero culminó con la partida del ómnibus que llevaba a los jugadores, dirigentes y el cuerpo técnico. 

Los simpatizantes habían llenado la Bombonera este jueves para ver la última práctica de su equipo.

Millonarios y xeneizes se citarán en el estadio Monumental, templo de los de la banda roja cruzada, a partir de las 17 para dirimir el pleito que dejó el 2-2 del primer lance en la mítica Bombonera hace dos semanas. "Esta es una final increíble, fantástica, espectacular. Esto es como una final del mundo", subrayó el viernes en Buenos Aires el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien asistirá al encuentro.

Ni el más atrevido optimista imaginó que la edición 59 de la Libertadores, tendría como epílogo uno de los grandes clásicos del mundo del fútbol, considerado como el más pasional por el fervor de sus hinchadas. 

"Hincha (de River) desde la panza como él", se señala Daiana, de 26 años, una prominente barriga de siete meses adornada con la camiseta blanca y la banda roja cruzada.

"¡Imagínate! ¡Se llamará Enzo Ariel Martínez!", dijo a la AFP la joven hincha, evocando los nombres de dos históricos ídolos "millonarios", Enzo Francescoli y Ariel "el Burrito" Ortega, campeones con River de la Libertadores de 1996. 

Boca ha hecho de esta Copa una obsesión, pues persigue el séptimo título para igualar a Independiente como los máximos ganadores de la Libertadores, mientras que River, que ganó la última hace tres años, busca su cuarta corona.

Para River los recuerdos de una vuelta olímpica por Copa se remontan a 2015 cuando en el Monumental, y dirigido por su actual entrenador Marcelo "el Muñeco" Gallardo, venció a Tigres de México (0-0 en Monterrey, 3-0 en Buenos Aires).

Con Miguel Ángel Russo como técnico en 2007, Boca había conquistado América por última vez, y desde entonces lo más cerca que estuvo del ansiado séptimo trofeo fue en 2012 cuando perdió la final con el Corinthians.

Más atrás en el tiempo, el xeneize había vivido una etapa dorada de la mano de Carlos Bianchi, ganando las Libertadores de 2000, 2001 y 2003. Y uno de esos pilares en esa campaña fue Guillermo Barros Schelotto, el actual DT del club.

La final del honor 

River y Boca son los clubes más populares del país y representan juntos a un 70% de los hinchas, en un país con 44 millones de habitantes donde el fútbol es una obsesión sin distingo de sexo o edades.

Nada más importa en Argentina en estos momentos que el River-Boca. Ni siquiera la cumbre del G-20, que sesionará en Buenos Aires los próximos viernes y sábado con los líderes de las principales potencias, ha logrado opacar el que será el duelo más recordado entre antiguos vecinos de La Boca.

"Hay que inventar palabras nuevas para este partido. Ya no es un superclásico, es un megasuperclásico", añadió Infantino, entusiasmado por el duelo.

Para los jugadores de ambos clubes es el partido de los sueños, el que tiene mayor repercusión mediática en el país, y del que habla el mundo del fútbol.

"¡Hoy es el cielo o el infierno!", dijo a la AFP Diego Ledesma, de 37 años, un operario textil que lleva a su hijo de 3 años sobre los hombros, y a sus costados una hija de 9 y otro hijo de 14. Todos con los colores millonarios de pies a cabeza a la espera de la apertura de las puertas del Monumental.

"Hice mil locuras por esta camiseta. Con frío o con lluvia gane o pierda vengo a alentar. Esto que vivo hoy no tiene precio", remarcó.

¿Cómo se resuelve? 

Sin valor doble para el gol visitante, el 2-2 en la ida dejó abierto el panorama para la vuelta en Núñez, y la localía de River podría ser una ventaja para los de Gallardo. Pero en el fútbol nada está escrito, y nada es tan cierto hasta cuando suena el pitazo final.

La Conmebol recordó que en caso de persistir un empate al término de los 90 minutos se jugará un tiempo extra de 30 minutos (dos tiempos de 15), y si la paridad continúa, se recurrirá a lanzamientos desde el punto penal. Asimismo, el reglamento les permitirá a los técnicos realizar un cuarto cambio si el partido llega a la prórroga.

Además de contar con el VAR (video asistente arbitral) durante el desarrollo del juego, el sistema también se utilizará por primera vez en la definición por penales, si ésta llegara a sucederse.

El árbitro uruguayo Andrés Cunha podrá consultar el video para verificar y anular algún cobro en caso de que así lo considere.

Fuente: AFP

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