Jorge Bravo

Polideportivo > HISTORIAS

Jorge Bravo tiene una vida en el pelotón

Con 50 años recién cumplidos, sigue siendo protagonista y un referente del deporte
Tiempo de lectura: -'
16 de diciembre de 2017 a las 05:00

Hace exactamente dos años, cuando cumplió los 48, Jorge Bravo los celebró ganando la Vuelta de la Hermandad, carrera con varios equipos destacados de Argentina y Uruguay. En ese entonces, dijo que iba a esperar a que finalizara la Vuelta del Uruguay, última prueba de la temporada, para ver si continuaba en el deporte. Hoy, con medio siglo de vida, sigue en el pelotón y siendo protagonista. En esos dos años, Bravo y el ciclismo local tuvieron cambios.

Ya no está el súper equipo Schneck Ciclismo-Alas Rojas y él volvió a Audax de Flores, donde comenzó su carrera.

Ese cambio lo sintió el fin de semana pasado, en la doble Treinta y Tres-Melo. "Estaba segundo atrás de Matías (Presa) el sábado", relató a Referí. "Llegamos solos a Melo los dos, él ganó y yo quedé segundo, a 5 segundos. Él tiene un gran equipo armado y yo tengo un equipo pequeño. Y el domingo, con un equipo chico, es difícil atacar a uno grande, cuando tiene una buena estructura y corredores. Entonces es complicado".

"Hoy, en Audax de Flores, un equipo chiquito, no tenemos esa responsabilidad de llevar la carrera adelante, a diferencia de lo que pasaba en el Schneck", indicó.

La ruptura del Schneck Alas Rojas fue un gran cambio para él y los demás integrantes del equipo –Richard Mascarañas, Nicolás Arachichú, Presa, Carlos Cabrera, Héctor Fabián Aguilar y Néstor Pías–, quienes compitieron juntos durante años y formaron una familia, como reconocen.

 
Schneck Bravo
Jorge Bravo, en el centro, junto a sus excompañeros de Alas Rojas
Jorge Bravo, en el centro, junto a sus excompañeros de Alas Rojas

"El proceso de desarmado fue de un día para el otro. No fue algo que sabíamos que se iba a terminar", contó Bravo. Tras los malos resultados en la Vuelta, donde padecieron el poderío de Funvic de Brasil, llegó la disolución. "La gente de Schneck decidió no seguir el patrocinio, el equipo (Alas Rojas) no tenía un plan B, y no pudieron seguir haciendo frente a los sueldos y la infraestructura, y quedamos medio en banda".

Los ciclistas estuvieron dispuestos a bajar sus salarios para seguir en el Alas, pero la institución no logró recursos y terminaron firmando en distintos clubes.

"Al principio, es doloroso. Porque llevábamos mucho tiempo juntos, tenemos una gran amistad y grupo humano. Como todo en la vida, los cambios primero te sacuden un poco y después te vas acomodando. Y hoy estamos todos con trabajo y en el ciclismo, todos corriendo, con equipos diferentes. Ya pasó", agregó Bravo, quien dijo que si pudiera dirigir a un equipo, a los primeros que llamaría serían sus excompañeros.

 

El dopaje y los jóvenes

Otro de los sucesos que se dieron en estos dos años fueron la gran cantidad de dopajes en ciclistas y competencias locales, lo que llevó a que el gobierno tomara cartas en el asunto, con clases obligatorias y otras medidas. A Bravo le parece "bárbaro" que se informe a los deportistas. "Está bueno para los jóvenes que sepan de primera mano. Estamos totalmente a favor, primero de los controles antidopaje, de que se hagan, y después a favor de las charlas", dijo.

Consultado antes de que se conociera el caso de Chris Froome, sobre cómo toma un ciclista la noticia de que hay varios controles positivos, señaló que "dopaje hay en el mundo entero". "Es doloroso para el deporte en sí, en general. Si bien al que tiene un control adverso está bien que se lo sancione, también tenemos que trabajar en otro sentido, en la prevención", señaló.

"A mí, cuando me dicen que hay un par de positivos, como que no me pasa nada. Siento pena porque de repente son corredores jóvenes y es difícil de asumirlo, pero es como todo en la vida. Cada uno toma su decisión. Vos nacés en un barrio pobre o jodido, y vos elegís ser chorro o ser un tipo de bien o laburar. Esto es igual", agregó.

La mayoría de los dopajes fueron en ciclistas jóvenes, de poco renombre. "Yo no los culpo, no soy quién para juzgar a nadie, y sobre todas las cosas estoy siempre para apoyar o dar una mano", comentó Bravo, quien dijo que a veces la competencia lleva a esos errores.

"A veces uno dice que el ciclismo nuestro es pobre, chato, que no se hace dinero –y es verdad-, pero uno lleva un competidor que lo hace querer siempre ir a más. Y a veces se equivoca", expresó.
También, desde sus 50 años, considera que hoy "está todo cambiado" y que quizás los jóvenes tengan una mayor inclinación a buscar el éxito rápido, salteando escalones de la vida y el deporte.

 

Los peones y el futuro

Ante el pedido de comparar a los jóvenes de ahora con los de antes, Bravo recordó como era en sus inicios. "A los 20 años recién llegaba a Montevideo. Llegué desde Flores a un equipo pequeño, Belo Horizonte, con cuatro corredores que después pasó a 16 ciclistas".

"Y siempre cumplí órdenes, nunca fui un líder. Siempre fui un peón o un gregario", señaló. "Ganábamos buena plata en la década de 1990 y siempre cumplí órdenes, nunca me quejé de lo que hice. Porque siempre tuve compañeros que me lo reconocieron".
 
"Los líderes en aquel entonces en Belo Horizonte eran Pepe Asconeguy, Gustavo Figueredo, Gregorio Bare, Sergio Tesitore, Andrés Maiztegui, Llamazares, y después había una cantidad de corredores más que estábamos en segundo plano y éramos los que teníamos que hacer el trabajo diferente: traer agua, traer comida, tirar todo el día..."
 
En medio de la charla, se paró en los pedales y disparó: "Acá hay un problema en el ciclismo uruguayo y es que los dirigentes de los clubes no reconocen el trabajo de los peones. Al que se reconoce generalmente es al líder del equipo, que viene y le da un abrazo, o en la cena les agradece, o los nombra en la televisión o en la radio y agradece al equipo. Pero con los dirigentes, hay una suerte de triunfalismo. Si no ganas es como que sos de segundo plano. Y no. El ciclismo es un deporte de equipo, conjunto, unión, de estar todos juntos, de amistad... Hay veces que es mucho más importante un peón que alcance una caramañola con agua o comida para el líder en un momento clave de la carrera. Y eso la mayoría de las personas no lo ve, lo ven solamente los ciclistas".

Bravo señaló que esos roles no están claros para el público local, pero que en Europa sí, como ocurre con el uruguayo Fabricio Ferrari. "Todos lo admiramos y le reconocemos su trabajo en Caja Rural, pero no ha ganado una sola carrera en profesionales en Europa. Pero en el equipo lo quieren más que a los líderes por todo el trabajo que hace", destacó.

Con más de 30 años de carrera, una familia con hijos adolescentes, el ciclista ganador de la Vuelta 2007 entrena día a día y considera que la motivación es la clave. Sobre su futuro, esperará a que acabe la temporada. "Ahora terminé bien la primera mitad del año, con la Treinta y Tres-Melo", comentó.

"Después que termine la Vuelta, veré. El año pasado la terminé superagotado emocionalmente. No estábamos (en el Schenck-Alas Rojas) preparados para recibir lo que nos pasó, que vinieron los brasileños de Funvic, que sabemos que son muy importantes pero que también le podemos ganar, y nos llevamos una paliza importante", recordó. "Y terminé bastante complicado de la cabeza. No tenía más ganas de correr (se le entrecorta la voz). Tuve ganas de venirme el día de la etapa que se largó de Young, que llovía y estaba frío. No tenía ganas de correr, tenía ganas de venirme a casa. Pero después se me pasó".

 

Apuntes

Dialogaron con la FCU
Jorge Bravo, uno de los referentes de la Mutual de Ciclistas, dijo a Referí que en los últimos días tuvieron un acercamiento con la Federación Ciclista (FCU). "Mejoramos muchísimo las relaciones. Tuvimos una reunión en casa con Federico Moreira (presidente de la FCU) y hemos ido hablando, sobre la base de respetarnos mutuamente, de que vean que nosotros también somos parte del ciclismo".

Libertad en la bicicleta
"La bicicleta me da una libertad increíble. Vivo de ella, es mi trabajo. Tengo la responsabilidad con mi equipo de ir a trabajar todos los días, pero lo hago a la hora que quiero. Nadie me dice hay que entrar a las 7:00 o marcar tarjeta. Y después tengo todo el día. Entreno 5 o 6 horas de mañana, o lo que tenga que hacer, y me vengo para casa".
 

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

¿Cómo es ver a sus excompañeros de Schneck – Alas Rojas con otras camisetas?

"Es difícil. Porque a principio de temporada los corredores cambian de equipo y vos los tenes relacionados con una camiseta de la temporada anterior. Y aparecen con otra. Es difícil vernos. Por ejemplo, el sábado en la Doble Melo, íbamos Matías Presa, Richard Mascarañas y yo, los tres en fuga, y uno va concentrado cada uno en lo que tiene que hacer, pero pensaba también que los tres éramos del mismo equipo el año pasado. Hubiera sido una carrera totalmente atípica y hubiésemos terminado primero, segundo y tercero, pero llevamos camisetas diferentes, peleamos por cosas diferentes, cada uno defiende su equipo. Pero la amistad quedó y eso va a persistir en el tiempo".

Cabrera, Arachichú, Mascarañas y Bravo, ahora en distintos equipos
Cabrera, Arachichú, Mascarañas y Bravo
Cabrera, Arachichú, Mascarañas y Bravo

¿Cómo es la interna del pelotón, algo que solo conocen los ciclistas? ¿Usted, por su experiencia, es uno de los que lo maneja?

"En el pelotón hay distintas situaciones y hay rispidez, como en todos lados. Se discute, se habla, se va por el borde, se pelean los lugares, pero siempre con lealtad. Y lo que pasa en la carrera queda ahí. Vos ves que termina una carrera, cada uno se va a su lugar, después nos saludamos o lo que sea, y generalmente no hay problemas. Pero en carrera, cuando las pulsaciones están a 180, hay líos, hay problemas. Y sí, hay tácticas diferentes. Cada equipo tiene su manera de correr e intenta por todos los medios de ganarle a los demás en buena ley.

Lo que pasa dentro del grupo queda ahí y no hay grandes problemas. Uno tiene más afinidad con unos que con otros. Y las cosas cuando se ponen duras, cuando, por ejemplo, hay mucho viento y se pone de costado, tenés otro tipo de afinidad y la llevas de otra manera. En esos momentos, es matar o morir, porque si perdés ese lugar seguramente vayas a perder varios minutos o vayas a sufrir demasiado físicamente. Por eso se pelean muchos los lugares, para poder ir a rueda y otras cosas. Y sí, hay rispidez, pero se queda ahí".

¿Cómo fue la polémica de la Vuelta Ciclista pasada, cuando no esperaron a un corredor que se cayó y a otro que fue al piso sí? ¿Se rompieron los códigos?

"Hay diferentes situaciones de carrera. Cuando se cayó Matías Medici la carrera venía superlanzada, se habían puesto al borde, venía todo el pelotón junto, se engancharon y cayeron, y fue atrás. Pero después, el líder (Mango Prado, de Funvic de Brasil) se cayó más adelante, cuando ya el pelotón se había roto y habíamos poquitos corredores adelante. A veces los códigos de carrera dicen que cuando sos líder -acá pasa poco en Uruguay, pero sí lo ves en Europa-, al líder se lo respeta mucho y si pincha, le pasa algo, o lo que sea, los demás levantan el pie del acelerador y esperan a que el líder llegue. Y tratan de ganarle arriba de la bicicleta, no porque haya tenido un percance. Acá pasa poco eso. Porque acá la única manera de sacar diferencia es siempre yendo contra el borde, porque acá el terreno no es demasiado duro para que vos te quedes de rueda si no te pega el viento. En Europa sí, porque hay montañas y las diferencias son enormes con los escaladores. Pero acá es más difícil. Entonces, si el líder pincha es uno de los momentos en los que vos lo podes sacar del liderato".

¿Cómo es su entrenamiento a los 50 años?

"Tengo el mismo entrenador de siempre, al cual le hago bastante caso. No ha cambiado nada. El entrenamiento es el mismo, hay algunas cosas que retocar y después, más nada. Entreno, vengo, me quedo en casa, no salgo de noche, como sano, vivo tranquilo... Y eso es fundamental. Pero lo más importante para el deporte es la motivación. Si tenes la motivación de levantarte todos los días a las 5:30 o 6:00, como lo hago yo, desayunar, vestirte, ir a pedalear, y si tenes que hacer cinco o seis horas vas y la haces, o si tenes que hacer trabajos en la bici, o ir al Cerro a subir 20 veces, y vas y lo haces; vas a lograr llegar y estar bien. Eso es seguro. Pero hay que tener los huevos bien puestos para hacerlo. No es fácil".

¿Qué le da la bicicleta?

"A mí me da una libertad increíble. Vivo de la bicicleta y es mi trabajo. Tengo la responsabilidad con mi equipo que es el que me paga de ir a trabajar todos los días, pero lo hago a la hora que quiero. No tengo horario. Nadie me maneja, nadie me dice hay que entrar a las 7:00 o marcar tarjeta. Y después tengo todo el día. Entreno 5 o 6 horas de mañana, o lo que tenga que hacer, y me vengo para casa. Pero la bicicleta me da una libertad increíble, uno es libre. Es como el que le gusta la moto y se compra una Harley para ir a pasear. No me veo dejando de salir en bicicleta el día que deje de correr. Me pasa en el invierno, cuando hace frío y no puedo pedalear, que voy al gimnasio o lo que sea, y no es lo mismo".

 

 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...