Por Jarbas Barbosa, Director, Organización Panamericana de la Salud (OPS), Ana María Ibáñez, Vicepresidenta de Sectores y Conocimiento, Banco Interamericano de Desarrollo Carlos Felipe Jaramillo, Vicepresidente para la Región de América Latina y el Caribe, Banco Mundial
A raíz de los desafíos sin precedentes planteados por la pandemia de COVID-19, los sistemas de salud en las Américas se enfrentan a un punto crítico. La pandemia ha dejado al descubierto las vulnerabilidades de nuestras infraestructuras sanitarias, exacerbando las desigualdades existentes en el acceso a los servicios de salud. A medida que miramos hacia la recuperación, es imperativo reconocer la necesidad de un cambio de paradigma en nuestro enfoque hacia la atención de la salud. La Atención Primaria de Salud (APS) surge como una luz de esperanza al ofrecer una solución transformadora para reconstruir y desarrollar sistemas de salud más resilientes, garantizar un acceso equitativo y conducirnos hacia el desarrollo sostenible.
Nuestra realidad pospandemia exige una atención inmediata para abordar las disparidades en la cobertura de los servicios de salud y las barreras de acceso en la región de las Américas. Las tasas de mortalidad materna, la cobertura de vacunación y la carga de enfermedades no transmisibles (ENT) y transmisibles han sufrido un impacto negativo. Las evidentes brechas en el acceso a los servicios de salud dentro y entre los países afectan desproporcionadamente a las comunidades marginadas, profundizando aún más las desigualdades sociales. Si queremos recuperar los avances perdidos durante la pandemia, debemos tomar medidas decisivas destinadas a fortalecer los sistemas de salud basados en la atención primaria, abordando los determinantes sociales y ambientales de la salud con un enfoque intersectorial. Esto implica el desarrollo de mecanismos que garanticen la participación de las personas y las comunidades en las decisiones de política sanitaria que les afectan.
Aumentar y mejorar la financiación de la salud pública es crucial para proteger a las personas de dificultades financieras, asegurando que la asistencia sanitaria siga siendo asequible y accesible para todos. Necesitamos fomentar las innovaciones y su despliegue en la atención primaria de salud, aprovechando el poder de la transformación digital, y garantizar la accesibilidad de nuevos medicamentos y vacunas en beneficio de la salud de toda la población.
La urgencia de actuar no puede ser subestimada. Debemos implementar transformaciones en el sector salud que prioricen la APS, fortalezcan las funciones de salud pública y aborden los determinantes sociales en la salud. Debemos construir redes de servicios integrados basados en la APS y asegurarnos de que cuentan con la financiación adecuada y con una gestión eficaz. La APS ofrece un enfoque global, integrado y comunitario, centrado en la promoción de la salud, la prevención, la detección temprana y el tratamiento de enfermedades. Al invertir en APS, invertimos en nuestra gente y en nuestras economías.
En primer lugar, invertir en APS reduce las desigualdades sociales al garantizar que todos, independientemente de su situación socioeconómica, tengan acceso a los servicios de salud que necesitan. En segundo lugar, la expansión de la APS favorece la creación de empleo, particularmente en el sector salud, estimulando el crecimiento económico y apoyando la salud y el bienestar de los trabajadores. En tercer lugar, la APS impulsa los avances en ciencia y tecnología, fomentando la innovación y la investigación en soluciones de atención sanitaria. Por último, la APS promueve la eficiencia, ya que es la forma más rentable de mejorar la salud de las personas.
Invertir en APS significa realizar las inversiones necesarias en nuestro personal de salud y en los sectores de infraestructura, trabajo y educación. En la actualidad, existe un déficit de 6 millones de trabajadores de salud en las Américas. Hacer frente a esta escasez constituye una prioridad para la región si queremos estar preparados para futuras pandemias. Un personal sanitario bien formado y motivado constituye la columna vertebral de cualquier sistema de salud, ya que permite una prestación de servicios de calidad y compromiso con la comunidad.
Hoy lanzamos una alianza estratégica entre la OPS, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, denominada la "Alianza para la Atención Primaria de Salud", que puede actuar como catalizador para impulsar los cambios necesarios. Esta asociación apoyará colectivamente los planes nacionales de inversión en APS, proporcionando orientación política a los países que se esfuerzan por fortalecer la resiliencia y la capacidad de sus sistemas de salud. Al unir recursos y experiencia, nuestras organizaciones pueden ayudar a los países a diseñar e implementar intervenciones basadas en evidencia, adaptadas a sus contextos y retos específicos.