Federico Valverde explotó en una de las últimas pelotas del partido ante Corea del Sur, tras recuperar el balón luego de un gran esfuerzo, luego de su remate a los 87 minutos que reventó el palo y que, además de la frustración por la mala fortuna, lo dejó sentido y elongando sentado en piso. Parecía que le iba a costar terminar el partido.
Su grito al recuperar la pelota fue un festejo personal por el gran esfuerzo que hizo. Arriesgó demasiado al cortar la carga coreana, con la posibilidad de sufrir un daño muscular mayor.
Y también pudo haber sido un grito de bronca por su rol en el equipo de Uruguay.
El volante que hoy se destaca en Real Madrid, donde es la principal figura, con vía libre en la banda derecha para subir, asistir y meter varios goles, yendo y viniendo todas las veces que quiera por su exuberancia física; en la selección juega por el medio, condicionado por la marca y taponeado en la zona de tráfico más congestionado.
Con otras opciones en el medio como Ugarte y Torreira, Alonso podría replicar el juego de Valverde en Real Madrid y utilizarlo por fuera. Incluso, poniéndolo hasta de lateral derecho, un puesto en el que jugó con Carlo Ancelotti, quien debe estar sorprendido por la forma en la que su figura juega en Uruguay, donde todo lo bueno que está demostrando el jugador parece que no se aprovecha.
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