Lisa Kenna se convirtió en embajadora de los Estados Unidos en Perú poco antes de que terminara el mandato de Donald Trump. Desde entonces, siempre se mantuvo en un discreto segundo plano dentro de la política peruana, hasta que dos días antes del golpe que derrocó al presidente de izquierda Pedro Castillo, mantuvo una larga reunión con el ministro de Defensa peruano, el general retirado Emilio Bobbio Rosas.
Poco después de esa reunión, el ejército peruano le quitó su apoyo al presidente, lo que terminó de precipitar el golpe.
En una carta del 16 de diciembre, ya en prisión, Castillo acusó a la embajadora de los Estados Unidos en Lima, Lisa Kenna, de “ordenar” a la presidenta Dina Boluarte que desplegara el Ejército en las calles en medio de las protestas contra su administración.
“Los Estados Unidos reafirma su respeto por las instituciones democráticas en el Perú y rechaza cualquier desinformación que fomente ideas contrarias. Seguimos apoyando al pueblo del Perú y llamamos a la paz y la unidad”, respondió la embajada estadounidense en Lima mediante un escueto mensaje en Twitter.
El accionar de Kenna, una exagente de la CIA, fue señalado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien en una conferencia de prensa del 25 de enero le pidió a la embajadora no entrometerse en la actual crisis política de Perú, desatada a causa de la destitución del expresidente Pedro Castillo, hoy preso por presunta rebelión y conspiración.
No es la primera vez que López Obrador señala a la diplomática por interferir en asuntos políticos de la nación andina.
Una semana antes, la había criticado por visitar a la presidenta Dina Boluarte, que ocupó el cargo tras el golpe de Estado, y tomarse una foto con ella, lo que el mandatario mexicano consideró como un “acto de prepotencia” y un hecho “muy antidiplomático e irrespetuoso de la independencia de la soberanía de un país”.
“¿Dónde está la no intervención, la autodeterminación de los pueblos, la solución pacífica de las controversias? A lo mejor esto ni lo sabe el señor Antony Blinken, del Departamento de Estado, y es un asunto de la Embajada, porque así lo hicieron siempre, sobre todo en América latina”, cuestionó el presidente de México.
De la CIA al servicio exterior
Lisa Dougherty Kenna nació el 19 de agosto de 1965 en Peoria, Illinois. Es hija de una enfermera y un piloto de la Fuerza Aérea. Su carrera política se inició antes de culminar sus estudios en Derecho en el Middlebury College, cuando ingresó como agente a la CIA. Allí trabajó nueve años.
También realizó estudios en la Escuela de Derecho de la Universidad de Connecticut y domina idiomas como el árabe, persa y el urdu, de acuerdo con información de su ficha diplomática oficial.
Después de su estancia en la CIA, Kenna ingresó al Servicio Exterior, donde se volvió consejera en diferentes áreas, lo que la llevó a ser embajadora de los Estados Unidos en Suazilandia y en el Consulado General de Péshawar, en Pakistán.
De acuerdo con la biografía oficial que publica el Servicio Exterior estadounidense, Kenna también fue directora de la oficina de Irak en el Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca y ocupó el cargo de jefa de Oficina Política de Irak, en el Departamento de Estado.
Además, fue jefa de la Sección Política en la Embajada de Amman, en Jordania, después de trabajar como servidora política/militar en la Embajada de El Cairo, en Egipto.
Antes de llegar a la embajada en Perú, durante el mandato de Donald Trump, Kenna fungió como secretaria ejecutiva, principal consejera y asistente ejecutiva del Departamento de Estado cuando Mike Pompeo ocupaba el puesto. Antes, fue consejera política del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Durante la Administración Trump, fue vinculada al escándalo político conocido como Escándalo Trump-Ucrania, en el que se acusó al exmandatario de presionar al gobierno de Kiev y condicionar la ayuda militar a ese país, a cambio de que el presidente Volodímir Zelensky apoyara la acusación de fraude electoral formulada por Trump después de las elecciones presidenciales de 2020, en las que ganó Biden.
En 2020, Lisa Kenna fue asignada como representante diplomática en Perú. Su cargo fue ratificado por el Congreso estadounidense, donde la embajadora ofreció un discurso en el que subrayó la importancia de llevar los valores democráticos de los Estados Unidos a la nación andina.
“Trabajaré diligentemente con este Comité de Asuntos Exteriores y con los otros miembros del Congreso para avanzar en los intereses estadounidenses, fortalecer la cooperación con nuestro amigo Perú en todos los sectores, y para promover nuestros valores compartidos de democracia, prosperidad y mayor seguridad en toda la región”, declaró Kenna en ese momento.
También consideró que, con base en su experiencia gubernamental, “los Estados Unidos es el país más excepcional del mundo”.
“Comencé mi servicio para el Gobierno en el último año de mi carrera y serví fielmente a través de Administraciones demócratas y republicanas desde entonces. Cuando más estoy en el servicio público, más me convenzo de que los Estados Unidos es la nación más excepcional del mundo”, comentó la diplomática.
Rápido reconocimiento
Aunque se mantuvo fuera del ojo público durante su gestión como Embajadora en Lima, sus acercamientos con políticos peruanos durante la crisis política que se vive en dicho país fueron destacados por medios y líderes políticos del país latinoamericano.
En primer lugar, resaltaron la visita que realizó al entonces secretario de Defensa de Perú, Gustavo Bobbio, un día antes de que Pedro Castillo anunciara la disolución del Congreso, lo que derivó la destitución y, posteriormente, el encarcelamiento de éste.
Además, Kenna fue una de las primeras embajadoras en reconocer y apoyar el Gobierno interino de Dina Boluarte, presidenta del Perú que actualmente se enfrenta a diversas manifestaciones en las que se exige su renuncia y las cuales, hasta el momento, dejaron un saldo de más de 60 muertos y cientos de heridos.
(Con información de agencias)