A los 26 años, Thiago Cardozo protagonizó el partido que soñó toda su vida desde los campitos de Juan Lacaze hasta sus primeras prácticas en las formativas de Peñarol.
El arquero salvó a su equipo en el final del partido de octavos de final de la Copa AUF Uruguay contra Boston River y llevó el encuentro a la tanda de penales donde se vistió de héroe al atajar tres remates. Así, Peñarol avanzó a los cuartos de final donde se medirá contra Plaza Colonia.
Cardozo le puso el broche de oro a una noche donde unos 30 mil espectadores coparon el Campeón del Siglo para celebrar el 131 aniversario aurinegro que atraviesa una pésima temporada en la que fue eliminado del grupo de Copa Libertadores y donde está muy lejos de la definición del Uruguayo peligrando su clasificación a la Libertadores 2023.
El año pasado, tapado por un Kevin Dawson que es el dueño del arco desde mediados de 2017, y con la llegada del brasileño Neto Volpi, tuvo que armar las valijas temporalmente para ir a sumar minutos en Deportivo Maldonado.
Ahí alternó buenas y malas hasta que a comienzos de octubre, en una práctica, sufrió la lesión tan temida: rotura de ligamentos cruzados de la rodilla.
En noviembre volvió a Peñarol para comenzar la preocupación. Trabajó en silencio y se entregó al máximo para volver a su nivel.
El 28 de agosto, después de casi dos años, volvió a defender el arco de Peñarol. Fue contra Danubio en el Campeón del Siglo, debido a la expulsión de Dawson ante Deportivo Maldonado.
Este fue su 15º partido en el arco aurinegro. El primero había sido el 5 de mayo de 2018 contra Defensor Sporting.
En la serie de penales se agigantó. Le atajó los remates a Rodrigo Viega, Martín Fernández Benítez y a Cristian Olivera, que de haber anotado eliminaba a Peñarol.
Antes, le sacó un venenoso remate a Fernández Benítez de afuera del área y sobre el final realizó una doble atajada imponente a Emiliano Rodríguez.
Cada uno de sus compañeros fue a abrazarlo y felicitarlo por su enorme actuación.
Además, todo el estadio coreó su nombre.
El peso de los 10 meses donde no pudo jugar a causa de la lesión se le vinieron a los ojos y Cardozo rompió en un emocionado llanto.
Con el contrato de Dawson que se vence el 31 de diciembre, Cardozo empieza a pedir pista de la grande en Peñarol.
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