Aunque al principio aseguró que completaría el período de Pedro Castillo y se mantendría en el Palacio de Miraflores, la sede presidencial, hasta 2026, Dina Boluarte fue cambiando de posiciones frente a las protestas que no paran y a un Congreso que no hace más que desgastarla.
Los estudios de opinión dejan tanto a Boluarte como a José Williams, el derechista presidente de la Cámara de Diputados, con una imagen positiva muy baja, entre el 20 y el 30% de aceptación. De acuerdo con el Instituto de Estudios Peruanos, casi un 75% de la población quiere elecciones lo antes posible.
Boluarte promovió elecciones en abril de 2024, lo que fue aprobado en el Congreso. Sin embargo, las marchas, protestas y la violenta represión generaron un malestar generalizado y la vice de Castillo, encaramada en la presidencia, abogó por elecciones en 2023.
Sus intentos chocaron con la negativa del Congreso. Su presidente, José Williams, informó que este jueves reanudarán una vez más las sesiones y examinarán las propuestas que hayan sido presentadas.
El primer ministro Alberto Otálora presentó el proyecto de Boluarte ante el Congreso que establece la primera vuelta para el segundo domingo de octubre de 2023, según consigna el portal de la cadena informativa británica BBC.
La propuesta contempla elección de presidente, vicepresidente e integrantes de un nuevo Congreso. El objetivo es que todos ellos pudieran asumir sus cargos en los primeros meses de 2024.
Perú se halla en una situación de emergencia, que tiene además un grave impacto económico. Los bloqueos de rutas provocaron escasez de alimentos, combustible y otros productos básicos en varios departamentos del país. Algunas de las principales minas tuvieron que suspender sus actividades y el turismo internacional casi desapareció.
Desde que estalló la crisis, el Congreso debatió varias veces el posible adelanto electoral. En una primera votación aceptó adelantarlas a abril de 2024, pero eso implicaba una reforma constitucional y requería una segunda votación en otra sesión legislativa que aún no se hizo.
Con el objetivo declarado de desbloquear la situación, el fujimorista Hernando Guerra promovió un texto alternativo para celebrar las elecciones en 2023. Tras intenso debate, la propuesta incluyó unas elecciones "complementarias", por las que las nuevas autoridades tuvieran un mandato acortado hasta 2026. Pero la propuesta también fue rechazada.
Portavoces de las bancadas más derechistas, como Renovación Popular o Avanza País, rechazaron la disolución del Congreso y las elecciones a congresistas.
Mientras que los grupos izquierdistas, como Perú Libre o el Bloque Magisterial, sostienen ahora que sólo apoyarán una ley de convocatoria anticipada de elecciones si ésta contempla también un referéndum sobre una Asamblea Constituyente.
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