Una grata sorpresa recibió un productor de ovinos de San José, en la tarde del martes 14, cuando en la clásica recorrida por el potrero de las pariciones encontró a una oveja que había dado a luz a cuatro corderos sin ayuda de nadie y, lo mejor de todo, con un excelente estado de salud en los corderitos y también en la madre, que ya recibió el apodo de superoveja.
“Cuando vi a la oveja y a los corderos me quedé mirando para todos lados para ver si los corderitos estaban perdidos de otras madres, pero me di cuenta que la oveja estaba retirada del resto de la majada. Le balaba a los cuatro y los lamía a todos”, narró Maximiliano Franco, el propietario de los animales.
En diálogo con El Observador, Franco (de 32 años) contó que trabaja junto a su novia, Luciana García (de 26), en un predio ubicado en paraje El Coronilla, a 30 kilómetros de la ciudad de San José. Se dedican a la agricultura y a la ganadería de cría, tanto de vacunos como ovinos.
Sus primeras ovejas las compró hace dos años, una majada de la raza Highlander. Su objetivo es tener Texel definido y, para eso, se hizo de algunos carneros melliceros de esa raza. Arrancó “bastante bien”, según dijo, porque ya son varias las ovejas que han parido mellizos, pero la gran sorpresa llegó el martes cuando, sobre las 17:30 horas, se encontró con los inesperados cuatrillizos, una marca nada frecuente.
Según contó, la madre "es una oveja común y corriente", que el año pasado –en su primera cría– dio mellizos.
Esta vez, en su segunda experiencia pariendo, el animal realizó esa actividad sin problemas, dado que cuando el productor llegó al campo los corderos ya estaban nacidos.
Son tres machos y una hembra. El más chiquito de los cuatro, estimó, debe pesar un kilo.
Los ovinocultores todavía están buscando nombres para los corderitos, que durante su primera noche durmieron en un galpón con fardos para tener un mejor abrigo. El productor aseguró que los cuatro “están en excelente estado” y que se han ocupado de ayudarlos con la suplementación, porque difícilmente la oveja pueda alimentar de buena manera a todos.
“Fue todo una alegría. Cuando los vi lo primero que hice fue llamar a mi familia para contarles porque no podía creer lo que estaba pasando”, concluyó, con evidente alegría.
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