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Lacalle Pou dijo que Uruguay "está de moda" y advirtió que el crecimiento económico debe llegar a los bolsillos
La cita en la barbacoa de Suárez y Reyes tenía algo especial. Era la primera vez que senadores y diputados del Partido Nacional se reunían a solas con Luis Lacalle Pou en más de dos años de gobierno, y más allá de conocer de primera mano los lineamientos generales de la Rendición de Cuentas, los legisladores blancos tenían expectativas de poder conversar “entre compañeros” con el presidente de la República.
Les interesaba saber, más allá de las formalidades, cómo veía el líder del Partido Nacional la situación actual, en momentos en que la pandemia quedó atrás y la economía da señales de recuperación. También, poder contarle en una redondilla y no en el pico a pico algunos problemas comunes y sensaciones acerca de la gestión del Poder Ejecutivo.
La reunión fue descontracturada, pero permitió a los legisladores saber que Lacalle Pou tiene un “optimismo” que se traducirá en una Rendición de Cuentas que buscará el “progreso” y el “desarrollo” de las personas.
Acompañado por una picada de asado y chorizos, el presidente argumentó sobre la coyuntura en que se desarrollará la discusión haciendo particular énfasis en una serie de indicadores económicos positivos, según reconstruyó El Observador a partir de la consulta de diversas fuentes nacionalistas.
Mencionó que había un aumento consolidado en la recaudación de la Dirección General Impositiva (DGI), cifras récord de exportaciones, mayores proyectos de inversión en infraestructura por parte de públicos y privados, y una baja sostenida en el desempleo, un combo que iba a permitir al Poder Ejecutivo aumentar el gasto en tres áreas prioritarias: educación, seguridad y ciencia, y tecnología e innovación.
Lacalle Pou defendió la gestión del gobierno señalando que Uruguay está “de moda” en el concierto internacional gracias a cómo atravesó la pandemia. Dijo que alrededor de un 70% de los proyectos que son presentados por privados son aprobados, que el país es “atractivo” y “llamativo” para inversores, y que “en un año y medio se habían otorgado la misma cantidad de residencias que en los últimos diez años”, la mayoría a argentinos que vienen a desarrollar negocios.
Por otra parte, el mandatario señaló que llegó la hora de que el mayor crecimiento económico se traslade al bolsillo de la mayoría de la población, y si bien no detalló montos, aseguró que los incrementos se realizarán sin descuidar los números fiscales, una obsesión del equipo económico encabezado por Azucena Arbeleche. En este sentido, volvió a reiterar la importancia de cuidar el gasto y solicitó a los legisladores su mayor disposición para articular y negociar después del 30 de junio, fecha en la que ingresará el proyecto al Parlamento.
Se espera que los primeros números se conozcan el lunes 27 en una reunión del Consejo de Ministros. La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) ya informó que pedirá un refuerzo presupuestal de US$ 65 millones. A su vez, el Ministerio del Interior prevé incrementar los salarios más bajos e ingresar personal, y el Ministerio de Defensa también quiere aumentar lo que ganan los soldados, que tienen los sueldos “más bajos del Estado”, según ha dicho el ministro Javier García. En cuanto a ciencia, tecnología e innovación, la vieja promesa electoral es pasar del 0,4% al 1% del PBI.
En la reunión de este lunes con los legisladores blancos, Lacalle Pou también mencionó que el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) ha incrementado sus apoyos hasta cifras récord y destacó que ya se visualizaba una baja en la demanda de provisión de alimentos de las personas que requieren asistencia estatal.
Durante el intercambio con los legisladores, el mandatario también habló de algo que lo “desvela”: el compromiso de bajar el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto a la Asistencia de la Seguridad Social (IASS). Esta promesa está incluida en el Compromiso por el país firmado por los socios de la coalición en 2019 y fue anunciada durante el discurso del 2 de marzo de este año ante la Asamblea General.
El espacio permitió al presidente adelantar que en breve –posiblemente en julio– ingrese al Parlamento otra ley fundamental: la de la reforma del sistema previsional. Transmitió que abarcará a todas las cajas y que ninguna persona podrá ganar menos que lo que se proyecta ahora. Acerca de la urgencia por aprobarla, dijo que lo que estaba en riesgo era nada más y nada menos que el sistema para que sus hijos pudieran jubilarse.
Los legisladores aprovecharon la instancia para trasladar sus inquietudes: que aumenten este tipo de instancias; que mejore el ida y vuelta entre el Ejecutivo y el Legislativo, y que reciban más insumos para poder “comunicar mejor” ya que ellos eran los voceros del oficialismo en los pueblos. El presidente tomó nota.
El senador Jorge Gandini ofició como vocero. Definió la reunión como “muy cercana” y aseguró que permitió al presidente “recoger insumos” para darle el cierre a la Rendición de Cuentas. “Es una Rendición de Cuentas que va a aportar recursos. La situación económica ha permitido una mejor recaudación que se va a destinar a varios rubros”, afirmó.
Gandini también mencionó el ajuste de los salarios públicos y la negociación entre el Ministerio de Economía (MEF) y la Confederación de Funcionarios del Estado (COFE) acerca de cómo se implementará la recuperación salarial. El artículo 4° de la Ley de Presupuesto estableció que no podrá haber pérdida salarial al final del período, por lo que la discusión es acerca de los montos de los correctivos que se darán en 2023 y 2024.
El legislador criticó las movilizaciones de los gremios. Dijo que eran “preventivas” y que “nunca” había visto que se realizaran con tanta antelación. En ese sentido, aseguró que les preocupaba también “atender a los sindicatos que no tienen posibilidad de meter presión” y criticó al presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, de quien dijo que siempre “mira el vaso medio vacío”.
