Tal vez fue la bronca acumulada lo que impulsó a Luis Lacalle Pou a encarar a Yamandú Orsi bajo el sol del mediodía del viernes 8 para reclamarle mejores modales. El “vamos a tener que empezar a hablar mejor” que el presidente blanco le tiró en la cara al precandidato frenteamplista, en medio de un acto público, sabiendo que todos los miraban y que los periodistas estaban atentos, fue, probablemente, una reacción personal impetuosa a las fuertes acusaciones que Orsi le había lanzado sin demasiada piedad. El intendente de Canelones había calificado de “omertá” –pacto de silencio mafioso– la relación que el presidente mantiene con algunos de sus funcionarios, y se mostró sorprendido porque el relato del narcotraficante Sebastián Marset sobre el pasaporte que le fue otorgado coincide “casi 100% con el del gobierno”.
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