El Banco Central Europeo (BCE) anunció su decisión de política monetaria este jueves e informó que aumentarán su tasa de interés clave en 50 puntos base, convirtiéndose el primer incremento en 11 años y el mayor desde el 2000.
Tras dar a conocer el alza, la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, se presentó en una conferencia de prensa en Ámsterdam y se refirió al escenario macroeconómico al que se enfrenta la región europea con una inflación que “sigue siendo indeseablemente alta”, con un riesgo a corto plazo y que se espera se mantenga por encima del objetivo de 2% del banco “durante algún tiempo”.
“Los últimos datos indican una ralentización del crecimiento, lo que nubla las perspectivas para la segunda mitad de 2022 y más allá", dijo la autoridad.
Lagarde también se refirió al impacto que tiene el precio del gas, producto que ha mantenido su precio en máximos de cuatro años y que enfrenta el riesgo de seguir en aumento si es que Rusia decide hacer un corte total del suministro.
Al respecto, la presidenta del BCE mencionó que juega “un papel crítico” en las altas cifras de inflación y que “lamentablemente lo seguiremos viendo durante algún tiempo”, además de reafirmar la atención de la entidad al impacto que tenga en el precio de la electricidad.
Sin embargo, fue enfática en decir que en el escenario base de las proyecciones del banco central, como en las de la Comisión Europea publicadas la semana pasada, “no hay recesión, ni este año ni el próximo”. Aunque aclaró: “¿Se nubla el horizonte?, por supuesto que sí”.
Además, Lagarde señaló que la decisión de aumentar en medio punto porcentual la tasa de interés fue debatida internamente por el Consejo de Gobierno y aprobada unánimemente por sus miembros. "Decidimos en conjunto que era apropiado dar un paso más grande hacia la salida de los tipos de interés negativos”.
El alza se hizo en base a varios indicadores que, según comentó, han cambiado desde la última reunión del Consejo en junio, de la misma forma que lo hicieron las proyecciones para la próxima decisión de septiembre.
“Las previsiones combinadas que existían para septiembre ya no son aplicables”, apuntó y anunció que a partir de ahora “tomaremos nuestras decisiones de política monetaria en función de los datos, operaremos mes a mes y paso a paso”.
De esta manera, agregó que “lo que ocurra en septiembre va a depender de los datos que tengamos para septiembre, pero definitivamente estamos en una senda de normalización para alcanzar nuestro objetivo a medio plazo del 2%”.
La decisión del BCE es anunciada en el momento que la zona europea es golpeada por el tumulto político de la renuncia del primer ministro italiano, Mario Draghi, después de semanas de incertidumbre.
Una noticia que se suma al anuncio del Consejo de Gobierno de una nueva herramienta, el Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI, por sus siglas en inglés) para la transmisión efectiva de la política monetaria y evitar el alza de primas de riesgos en algunos países de la región, como podría ocurrir en Italia.
Al respecto, Lagarde dijo que el instrumento ayudará a cumplir el mandato de estabilidad de precios y que “todos los miembros de la zona del euro pueden ser elegibles”.
De esta manera, el Consejo de Gobierno, en su evaluación, determinará, en función de los criterios de elegibilidad y de los indicadores que señalen o no una dinámica desordenada del mercado, detalló.
Diario Financiero-RIPE.
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