Ramos con la pelota y con Maradona cerca

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Las historias de Uruguay en México 1986 contadas por sus protagonistas

“El Chifle” Barrios, Ruben Paz, Wilmar Cabrera y Mario Saralegui revivieron con Referí aquel Mundial, en el que la selección llegaba con una gran generación de jugadores pero no superó los octavos porque se cruzó con Maradona
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30 de mayo de 2020 a las 05:02

Luego de 12 años, y de dejar pasar la oportunidad de Argentina 1978 y España 1982, la selección uruguaya regresó a la Copa Mundial de la FIFA en México 1986, el recordado torneo en el que los argentinos, de la mano de Diego Maradona, fueron los campeones del mundo.

Para la celeste, aquel certamen dejó varias marcas. Desde la prolongada y cuestionada preparación en la altura y hechos previos que luego generaron animosidad contra el combinado, a lo que pasó en la cancha, con el tristemente recordado 6-1 ante Dinamarca, la expulsión récord de Charly Batista y la despedida tras caer ante los albicelestes en octavos.

Con el paso de los años, varios señalaron que aquella generación de futbolistas formó una de las mejores selecciones uruguayas que llegó a un Mundial en los últimos tiempos. Pero, sin embargo, en la cancha dejó gusto amargo a sus protagonistas y al público, que se había ilusionado con el conjunto que dirigía Omar Borrás y que contaba con varias figuras.

El equipo del debut

Jorge Barrios, capitán de aquel equipo, Ruben Paz, Mario Saralegui y Wilmar Cabrera recordaron a Referí cómo fue el torneo, su debut mundialista.

“Fue agridulce, como lo he dicho siempre”, dijo el Chifle Barrios. “Lo que quiere un jugador es estar en un Mundial. Luchamos las Eliminatorias, que son lo peor para el fútbol uruguayo porque se sufren mucho y no se disfrutan. Y cuando vas a un Mundial vas a disfrutar porque ya estás adentro, tenes que aflojar la tensión, pero un país está dependiendo de vos”.

En aquel entonces en las Eliminatorias no había fechas FIFA y los futbolistas y las asociaciones tenían que negociar con los clubes para que estuvieran con la selección. Eso, muchas veces significaba perder el puesto en sus equipos.

“Yo decidí venir y prácticamente tuve que renunciar al contrato de Valencia”, dijo Wilmar. “Todo eso rondaba en mi cabeza, pero no me podía perder el Mundial. Y para mí es esa la satisfacción más grande que pude haber tenido”, agregó.

Uruguay había sacado el pasaje a México tras ganar su grupo en las Eliminatorias ante Ecuador y Chile, con los recordados partidos ante los trasandinos. “Haber clasificado fue algo increíble, con el Estadio lleno contra Chile”, dijo Saralegui, quien puso énfasis en que la celeste hacia “varios años” que no iba al Mundial, lo que generó mayor expectativa.

El debut ante Alemania

El torneo azteca tenía la particularidad de que varios partidos eran en ciudades con altura, además de que varios partidos se jugaban al calor del mediodía.

El cuerpo técnico puso énfasis en la aclimatación para jugar en la altura y la concentración previa al mundial fue en Colombia para lograr una mayor adaptación. “Fue muy largo, hicimos una gira de mucho tiempo”, dijo Ruben Paz sobre cómo fue la preparación. Desde que logró la clasificación en abril de 1985, Uruguay disputó 13 amistosos en un año. La realidad era distinta a la actual y la selección debía jugar partidos para recaudar dinero.

“Llegamos a Uruguay y a los pocos días nos fuimos a hacer la gira previa para adaptarnos a la altura. Pero teníamos que prepararnos para jugar al futbol, tener conocimiento contra quién íbamos a jugar y cómo. Eso fue lo que nos faltó”, dijo Paz sobre un punto que, con el paso del tiempo ha sido cuestionado: se priorizó la aclimatación y no se trabajó en cancha, además del desgaste de la gira más la concentración en Colombia de casi un mes.

Robots alemanes, cervezas belgas

A Uruguay le tocó el Grupo E del Mundial junto a Alemania, Dinamarca y Escocia. El debut fue ante los germanos, que luego serían finalistas. “Esos alemanes parecían robots, porque estaban Briegel, Rummenige… Tenían unos físicos y una técnica, eran locomotoras, arrancaban y era como que te venía un tren de frente”, recordó Barrios, quien llegó con un esguince de tobillo al torneo al lesionarse en un partido previo ante Bulgaria jugado en el hotel que compartían.

Uruguay también estaba con Bélgica, que tenía un estilo de concentración distinto. “El sudamericano antes era muy de cuidarse, con la bebida, el menú, la comida, el horario para dormir, para no estar al sol… Conductas de todo el equipo”, dijo el Chifle. “Y nos llamaban la atención los belgas. Estaba Pfaff, el arquero, que hablaba español, Scifo, que era un fenómeno… Y estaban con las señoras y los hijos en la piscina, con seis latitas de cerveza, al sol del mediodía. Hacían vida nocturna, bajaban al bar y se tomaban algo”, agregó. “¡Y salieron terceros! Son disciplinas y conducciones distintas, que uno no sabe cuál es la mejor”.

En ese sentido, Paz destacó un detalle que, según él, “afectó más” que la altura: Uruguay fue a México sin cocinero. “Estábamos regalados”, comentó. “Antes siempre viajaba el señor Olivera, el cocinero de Nacional (abuelo de Nicolás Olivera), que hacía las compras y nos cocinaba”.

El encuentro del debut terminó 1-1 con gol de Antonio Alzamendi. El siguiente fue ante Dinamarca, el 6-1, la peor derrota de Uruguay en los mundiales. ¿Qué pasó ese día? “Son partidos que se dan”, dijo Saralegui. “En un momento lo tuvimos cerca, pero pasaron cosas que nos complicaron. Ellos jugaban bien. Nos sentimos desbordados, no le pudimos agarrar nunca el ritmo de juego. Y se nos desarmó el equipo, intentamos empatar, y se perdió el orden. Por eso fue esa diferencia”.

Alzamendi ante Dinamarca

Wilmar, indicó: “De todos los jugadores de la selección, el que más había visto a Dinamarca era yo. Porque me gusta mirar fútbol, estaba en Europa y sabía del poderío de jugadores como Lerby, Laudrup, incluso Frank Arnesen jugó en Valencia antes que yo”. No existía la TV Cable ni internet, por lo que no era fácil acceder a información de los rivales. El delantero dijo que se “habló mucho” de Alemania porque era “conocido” y a Uruguay llegaban partidos por TV, pero muy poco de los otros rivales. “No hablamos nada de Dinamarca ni de Escocia”, comentó. “Ahí ellos sacaron diferencias”.

El Toro recordó fue expulsado Miguel Bossio y que gran parte del juego “se regaló” al no tener la misma respuesta física que contra Alemania. “Todo es parte de esa preparación que no tuvimos, nunca llegamos a un partido al 100%”, concluyó.

¿La FIFA contra Uruguay?

Uruguay cerró la serie con un 0-0 ante la Escocia que dirigía Alex Ferguson y logró avanzar. El partido es recordado por la roja a José Batista a los 56 segundos.

“Al juez (francés Joel Quiniou) lo puteé en español, francés y griego, no sé en qué idioma me habrá entendido, pero se llevó una buena puteada”, dijo el Chifle, para quien ese momento confirmó que la FIFA estaba contra Uruguay. “No lo sentía, sino que era así”, señaló. “Veníamos mal porque habíamos tenido un lío en un amistoso contra México que terminó con pelea, y siempre decían que los uruguayos armaban lío”, comentó sobre aquel partido recordado por los consultados.

Jorge Barrios y el juez Quiniou, antes de que expulsara a Batista

“Nos decían y se palpaba eso a nivel de dirigentes, y nosotros lo hablábamos, de que había una campaña en contra. Y lo de Charly lo confirmó”, indicó el capitán.

Ese partido fue el debut mundialista de Wilmar, pero al minuto tuvo que dejar el ataque. “Cuando expulsan a Charly lo primero que hago es pegarle el grito al Tano (Nelson Gutiérrez) y decirle ‘voy yo de lateral’”.  En ese entonces solo se permitían dos variantes y cinco jugadores al banco de suplentes, entre ellos el arquero.

“Ellos sabían que yo podía jugar en esa posición porque ya había jugado en el primer equipo de Nacional”, agregó Cabrera, quien dijo que luego los jugadores hablaron para que se mantuviera esa defensa ante Argentina, para tener más juego aéreo. Pero no fue así.

Tras el empate ante Escocia, Uruguay pasó a octavos y le tocó cruzarse con la argentina de Maradona y Carlos Bilardo.

El equipo ante Argentina

Borrás, quien hoy tiene 90 años, dijo días atrás que el expresidente de la AFA, Julio Grondona, veedor en el partido ante los escoceses, influyó para que a Uruguay les sacaran a sus laterales y no estuvieran frente a los albicelestes, con aquella roja a Batista y una segunda amarilla a Diogo.

Ante Argentina, se pedía que jugara Ruben Paz, quien aún no había debutado. Saralegui, amigo del “Cabeza”, recordó que en aquella selección los periodistas y los dirigentes “estaban muy metidos” en el plantel, algo diferente a hoy. “Se operaba mucho, había jugadores que estaban afuera y la gente opinaba que tenían que jugar, pero Borrás no los ponía”, dijo.

Sin embargo, Paz reconoció que por el periodismo uruguayo que seguía su gran carrera en Inter de Porto Alegre, pudo ser citado y luego formar parte del plantel.

Francescoli con la 10

Recién jugó ante Argentina, en los minutos finales, cuando el marcador estaba 1-0 abajo. En aquel entonces, Borrás dijo que no lo había incluido antes porque había estado enfermo y perdido peso.

“Con Alemania estaba en el banco”, recordó Paz. “Con Dinamarca no sé qué me apareció ahí que tenía fiebre y diarrea. Pero igual, no era porque me hubiese enfermado o algo por el estilo, porque en la previa se notaba que por el rendimiento tenía que estar. Uno ve, siente y sabe, aparte me había preparado muy bien para todo”, comentó. “Pero hay uno que es el que manda y pasó lo que pasó, por suerte tuve unos 20 minutos para ayudar a la selección en una lucha del Río de la Plata”.

Uruguay tuvo una gran reacción, pero no le alcanzó. “No empatamos porque no era nuestro día y ligaron”, dijo Saralegui.

Así se terminó México 1986 para la celeste, un Mundial en el que todos coinciden que había un grupo de jugadores para llegar más lejos, pero que por varios detalles no se logró llegar más lejos.

Amarilla para el Tano Gutiérrez

¿Cómo marcaban al mejor Maradona? “De Diego siempre digo que lo agarré en su mejor momento, con una gran velocidad mental”, dice el Chifle Barrios sobre el crack argentino, a quien enfrentó desde las juveniles y con quien hizo amistad en el Mundial sub 20 de Japón. “La estrategia mía cuando lo marcaba siempre era anticiparme. Porque cuando agarraba la pelota, después era difícil sacársela. Si no lo anticipabas, como se decía antes ‘hechá colita, esperalo, y hacé el embudo para que trate de pasar contra cuatro o cinco compañeros’. A veces los técnicos pedían marcar hombre a hombre y siempre me tocó marcar a Maradona, a Platini, a Zico, a Uribe, a grandes nenes. Iba a las palizas”, recordó. Por su parte, para Ruben Paz, Borrás cometió un error al mandar a Barrios a hacerle marca personal. “Lo quiero un montón al Chifle, no fue culpa de él, sino de ponerlo hombre a hombre a marcar a Maradona. Su reacción y velocidad de patas cortas, contra las patas largas del Chifle. Son pequeños detalles, pero justo contra el fenómeno (Maradona) fue un detalle que se hizo enorme”.
Saralegui y el día que voló con el presidente Sanguinetti El exvolante y actual entrenador tiene una anécdota previa al Mundial de México entre sus favoritas y la contó a Referí. “Justo me había mudado de casa y al otro día Uruguay se iba a jugar un amistoso a Paraguay, y después seguíamos de gira. El presidente era (Julio María) Sanguinetti, que había sido secretario de Peñarol y yo lo conocía. Con la mudanza se me pasó la hora y el vuelo era temprano. Voy volando al Aeropuerto, llego y Uruguay ya se había ido. Veo un montón de gente y lo veo a Sanguinetti. ‘¿Para dónde va Sanguinetti?’, pregunté. Iba a Buenos Aires, que era donde la selección hacía la conexión. Me meto con el bolso y el quipo de la selección, y le digo: ‘Presidente, ¿cómo le va? ¿Va a Buenos Aires, no me lleva?’. ‘Te llevo’, me dijo él. Fue increíble. No hice documentación ni nada. Iba con él sentado al lado y me preguntó qué me había pasado. Y me dijo, ‘ojalá llegués y después que no digan que el nuevo gobierno no arregla nada’”. Llegamos a Ezeiza y me fui volando por la puerta, me tomé un taxi para ir Aeroparque, creo que le pagué dos o tres veces más… Llegamos, busco los vuelos para Paraguay y me ve Borrás. Me le arrimó caminando al gordo y me dice: ‘si no venías te quedabas afuera’”. Y yo le digo, ‘qué iba a venir con ustedes, me vine con el Presidente de la República’”.

El Chifle Barrios y la amistad con Maradona que nació en un hotel de Japón “Para mi Diego es, fue y será uno de mis rivales”, contó el Chifle a Referí. “Cuando yo lo conocí en 1979, que teníamos 18 o 19 años, salimos campeones acá del Sudamericano que le habíamos ganado y fuimos al Mundial sub 20 de Japón y justo perdimos, salimos terceros y ellos fueron campeones. Convivimos todo el campeonato en el hotel, el Takanawa Prince Hotel, con la delegación argentina y nos hicimos muy amigos. Y sabíamos que uno de los dos que pasara iba a la final. Estaba el Flaco Menotti que nos quedábamos de charlas con ellos, con Bentancur y Gesto. Ramón Díaz, Diego Maradona, Sperandío, el petiso Barbas, el puntero Escudero, Simón… Hicimos amistad porque nos llevábamos bien, más allá de la rivalidad, éramos sudamericanos. Nos tocó que ellos nos ganaron. Con Diego gané y perdí. Más allá de todo, enfrenté al mejor del mundo. Y una buena persona. En aquel entonces, en Japón, fuimos a la habitación después que salieron campeones y nos mostró los trofeos. Parecía una joyería. Ganó el Balón de oro de FIFA, de Adidas, el premio de goleador, todo… Teníamos buen trato y se lo mereció y se merece el reconocimiento. Ser el mejor del mundo es difícil. Él siempre andaba con Ramón Díaz, eran grandes amigos. Estaba de moda el 3 en 1 que era tocadisco, grabador y radio, y él le había comprado para la Tota, para el padre, el hermano… Habían salido recién unas cámaras Panasonic y llevaba como cuatro o cinco. Ellos se iban por Aerolíneas Argentinas y no los dejaban pasar por el exceso de kilos de equipaje y tuvieron que pagar. Son lindas anécdotas que viviste de haber estado con gente que marcó una época en el fútbol”.

 

Testimonios de México 1986

Víctor Hugo Diogo

“Tuvimos un lío grande en Los Ángeles contra México en un amistoso previo y cuando llegamos, éramos los malos de la película para la prensa. Todo lo que hacíamos era visto con lupa. Fuimos con toda la ilusión y volví muy dolido por todo lo que pasó. Uno iba a participar del evento más importante que tiene un futbolista, un Mundial. Perdimos 6-1 con Dinamarca. Uruguay casi nunca había perdido así y eso te marca. Después se formó una olla de grillos. No se hicieron tan mal las cosas dentro de la cancha. Contra Argentina no tuvimos a todos los jugadores. Yo no pude estar porque me mostraron la segunda amarilla por sacar mal un lateral y a Batista lo echaron por no pegarle a un rival a los pocos segundos. Podríamos haber tenido mejor suerte con todos a la orden. No era lo mismo que lo marcara Mario (Saralegui) a Maradona que lo marcara el Chifle (Barrios). Ya pasó, pero son cosas que quedan en el tintero.  No fue por eso que el equipo no rindió. Fue porque no estábamos preparados. Pensábamos que teníamos un equipo armado y que podíamos ganarles a todos y no fue así. El exceso de confianza también juega en tu contra. Cuando ganás está todo bien y cuando perdés, se generan problemas. Uno debe saber llevar esos momentos”.

Carlos Aguilera

“Ahí no tenía posibilidades de jugar. Estaban Venancio Ramos, Alzamendi, Francescoli, Da Silva, Ruben Paz. Lo que me dolió es que había sido titular siempre en los partidos que se jugaron acá antes de viajar. Te digo más: fui el único jugador de todo ese plantel que no fui al banco en todo el Mundial. Pero no me quejo de eso, porque ir a un Mundial y estar, es único. Después pude jugar en el de Italia”.

Celos Otero

“Para un futbolista que la vive de afuera un Mundial se convierte en permanente ilusión de jugar pero al mismo tiempo le hace apoyar a los que están en cancha. Eso fue lo que me sucedió de alguna forma: compartía la habitación con Fernando Álvez, con quien trabajamos y hablamos siempre en pro del grupo porque si bien quería ingresar también deseaba que él atajara de la mejor manera para avanzar en el certamen. Lamentablemente no nos fue nada bien si se considera la gran calidad de jugadores que teníamos y creo que en parte fue por el empate ante Alemania –tras sostener un 1-0 gran parte del partido– y, lógicamente, la derrota ante Dinamarca (1- 6). Caímos en un pozo y no nos levantamos. En un torneo de esta naturaleza los resultados condicionan el factor anímico y las chances de avanzar. Los triunfos te afirman y las derrotas te hunden. Y fue así. De todas formas, como experiencia vivida fuera de las canchas estar en un Mundial te deja muchas cosas, incluso materiales. Convivimos en la misma concentración con los búlgaros que también se fueron en octavos, como nosotros. Cada vez que nos veían de vaqueros nos ofrecían lo que tuvieran a mano para el trueque. En una vuelta uno me dio un equipo deportivo completo y agarré viaje. El tipo sacó todo prolijamente doblado de un bolsito y a cambio de los jeans me llevé, además del deportivo oficial de la selección, la camiseta de Bulgaria con pantalones y medias incluidas”.

Fernando Álvez

“Jugar dos mundiales consecutivos como titular es una satisfacción personal muy grande porque llegar no es nada fácil. A nivel deportivo creo que tanto en México como en Italia apenas pasamos a octavos pero había cuadro como para llegar, por lo menos, a semifinales. Cómo sería la cosa que cuando volvimos a Uruguay con el 16° puesto a cuestas nos querían matar, y sin embargo hoy, miramos el Mundial de afuera... Lo que explica en parte nuestras actuaciones fueron los resultados del primer partido”.

Eliseo Rivero

“Soy un agradecido por haber sido uno de los cuatro jugadores del medio local –jugaba en Peñarol– convocados por Borrás para ir a México 1986. Creo que en esa gira hicimos una preparación muy buena y teníamos un gran plantel pero quedó demostrado que a esa altura ya estábamos muy lejos. Hacía dos mundiales que no clasificábamos y el fútbol había cambiado mucho. No era cuestión de volver a un Mundial y salir campeones como se creía la gente. Y eso quedó demostrado cuando nos goleó Dinamarca. Estar en la piel del técnico debe haber sido durísimo ya que Borrás tenía jugadores de confianza que habían estado en todo el proceso y que habían hecho méritos suficientes para estar, como Eduardo Acevedo, y otros que no habían formado parte del mismo pero que estaban en un excelente nivel como Darío Pereyra y Ruben Paz que eran figuras en el fútbol brasileño; y esos momentos hay que aprovecharlos. En octavos tuve la posibilidad de enfrentar a Argentina porque Diogo y Batista estaban suspendidos. Nos ganaron bien porque jugaron mejor durante 75 minutos aunque la entrada de Ruben Paz cambió tanto que estuvimos cerca de empatar. Una lástima porque si íbamos a alargue o penales estoy seguro que les ganábamos”.

El plantel de Uruguay

  1. Rodolfo Rodríguez
  2. Nelson Gutiérrez
  3. Eduardo Acevedo
  4. Víctor Diogo
  5. Miguel Bossio
  6. José Batista
  7. Antonio Alzamendi        
  8. Jorge Barrios
  9. Jorge da Silva
  10. Enzo Francescoli
  11. Sergio Santín
  12. Fernando Álvez
  13. César Vega
  14. Darío Pereyra
  15. Eliseo Rivero
  16. Mario Saralegui
  17. José Luis Zalazar
  18. Rubén Paz         
  19. Venancio Ramos             
  20. Carlos Aguilera
  21. Wilmar Cabrera
  22. Celso Otero

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