Las imágenes hablan por sí solas. Gustavo Leal (la sorpresa de la semana) llegó a declarar a la Fiscalía sonriente y con la promesa de dar sus explicaciones a la salida pero terminó huyendo de los periodistas. Como contó esta crónica, en una audiencia que duró sólo siete minutos, pasó de testigo a indagado y salió por una puerta lateral, sin el saco beige con el que había entrado, para que los periodistas no lo reconocieran.
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