Uruguay amaneció ayer indignado. Fue un sentimiento similar al de un año atrás, cuando la sanción a Suárez por la mordida al italiano Giorgio Chiellini. El país futbolístico volvió a sostener que Uruguay había sido borrado del mapa de la Copa América tras la derrota ante Chile, y que una mano negra decidió que no era negocio que el local se quedara afuera. El dedo del chileno Jara entre las nalgas de Edinson Cavani, y la expulsión del delantero (le tocó la cara al defensa trasandino y este se tiró fulminado al suelo) destapó la misma ola de indignación colectiva.
De nada valieron los argumentos de que Uruguay ha sabido aplicar mañas similares en su historia futbolística. Quizás no sean tan comunes las del dedo en las partes íntimas, pero sí otro sinfín de triquiñuelas escondidas detrás del concepto de "viveza criolla", y de que el fútbol es de "guapos" .
Yo quiero un equipo que defienda con el alma, sí, pero que se anime a jugar más. Y que asuma sus propios errores, antes de criticar los de los demásBueno sería saber qué hubiese ocurrido si, en lugar de Jara, eso lo hubiese hecho un uruguayo. Muchos aseguran que nunca hubiese ocurrido. "Lo del dedo lo hicimos toda la vida", dijo en cambio en el programa Viva La Tarde Enrique "Pelado" Peña, alguien que de viveza criolla sabía mucho.
Uruguay probó su propia medicina. Ni siquiera valió otra máxima del campito: esa de que "el fútbol no es de llorones", o que las cosas del fútbol quedan dentro de la cancha. Que, además, fue el argumento usado cuando Suárez mordió a Chiellini. Que las polémicas terminan cuando pita el juez, y quien hace lo contrario es un quejoso. Y que, de paso, se parece mucho a la actitud con la que juega el equipo: correr, meter sin mirar para el costado. Podrá compartirse o no la máxima, y la tarea de la dirigencia será hacer los reclamos correspondientes sobre Ricci, Jara y Cavani (ver apunte). Pero lo cierto es que ese mandamiento ayer se hizo añicos.
Uno tras otro, y apoyados por las declaraciones de los jugadores y el entrenador, hinchas y periodistas hablaron de despojo. Y volvieron a ponerse una venda en los ojos, como en 2014.
Lo más peligroso de esa ceguera colectiva es lo que oculta: el pobrísimo fútbol que mostró el equipo en el torneo, que estuvo muy cerca del piso del proceso Tabárez. Ayer hubiese sido un buen día para una discusión sobre qué fútbol debe jugar la selección. Pero no, el Uruguay futbolero se quedó en la cómoda de: "nos robaron".
Esa manía persecutoria sirvió como refugio de argumentos conocidos y cómodos: la entrega, el esfuerzo, el concepto del pequeño matagigantes, que lucha contra su poco atractivo comercial, argumento que se hace trizas al analizar el Mundial 2010 o la Copa América 2011.
Todos esos conceptos, que ayudaron a construir el fútbol uruguayo, pueden estar empezando a hacerle mal a la celeste. Cuando los resultados se dan son el combustible que explica el "milagro". Pero cuando son adversos, se transfrorman en una cantarola que se repite sin razonar, hasta dar pie a cualquier teoría que incluya el concepto de que el mundo se resume a una lucha contra tres millones de uruguayos.
No me incluyan en esa cantarola. Yo quiero un equipo que defienda con el alma, sí, pero que se anime a jugar más. Y que asuma sus propios errores, antes de criticar los de los demás.Bien decretada
La primera amarilla fue por una dudosa falta, aunque luego el delantero protestó enérgicamente al línea. Luego llegó la instancia de la polémica: Jara le toca la cola, y allí el error es del línea que no lo ve. Pero luego Cavani reacciona tocándole la cara. Jara actúa y se tira, pero el contacto existe, y la amarilla está bien decretada.
Dudosa
La amarilla al lateral izquierdo no admite dudas: le pega a un rival sin pelota. Luego llega la instancia de la polémica: Fucile llega primero a la pelota ante Alexis Sánchez, pero luego se lleva puesto al rival. Puede ser considerado “fuerza desmedida”, y por lo tanto amarilla. El concepto, de todos modos, es muy discutible y depende de la interpretación del juez.
Tras arribar ayer, la AUF se tomará “24 horas de reflexión” para decidir que pasos tomará respecto a lo ocurrido en el partido, informó a Referí el secretario general de la AUF, Alejandro Balbi. El informe confidencial del juez incluye denuncias contra Cavani, Óscar Tabárez y su ayudante Mario Rebollo por insultos al árbitro, algo que el entrenador desmintió. Junto a la estrategia de defensa se decidirá también hoy si presenta una queja por la situación de Jara, lo que habilitaría a la Conmebol a actuar, ya que de momento no lo puede hacer debido a que el juez no incluyó al chileno en su informe.
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