En varios períodos de pases, los dirigentes de Peñarol y Nacional se han peleado más de una vez por el mismo jugador como pasó con Matías Zunino.
“Con Venancio (Ramos), Mario (Saralegui) y Manolo (Anzorena) firmamos en Peñarol en 1977. Yo estaba en la preselección juvenil de Raúl Bentancor y Esteban Gesto. Nacional me quería desde 1975 y como Peñarol de Artigas no me daba el pase, yo tenía que pasar dos años sin jugar. Ellos me ofrecían estar un año parado sin jugar y quedaba libre y no me servía”, recordó Ruben Paz a Referí.
Peñarol de Artigas hizo un paquete con los cuatro y en vez de venir uno por separado, vinieron todos.
“Estaba en el Parque Central mirando un entrenamiento cuando me llamaron para ir a firmar contrato con Peñarol. Estaban mi padre, (Washington) Cataldi y el presidente de Peñarol de Artigas. Al Parque Central había ido a tomar unos mates con compañeros míos de la preselección como Amaro Nadal y el arquero Raúl Alonso”, dijo.
Y agregó: “Me fui a la vieja sede de la calle Maldonado a firmar. Aparte de ser hincha de Peñarol, me juntaría con mis amigos de la infancia para jugar juntos; se daba todo. Un combo espectacular”.
El secretario de la AUF, Alejandro Balbi, habló con Referí por algunos pases en los que participó. Recordó lo que hizo cuando consiguieron a SebastiánEguren.
“Nos fuimos con Daniel Carreño bajo una lluvia torrencial del partido Uruguay-Brasil del juvenil sub 20 que se jugaba en el Centenario. Fuimos a comer algo, nos manijeamos los dos y arrancamos derecho a la casa de Sebastián (Eguren). Me acuerdo que vivía por el Prado, cerca de la casa del presidente de la República y lo despertamos. Cuando íbamos a entrar salió un perro enorme y muy malo, y le dijimos en broma: ‘¡Matá a ese perro!’ Bajó dormido y nos atendió en la puerta. Eran como la 1 de la mañana. Daniel más que nada fue quien lo convenció de ir a Nacional. Yo sabía que era hincha y le toqué la fibra: ‘No vayas a Peñarol’, le dije. Daniel tenía la gran ventaja que lo conocía de Wanderers y tenía contacto con él. Ganamos la pulseada”, indicó.
También participó en la llegada de Pablo Islas: “Cuando fui a buscarlo al aeropuerto, salía por la sala VIP, venía caminando y sabía que yo lo iba a buscar. Cuando llegó y me saludó, apareció (Víctor) Cabrera (dirigente de Peñarol en ese momento). Estaba arreglado de palabra con Nacional. El técnico de Peñarol era (Julio) Ribas y capaz que fue una treta suya. Cabrera como que lo quiso agarrar del brazo a Islas y el jugador le sacó la mano. Yo también discutí con Cabrera por el tema y había una emisora que lo transmitió en vivo. Se enteró todo el Uruguay en un minuto”.
“Yo representaba a Vicente Sánchez y ya le había prometido a él que iba a jugar en Nacional –contó a Referí, Jorge Chijane–, porque además había arreglado de palabra con el presidente (Dante Iocco) y con el técnico que era Hugo (De León) que es como mi hermano de la vida. Y al final apareció Peñarol a querer convencerlo, pero el jugador ya estaba decidido que iría a Nacional. Por eso lo mandé unos días a Punta del Este a un apartamento. Nunca había ido y se pasó una semana allí, medio secuestrado. Se tomó una semana de vacaciones y se descomprimió todo”.
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