Lo bueno y lo malo de Animales Fantásticos: los crímenes de Grindelwald

En el caso del universo de Harry Potter, las continuaciones más visibles han sido las de la saga de películas Animales Fantásticos. También está la obra teatral El legado maldito, pero hasta ahora solo ha pasado por salas de Londres y Nueva York, y estará en San Francisco, Melbourne y Hamburgo en 2019.  El pasado jueves se estrenó la segunda de las cinco películas previstas de Animales Fantásticos, y el resultado es más divisivo que la primera entrega, que era entretenida aunque sin llegar a la genialidad de la saga de Potter. 

En esta segunda parte, el zoologo mágico Newt Scamander (Eddie Redmayne), es reclutado por el mismísimo Albus Dumbledore, aquí interpretado en su juventud por Jude Law, para viajar a París a buscar a Credence Barebone (Ezra Miller), el joven mago que se ha convertido en la obsesión más reciente de Gellert Grindelwald (Johnny Depp), el villano de esta historia, y que busca a Credence por motivos que solo se revelarán al final de esta segunda parte. 

Acierto: el encanto de los protagonistas

Los personajes que ya vienen de la primera parte son considerablemente más firmes y desarrollados que los recién incorporados. La familiaridad de ya tener una película encima hace que sus vínculos y sus acciones involucren más al espectador. A eso se suma el encanto de Eddie Redmayne como Scamander (aquí menos introvertido y con menos tics que en la primera entrega), que tiene una escena tierna junto a Tina Goldstein (Katherine Waterston), la agente del gobierno mágico estadounidense que conoció en su viaje a Nueva York en la película pasada, el humor que aporta Dan Fogler como el "no-magíco" Jacob Kowalski y el carisma de Jude Law como Dumbledore.

Defecto: demasiados personajes

La película tiene al menos once personajes que sus responsables quieren que tengamos en cuenta. Y eso sin sumar a los secundarios. La maraña de personajes es tal que uno puede ser disculpado si se marea. Todos tienen una misión propia, una búsqueda personal y una función al menos breve en la narrativa, que hace que la historia se sienta sobrecargada. La creadora de Harry Potter, J.K. Rowling es la responsable del guión, y su formación como narradora literaria se refleja en eso: las tramas secundarias y los múltiples personajes son más fáciles de seguir en un libro, y si bien no llega a ser incomprensible, la hace más densa. 

Acierto: los animales son fantásticos

Cada vez que aparece una animal mágico en pantalla hay que prestar atención, porque lo que viene es uno de los pasajes más divertidos y ágiles de la película. El loable trabajo de efectos digitales no solo da vida a las locaciones mágicas como ya sucedía en las películas de Harry Potter, sino que también da al menos un leve toque de realismo a las criaturas con las que Scamander se vincula a lo largo de sus viajes. Destacan particularmente los adorables escarbatos bebés, el majestuoso gato/dragón/perro/tigre chino Zouwu y la mascota personal de Newt, el Bowtruckle llamado Pickett.

Defecto: gente que busca gente

Al comienzo de la película hay al menos cuatro personajes buscando, cada uno por su parte, a Credence Barebone, que a su vez está buscando a su madre biológica. Encima de eso, las autoridades buscan a Grindelwald, que en la primera escena del filme se escapa de la custodia. Scamander busca además a Tina Goldstein, a quien le perdió la pisada. Jacob Kowalski y su novia Queenie buscan a Newt, y luego Jacob se suma al zoologo mágico para buscar también a Queenie, cuando esta se va. La película se podría haber llamado Animales Fantásticos: gente que busca gente. 

Esto hace que todo sea entreverado y termine aburriendo un poco. Hay momentos de acción - sobre todo en el final de la historia, donde todo se hace más activo y divertido - y los animales aportan shocks de energía, pero por lo demás es gente investigando y buscando a otros personajes. Esto corresponde con el enfoque más adulto de la película (que no duda en incluir violaciones, secuestros y bebés muertos), y apunta a un toque de policial, pero hace que se extrañen las aventuras mágicas del muchachito de lentes.

Acierto: los toques de nostalgia

El enfoque adulto tiene una explicación no demasiado complicada: los que siguieron a Harry Potter y la obra de Rowling desde el principio hoy son de veinteañeros para arriba. Y como la tecnología nos ha dejado el pasado más presente y accesible que antes, los fanáticos jóvenes aprecian las referencias nostálgicas y los guiños al pasado (que en Animales Fantásticos son también al futuro, porque esta nueva saga se ambienta en los años 1920). Sin dudas que la mayor caricia a los fanáticos es la vuelta en la pantalla grande al castillo de Hogwarts, que ya se había mostrado en los avances del filme. Pero hay otras referencias y personajes conocidos que aparecen. Es cuestión de mirar con atención.

Defecto: el giro final 

No se dirá aquí, ni se mencionará sobre que trata, pero la película tiene un final sorprendente. Pero el problema es que una vez pasado el shock de escucharlo y verlo, si se contrasta con lo que Rowling explicó en los libros de Harry Potter, no tiene demasiado sentido. Quedará por ver si la revelación es real, y de que forma se explica, pero deja una sensación extraña.