Lo que dejó Succession: el duelo del escorpión y la serpiente y un puñado de verdades

¿A quién no le gusta que lo despierten con proyecciones electorales y café caliente en la mañana? En el último episodio de Succession, los hermanos Roy fueron los anfitriones de una fiesta en la noche previa a las elecciones estadounidenses en la que congregaron a los principales referentes culturales, empresariales y políticos para adivinar el futuro de la nación y ganarse un balde de pop.

Bueno, algo así: un evento que Logan Roy aprovechaba para acercar fichas y cócteles a todos los sectores políticos y columnistas de opinión antes de un nuevo período de gobierno. Un evento que heredaron sus hijos, con lista de invitados incluida: "40 de las personas más poderosas de los Estados Unidos", en palabras de Tom. 

Pero nada es tan sencillo en la familia Roy. El último episodio le dejó unas cuantas verdades a sus protagonistas y dejó en evidencia la fragilidad o solidez de sus parejas y estrategias sentimentales. Y todo sucede bajo las apariencias de una fiesta.

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El veneno y la inflación 

Todos los hermanos llegan al tríplex de Manhattan con su propia agenda: Shiv intenta reforzar su vínculo con Matsson para empujar la venta y conseguir un cargo "muy, muy, muy importante", mientras Roman y Kendall –CEOs interinos tras la muerte de Logan– pretenden abrir la cancha de las negociaciones con los demócratas al vaivén electoral. Connor, por su parte, espera los resultados de su demente carrera política ahora que ya no tiene a un padre al que impresionar. Incluso Tom y Greg tienen sus intereses: evitar torpemente que con la venta de Waystar Royco rueden sus cabezas. 

Cuando las proyecciones de encuestas muestran una carrera presidencial reñida, con el candidato republicano Jeryd Mencken batallando en algunos estados clave, Roman puede conseguir una ventaja sobre Kendall si logra convencer a Connor de que respalde al conservador. Solo le quedaría rezar para que su dígito de intención de voto sea suficiente para marcar la diferencia y el futuro presidente de los Estados Unidos le esté agradecido. Comienza entonces una negociación diplomática que va desde Mogadiscio a Mascate, y que termina con la intervención de Willa. La pareja de recién casados parece, increíblemente, la más sólida de la familia.

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Diametralmente opuesta es la situación de Roman y Gerri, que después de ser arbitrariamente despedida por el menor de los Roy hace acto de presencia en la fiesta para marcarle las condiciones de su salida, incluyendo mucha plata y una amenaza de juicio y exposición de las nudes que le mandaba él. En pocas palabras, fue a la fiesta para mandarlo a pasear definitivamente.

Entre sanguchitos y canapés, Roman y Kendall descubren algo podrido: los números de suscriptores del "gigante" tecnológico GoJo están inflados. Pero no por poco, inflados como si la India –el país con la proyección de mayor población mundial– existiera dos veces. Y si bien la hiperinflación es una debilidad táctica para el sueco, la verdadera debilidad sigue siendo su carácter: antisemita, homófobo y machista. De hecho, fue su relación abusiva con su jefa de comunicaciones, Ebba, la que lo expuso a perderlo todo.

El escorpión y la serpiente

La fiesta electoral era perfecta para anunciar una reconciliación: Tom y Shiv podrían unir los pedazos que quedan de su relación en público como anfitriones. Pedazos que intentan pegar en base a sexting, desconfianza y escorpiones encerrados en cajas de cristal.

Pero todo eso que trataban de hacer encajar en público se desacomoda en un momento en privado. Mientras la noche avanza, a Tom le va quedando claro que, en caso de que se concrete la venta, él se queda sin nada. El dinero y poder que ha conseguido al lado de su esposa y enfrentado a ella ahora tambalea, mientras Matsson se encarga de decirle a todos que lo va a despedir, mientras Shiv asiente a su lado. Y ella no sale ilesa. Cuando el secreto de los números suecos se desvela, ella –que jugaba a espaldas de sus hermanos como la informante de Matsson– apenas queda de pie. 

La tensión se acumula hasta que Tom tiene una rabieta parecida a la de un niño con sueño y se escupen en la cara todo el veneno que guardaban adentro. Desde el principio. "Deberíamos tener una conversación real?", le pregunta Tom en el balcón de la casa/fiesta. "¿Con un escorpión? No", le responde Shiv, y al mejor estilo Paquita la del Barrio ella lo trata de rata inmunda, animal rastrero. "Una hiena, una rata de calle, una serpiente".

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Los dos se levantan los pedazos y los usan como armas blancas para cortar al otro lo más profundamente posible en la yugular. Él la trata de egoísta y le dice que el casamiento fue un error, ella le da la razón respecto a la boda y le recuerda que su padre estaba muriendo. Él le dice que no es una buena persona para tener hijos, parafraseando las palabras de su propia madre el día de su boda. Ella le echa en cara que él le quitó los últimos meses con su padre. "Sos incapaz de amar", le dice Tom en el calor de una de las mejores escenas de la temporada. Pero la pregunta es: ¿alguien realmente lo es en esa familia?

Tres semanas antes del final, la serie de HBO nos regaló un episodio de descubrimientos y develaciones. Shiv se da cuenta de que quizás no se casó con la mejor estrategia. A Greg le hacen ver que en realidad tiene más valor del que piensa después de que despide a cientos de empleados de ATN sin remordimientos –recreando la noticia real de un empresario estadounidense que despidió al 15% de su plantilla, 900 personas, en una reunión de Zoom–. Kendall se entera de que la cobertura de ATN está afectando a su hija en un encuentro con su exesposa en el que le recuerda que, de hecho, tiene una hija. Pero también se da cuenta de que hay una sola corona, y que la quiere para él. 

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Episodios anteriores
Episodio 1 - Vínculos rotos, nuevos negocios y golpes familiares: volvió Succession y esto fue lo mejor del comienzo
Episodio 2 - Un duelo intenso, alianzas frágiles y verdades contundentes: lo mejor del nuevo episodio de Succession
Episodio 3 - Una boda, un funeral y una herencia millonaria preparan el final de una de las mejores series del momento
Episodio 4 - Una danza de nombres, puñaladas por la espalda y una lluvia de sorpresas
Episodio 5 - Un viaje a Noruega, negociaciones sangrientas y tensiones al rojo vivo
Episodio 6 - Cada vez más cerca del final, la serie de HBO enseña que nunca hay que tuitear en caliente