Economía y Empresas > DE CELULARES A LENTES

Los argentinos que fabrican lentes inteligentes con tecnología obsoleta

Lucas Sala, al frente de Caecus Lab, desarrolló una solución que ayuda a las personas con discapacidad visual
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02 de octubre de 2019 a las 05:00

Empezó como un proyecto de tesis y terminó con la creación de una empresa. La historia de Caecus Lab, que desarrolla dispositivos tecnológicos inclusivos, se remonta a 2016, cuando a Lucas Sala, entonces estudiante de Ingeniería en Sistemas, se le ocurrió armar anteojos que ayudaran a personas con discapacidad visual (PDV) a desenvolverse en la vía pública. A través de lentes inteligentes, Caecus Lab brinda asistencia en los recorridos diarios y en la detección de obstáculos, mediante el uso de aplicaciones móviles, web y tecnologías de soporte. Los dispositivos, que se vinculan con el celular de uso habitual de la PDV, tienen un reconocedor de voz, que activa dos aplicaciones móviles. 

“Una persona ciega va a poder identificar un local comercial, un museo, un semáforo. Si ingresa al museo, va a poder identificarsus obras de arte”, se enorgullece Sala.

Punto de partida

Pensar en el prójimo es parte del ejemplo que el emprendedor recibió de chico. “Mis padres tienen una ONG a través de la cual capacitan a las personas en oficios para darles una herramienta de inserción laboral. De niño aprendí a ayudar a las personas con cierto grado de vulnerabilidad”, recuerda.

Y esa sensibilidad se entremezcló con su capacidad de inventiva y la pasión por armar, desarmar y aprovechar todo aquello que ya no servía para darle una nueva funcionalidad.

La tesis fue tomando forma cuando Sala y sus compañeros Juan Panzetta, Rodolfo Juárez y Gonzalo Morales pusieron manos a la obra.

Para armar un equipo multidisciplinario, sumaron a un psicólogo y a una profesora en orientación y movilidad, y se pusieron en contacto con varias fundaciones. Al momento de hacer el primer prototipo no contaban con presupuesto. “Hicimos una lista de los dispositivos que nos hacían falta y muchos de ellos estaban en los celulares. Empecé a desarmar todos los equipos que estaban en mi casa. Saqué baterías, parlantes y compramos sensores. También, unos anteojos de soldar y empecé a pegarle todo lo que recuperé de tecnología obsoleta”, comparte Sala.

La tesis fue tomando forma cuando Sala y sus compañeros Juan Panzetta, Rodolfo Juárez y Gonzalo Morales pusieron manos a la obra.

Cuatro meses más tarde, estaban haciendo las primeras pruebas con PDV en la Plaza de la Intendencia, en la capital cordobesa. Los resultados fueron sorprendentes y el boca a boca hizo lo suyo. “Había gente que nos decía que quería anteojos pero ya no me quedaban celulares en casa. Empezamos a pedir a nuestros familiares que nos donaran sus teléfonos viejos”. El año pasado, Caecus Lab pudo terminar el proceso de incubación en diferentes instituciones. “Recibimos un fondo semilla de Córdoba, programa Emprendium, por 200.000 pesos argentinos; este año, una inversión de US$ 50.000 de un fondo privado, y luego una coinversión de la provincia de Córdoba a través del programa Más empresas”, enumera.  La empresa tiene una producción on demand. Desde febrero, cuando empezó a comercializar el producto, lleva unos 100 anteojos entregados. 

Fuente: El Cronista - RIPE 

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