Los libros volverán a arder: Fahrenheit 451 adelanta su estreno con su primer trailer

Así arranca una de las historias de ciencia ficción más importantes de la literatura. En 1953, el escritor norteamericano Ray Bradbury publicó Fahrenheit 451, una novela que se inscribía en el concepto de las distopías; esto es, un futuro pesimista en donde una sociedad hipervigilada se colocaba como norma y como fin. Usualmente liderados por dictadores u organización fascistas, en estas historias aparecía un héroe trágico que se rebelaba de las cadenas del Estado y se emancipaba contra la coyuntura social/política/económica.

En Fahrenheit 451 (el titulo refiere a la temperatura a la que arde el papel), Bradbury presenta a Guy Montag, un bombero que no apaga incendios sino que los provoca. Específicamente, la brigada de Montag se dedica a quemar libros, un elemento prohibido en una sociedad presa de unas telepantallas gigantes que controlan los movimientos de cada persona. En ese futuro, la represión y la censura son vías que, según sus líderes, garantizan la felicidad de sus habitantes.

Como suele suceder en este tipo de historias, aparece un disruptor: como le pasó al Winston Smith de Orwell en 1984, aparece una mujer en la vida de Montag que lo hace reflexionar y despertar de su letargo. Y allí se produce la rebelión. Montag ya no quiere quemar más las obras de Faulkner, Tolstoi y Shakespeare y, en cambio, decide comenzar a guardarlos y a leerlos. El problema aparece cuando su superior, Beatty, comienza a sospechar.

Las llamas devorando el papel, los pensamientos liberales encendidos por hogueras de represión, recordó a muchos lectores las todavía cercanas purgas literarias que los nazis habían ejecutado en su país, así como el control ideológico que Estados Unidos veía en su todavía joven enemigo soviético. Todavía no habían pasado ni diez años del fin de la guerra, y con ese antecedente, las ideas de Fahrenheit 451 se aferraron con fuerza a la literatura estadounidense de aquella época.

El éxito de la novela marcó casi como una obligación su adaptación al cine. La primera fue en 1966, once años después de la publicación del libro. Al filme lo dirigió nada menos que el legendario François Truffaut -referente de la corriente francesa denominada Nouvelle Vague- y estuvo protagonizada por Oskar Werner, Julie Christie, y Cyril Cusack.

La película está plagada de guiños a la novela -no tiene títulos iniciales porque la escritura está prohibida en la historia- y se convirtió en un filme de culto. Es curioso que, al menos en etapas de preproducción, los estudios no querían que se quemaran libros de autores que no pertenecieran al dominio público. Sin embargo, Truffault se mantuvo firme y logró que los nombres de los mismos autores que arden en la novela, ardan en su película.

En tiempos en los que Hollywood carece de ideas originales, era extraño que la novela no hubiese tenido una nueva adaptación. Pero antes de que el cine retomara el mundo ardiente de Bradbury, llegó la televisión. Con el ascenso de Trump, las historias de futuros pesimistas se volvieron moda y la HBO adquirió los derechos para producir una de las referencias del género.

Esta semana, la cadena estrenó el primer trailer su versión de Fahrenheit 451, que estará protagonizada por Michael B. Jordan (Creed, pantera Negra) y Michael Shannon (Animales Nocturnos, La forma del agua). Las primeras imágenes de la película muestran que la recreación y el espíritu de la novela se mantienen, pero que además se profundiza la acción y la verticalidad de su propuesta. Promete, al menos, un apartado técnico a destacar y emociones enmarcadas en la locura futurista que propuso el autor en 1953 y que hoy parece relevante otra vez.

La película se estrenará en Mayo en la señal de HBO y estará disponible también en la plataforma web del canal, HBO GO. Está dirigida por Ramin Bahrani (99 homes) y también tiene las actuaciones de Sofía Boutella (La momia) y Keir Dullea (el legendario David Bowman de 2001: Odisea en el espacio). La temperatura todavía no es la ideal, pero en pocas semanas el papel va a comenzar a arder de nuevo.