La redacción de El Observador me sugirió escribir sobre la evolución de los liderazgos políticos en la perspectiva de la elección nacional de 2024. No es sencillo hacerlo porque la competencia política es cambiante y la picardía de los líderes políticos uruguayos verdaderamente proverbial. Recuerden algunos ejemplos: José Mujica dijo durante años que su candidatura presidencial era un invento de algunos politólogos; a fines de 2011 era muy difícil imaginar que Luis Lacalle Pou terminaría siendo el candidato presidencial del Partido Nacional en 2014; en 2016, Ernesto Talvi recién estaba empezando a recorrer el país y estaba lejos de confirmar su paso (a la postre efímero) a la política partidaria; en ese mismo momento, nadie sospechaba tampoco que un tal Juan Sartori intentaría competir por la nominación en el PN. Como decía Luis Eduardo González, con el “paraguas abierto”, allí voy.
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