Era diciembre de 2015 y la Asociación de Empleados y Obreros Municipales (Adeom) ocupaba el segundo piso de la Intendencia de Montevideo (IMM), que alberga las oficinas de las principales jerarquías comunales. El entonces flamante intendente Daniel Martínez catalogaría la medida como una "guarangada" y una "falta de respeto". Estaba en curso una negociación por la firma del convenio colectivo, que acabó por firmarse ocho meses después tras varias discrepancias.
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