María Córdoba

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María Córdoba, la 5 de Defensor Sporting que estudia medicina y que no para de correr

Los días le quedan cortos a María, entre el estudio y los entrenamientos. Dice que las mujeres de hoy tienen más pasión por el fútbol y que la promoción favorece a las jugadoras
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15 de marzo de 2021 a las 05:00

Los días de María Córdoba se parecen a su desempeño en el campo de juego. Va y viene, va y viene. Entre los estudios de Medicina, los viajes al Complejo Arsuaga y los entrenamientos con el equipo de Defensor Sporting, el día se le pasa volando. Así también en la cancha, donde juega de volante, “una 5 elegante” según se definió, pero que corre hasta cuando no le corresponde. Comenzó a jugar al fútbol en Seminario y continuó en los violetas, donde el año pasado participó del Campeonato Femenino A Torneo Rexona de la AUF.

La llegada a Defensor le cambió la visión que tenía sobre el fútbol femenino y los entrenamientos. “En su momento lo que más saqué de Fabiana Manzolillo, la primer DT que tuve en Defensor, fue una disciplina en el fútbol. Estaba acostumbrada en Seminario a entrenar tres veces por semana y que faltabas una o dos, y noté ese cambio. Otro fue que dejamos de pagar, porque en Seminario nos pagábamos absolutamente todo; el pago de canchas y de cuotas era organizado por las jugadoras. Pasar a Defensor, donde simplemente ibas a jugar, que es lo más común en la mayoría de los cuadros, me sorprendió. Ya desde el año pasado entrenamos todos los días, que eso me pesa bastante por un tema de estudios, pero está bueno y lo noto en lo físico. Siento tremenda diferencia física de entrenar por lo menos algo todos los días”, señaló.

María Córdoba

Acotó que “en su momento Defensor tenía como objetivo la profesionalización, más allá del resultado del campeonato. Las jugadoras son profesionales en la actitud, sin tener lo que un profesional tiene”.

Este año el club les paga viáticos que cubren las prácticas. “Está bueno a medias, es muy sacrificado”, indicó.

La madre fue su mejor aliada

María nació en Punta Gorda y le gusta el fútbol desde niña. Su madre, más de onda que por gusto, la acompañaba a jugar en la calle. “En mi casa nunca se jugó a la pelota; mi padre murió cuando yo tenía meses y nunca tuve un referente en el fútbol, alguien con quien jugar. Entonces el rol lo asumió mi madre, de apoyarme y acompañarme. Tengo la imagen de ella que llegaba del trabajo con los zuecos y nos poníamos a jugar. Unos pases nomás, no mucho, pero era con la única que jugaba. Lo hacía por seguirme la corriente, porque además era muy mala jugando, pero es algo que siempre voy a valorar”, resaltó.

Al revés de lo que solía pasar con muchas niñas, en su casa no se opusieron a que jugara al fútbol: “Mi madre siempre me apoyó. Cuando ella se volvió a casar también jugaba con mi padrastro. Los viernes íbamos a jugar partidos a una canchita de fútbol 5 que organizaba el colegio y a mi madre le encantaba. Iba a las prácticas, a buscarme, me miraba, era muy lindo verla. Siempre lo hablamos y es algo de lo que estoy orgullosa y agradecida a ella porque siempre me dio para adelante”.

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De todas formas, en los últimos tiempos su mamá la abandonó un poco en las canchas de fútbol: "Es que desde que estoy en Defensor, cada vez que iba me pasaba algo, me lesionaba, salía, y por eso dejó. Igual siempre ganábamos, así que prefiero que vaya".

En el colegio Seminario, donde estudió, también era normal que las chiquilinas jugaran al fútbol. “Yo no era la única, en todas las generaciones había gurisas que jugaban. Para esa época había muchas mujeres, ahora es más normal, pero en su momento era llamativo”, expresó.

Volante, estilo Busquets

Con 15 años María arrancó a jugar en el equipo de Seminario, que participó en 2015 en el campeonato de Segunda división de la AUF. “Eramos tres gurisas de 15 y el resto eran más grandes”, recordó. En esa época actuó hasta de golera porque el equipo no tenía y se iban alternando en el puesto. Jugó de volante por afuera, también en el ataque, pero fue de volante central donde se sintió más cómoda. “Lo que tengo es que corro mucho, soy de cubrir a mis otras compañeras, suele ser que bajo independientemente si me corresponde o no”.

Eso es algo que tiene que mejorar y por ese motivo le recomendaron que observara a Sergio Busquets, del Barcelona. “No soy de mirar mucho fútbol, pero últimamente hablando con mis amigas me dijeron que lo mire por el estilo de juego, somos parecidos. Tengo que aprender a correr. Tampoco me describo rústica, soy más elegante”, señaló.

Por eso el miércoles pasado, cuando Barcelona enfrentó a PSG por la Champions, María se sentó frente al televisor exclusivamente para ver los movimientos del volante español.

En 2019 Seminario se fusionó con Defensor y así llegó María al club del Parque Rodó, junto a varias compañeras de equipo, de las que hoy solo queda ella. En los violetas encontró un equipo más organizado, donde las jugadoras no deben realizar tareas extras a entrenar y jugar.

Muchas horas de estudio y el apoyo a la selección

María cursa cuarto año de Medicina y los estudios le requieren mucho tiempo, “casi todo el día” admitió. Se levanta temprano porque tiene clase, hace un descanso para entrenar y almorzar y sigue estudiando hasta que se va al Complejo Arsuaga a entrenar en la tardecita. Aunque le queda lejos y si va en ómnibus demora una hora y media en llegar, el lugar es ideal para entrenar. “Tiene cancha nueva sintética y se nota la diferencia. El año pasado entrenábamos todo el tiempo en cancha de 7 y jugábamos en cancha de 11. Ahora en cancha de 11 podemos practicar pegarle al arco, jugadas”.

Además participó en entrenamientos con la selección. “La mayor todavía no tiene un espacio para entrenar por sí sola, entonces lo que hace Ariel Longo son microciclos para ir viendo jugadoras. Nos sumaba a los entrenamientos de la sub 20 y así va evaluando y preparando algo para el 2022”.

Señaló que a la selección mayor “la han dejado de lado” y “estaría bueno que se trabaje bien, aunque gran parte del plantel mayor está conformado por la sub 20, entonces no cambia tanto”.

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En los últimos años el fútbol femenino intenta transformarse con la colaboración de patrocinadores, aunque “como jugadoras no hemos sentido ninguna ayuda en general, y si algo entra va para el club, pero no tengo idea como funciona. Como jugadoras no hemos sentido la ayuda, lo que sí está bueno es que empiecen a promocionar más y eso si se ve. Nos favorece a todas en definitiva la promoción que hace Rexona, por ejemplo”.

También nota que actualmente las mujeres toman el fútbol con mayor entusiasmo: “Las jugadoras de ahora juegan mucho mejor porque arrancan de más chicas. La mayoría arrancó a los 4 o 5 años, y se nota mucho en la cancha y la pasión que tienen por el fútbol. En mí siempre fue un hobby, nunca lo logré ver como algo más que un hobby porque en su momento ni siquiera se pensaba”, señaló.

Aún así, “me encanta y le dedico todo el tiempo que puedo, pero sé que hoy no puede ser mi prioridad. En Uruguay no te podés dedicar al fútbol", señaló.

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