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Mathías Acuña, familiero, escobero y buen cocinero

El delantero de Wanderers es un hombre de familia y cocina para llevar su dieta balanceada; en la pandemia dio una mano con ollas populares en el barrio Sur, el lugar que de joven lo llevó a salir en Carnaval
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29 de junio de 2020 a las 05:00

En 2009 y 2010 desfiló en las Llamadas y concursó en el Teatro de Verano con Cuareim 1080, la comparsa de la que es hincha. Nada menos que como escobero, una de las figuras típicas de los conjuntos de negros y lubolos del Carnaval. Antes cortó fiambre en un almacén, vendió pirotecnia en las fiestas y ayudó a su padre pintando casas. Así como se las rebusca en el área, Mathías Acuña se las rebuscó en la vida hasta que aprovechó sus oportunidades en el fútbol y a fuerza de goles y sacrificio se hizo de un nombre y un lugar.

No en vano esta temporada lo contrató Wanderers luego de pasar por equipos importantes como Liverpool o Fénix tras iniciarse en El Tanque Sisley (además tuvo un pasaje en el ascenso en Central Español).

“Siempre tuve un techo y nunca me faltó un plato de comida. Mis viejos se rompieron el alma para llegar a fin de mes”, explica Acuña a Referí.

Aunque nació en Cerro Norte lleva al barrio Sur y sus tambores en las venas. Toca el repique. “En el barrio es imposible escaparle a los tambores, pero después la profesión me alejó, porque los horarios son incompatibles”, expresa.

Creció admirando a Pedro Ferreira y a Julio González. Aprendió con Gustavo Berlangieri. Salió en Carnaval de las Promesas en Morenada Junior y en Ibeijada y luego dio el salto a la Cuareim.

“Hace años que no voy al Teatro de Verano porque el concurso es en plena pretemporada, pero miro lo que puedo por la tele”.

Hoy son Santino, de siete años, y Francesca, de 10 meses, los herederos de esa pasión. “Santino toca con los amigos, pero hace fútbol y le gusta el básquetbol y el karate. Francesca siente los tambores y baila”, cuenta. “Son el motor que hace andar mi vida”.

Acuña tiene 27 años, nunca salió a jugar en el extranjero, vive con sus padres Patricia y Héctor y con su pareja Elizabeth. Son el sostén que se necesita para los malos momentos, como el que vivió durante la pandemia cuando se bajoneó por la incertidumbre que reinaba en torno a la vuelta del fútbol.

La alegría volvió cuando el lunes 15 de julio los equipos retornaron a entrenar. Como el bohemio practica lejos y en la fase 1 estaba prohibido el uso de duchas y vestuarios, su representante Edgardo Lasalvia le alquiló un auto para poder llegar sin problemas al Complejo Devoto.

De corazón solidario, a Acuña se lo vio durante la pandemia dando una mano con las ollas populares que se realizaron en el barrio Sur.

“Fue una iniciativa de los pibes del barrio, de mis amigos. Para mí el barrio es eso: vecinos, unión entre amigos por una buena causa. Por eso me uní a dar una mano. Fui con el carrito a buscar las donaciones, piqué verduras, ayudé al cocinero. Después lo dejé de hacer para no incumplir con los protocolos sanitarios. Pero sentí que el barrio lo necesitaba y lamentablemente mucha gente se arrimaba. Entre jueves y viernes se servían 130 porciones por día y además se hacían donaciones de ropa. Es algo que me llenó el alma”.

Se declara una persona “familiera” y por esa razón dice que desarrolló su afición por la cocina.

“Eso me llevó primero a arrimarme para dar una mano. Después me fui copando y metiendo alguna receta cada tanto. Cuando quiero hacer algo miro en youtube y así vas aprendiendo. En casa de tarde cocino yo, pero más que nada para llevar una dieta balanceada”.

El wok de pollo con arroz es su plato de cabecera. Pero los canelones de verdura o carne también tienen muy buena receptividad en su familia.

Estando en El Tanque Sisley y en Fénix, en un viaje a Melo, llevó tortilla para convidar en la concentración. “Nadie se quejó y no sobró nada. O tenían mucha hambre o estaba buena”, recuerda.

La ansiedad por volver a las canchas está latente: “Wanderers hizo tremendo arranque. Sacamos cinco de nueve puntos contra tres equipos de los que pelean siempre arriba. Veníamos creciendo, conociendo el grupo porque la mayoría somos nuevos y justo se paró todo. Hay material para cumplir los objetivos que nos planteó Mauricio Larriera y lo que queremos es pelear el Apertura. El club viene haciendo las cosas muy bien y Wanderers se merece volver a ganar un torneo”.

“Me siento maduro y mi cabeza está en hacer una buena temporada”, agrega.

Así es Acuña. De vestirse de duende y ser el escobero de la Cuareim a festejar goles con las cinco camisetas que defendió. Ah, y también a meter su buena mano en la cocina.

Damián Macaluso, su asador favorito

De todos los planteles en los que estuvo, Acuña destaca a Damián Macaluso, su actual compañero en Wanderers, como el mejor asador. “El tío anda muy bien, tiene todas sus herramientas y solo tenés que arrimarte porque te deleitás con él, es un crack, está despegado”. 

Wok de pollo con arroz

Ingredientes (para tres porciones)

  • 1/2 kilo de pechuga de pollo
  • 1 cebolla
  • 1 puerro
  • 1 morrón rojo
  • 1 morrón verde
  • 2 zanahorias
  • 1 taza de arroz

Preparación

Lavar todos los ingredientes. Cortar todas las verduras. Cortar el pollo en tiras o cubos. Cocinar el arroz. Saltear las verduras. Emplatar el arroz con el wok arriba.

Este artículo es parte de una serie que se publica cada lunes.

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