Cuando el gobierno confirmó los primeros casos de coronavirus en Uruguay, hace ocho días, el mensaje desde la Torre Ejecutiva fue claro: la forma de combatir la pandemia que tiene en vilo al mundo es evitando el contacto entre personas y con la menor cantidad de salidas posible. “Quedate en casa” pasó a ser prácticamente el lema de los últimos días. El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) sabía que ese lema acarreaba un problema para el que había que encontrar una solución rápida. Según cifras del Mides, hay más de 2000 personas a las que no se les puede pedir que se queden en su casa porque, injustamente, no la tienen y la calle es su único recurso.
El Mides cuenta con 33 refugios nocturnos, cinco de 24 horas y tres diurnos, en los que se dividen aproximadamente unas 1000 personas. De las más de 2000 personas que tienen contabilizadas que están en situación de calle, hay unas 300 que están en mayor riesgo si se exponen al coronavirus por ser mayores de 65 años o tener enfermedades que con el Covid-19 pongan más en peligro su salud, indicó a El Observador Nicolás Martinelli, director general de Secretaría del Mides.
Con esos datos a la vista, y una emergencia sanitaria que los apremiaba, el gabinete de la cartera de Desarrollo Social comenzó a elaborar un plan para poder descongestionar los refugios y empezar a buscar otras alternativas. La primera definición fue que todos los refugios pasarán a ser de 24 horas, dijo el ministro Pablo Bartol en conferencia de prensa.
Bartol afirmó que el lunes serán trasladados 87 personas que viven en la calle a esos refugios y que para el fin de la semana apuntan a que sean 200. En los refugios, que pasarán a ser de 24 horas, se les asegurará almuerzo y cena. El Ministerio de Economía y Finanzas resolvió destinar $ 1000 millones (unos US$ 22 millones) para poder garantizar nuevos refugios y para aumentar las partidas alimenticias. Solo de la Tarjeta Uruguay Social hay unos 400 mil usuarios, la mitad de ellos menores de 18 años.
La necesidad de que las personas estén distanciadas una de otras había planteado en el Mides una especie de dilema. ¿Era mejor llevarlos a los refugios con el riesgo de que comenzara a haber hacinamiento o que muchos de ellos siguieran durmiendo en la calle con el riesgo que el frío implica? El camino encontrado fue el de habilitar refugios diurnos por todo el día, pero no era suficiente.
Por eso, el Mides está en contacto con hoteles de Montevideo y del interior del país para que, aquellos que están por cerrar sus puertas por la baja en el turismo, los dejen operativos para que las personas en situación de calle se alojen allí. Martinelli aclaró que el Mides se hará cargo de los gastos de funcionamiento de los hoteles que quieran sumarse a la iniciativa.
En Maldonado, hay dos hoteles interesados en dar ese servicio. Uno tiene capacidad para unas 40 personas y otro para unas 80. También se están buscando albergues y hostels que puedan estar interesados en alojar provisoriamente a personas mayores en situación de calle.
La experiencia con hoteles no es nueva para el Mides. La cartera ya ha implementado con mujeres víctimas de violencia de género con hijos a cargo o que estaban en situación de calle que también tienen menores a su cargo. Hay seis hoteles que están ocupados por madres y sus hijos y pueden alojarse ahí 24 horas.
Dentro de los planes de contingencia por la emergencia sanitaria, el Mides está por implementar un acuerdo con la Asociación Rural del Uruguay (ARU) que cederá parte del predio de la Rural del Prado, mientras duren las medidas decretadas por el gobierno. Martinelli explicó que se armarán módulos desarmables para unas 100 personas y ese lugar será destinado a los que deban realizar cuarentena por tener el virus o haber estado en contacto con alguien que lo tiene.
Una medida que se había manejado fue volver a conectar a las personas en situación de calle que son del interior pero están en Montevideo con sus familias y pagarles el pasaje para sus departamentos. Sin embargo, esa iniciativa fue descartada porque el Ministerio de Salud Pública entendió que no era conveniente por la situación sanitaria producto del coronavirus.
El lunes 16, un grupo de personas que viven en la calle agrupadas en el colectivo Ni Todo Está Perdido, realizó una asamblea en la que discutieron medidas para una eventual cuarentena. Según informó el semanario Búsqueda, reclamaron “medidas urgentes” de prevención sanitaria y expresaron su preocupación porque los lugares a los que asistían a pasar el día están cerrados por orden del gobierno. Dentro de los pedidos al Mides se incluía, precisamente, habilitar refugios las 24 horas.
Bartol aseguró en una conferencia de prensa que de la que también participó el jueves que se está coordinando con la Secretaría de Deportes reabrir las plazas de deportes para que tengan otro lugar en el que estar protegidos.
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