Trezza celebra el 2-1

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Nacional de Repetto: una prueba de carácter, un mensaje al fútbol y un guiño al hincha

Los tricolores vencieron 3-1 a Plaza Colonia en el partido de la cuarta fecha del Intermedio
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10 de julio de 2022 a las 00:32

La forma en que Nacional se recompuso después de lo que representó la caída del arco de Rochet después de 819 minutos (en la forma más insólita, por el penal de Lozano), cuando iba en busca de la marca histórica que le faltaba a nivel local, muestra cabalmente la capacidad de este equipo tricolor para tener el control de todas las situaciones en un partido de fútbol.

El triunfo que este sábado logró 3-1 ante Plaza Colonia en el Gran Parque Central por la cuarta fecha del Torneo Intermedio lo representa cabalmente. Desde lo anímco lo sigue fortaleciendo y en las tablas lo mantiene en el primer lugar de la Anual, en el liderazgo invicto de su grupo en este Intermedio, al tiempo que lo consolida en su expresión futbolística, en ese ejercicio de prueba de méritos que en cada partido tienen que hacer los aspirante a ganar un campeonato.

La racha de seis partidos ganados consecutivos entre el torneo local e internacional, o de 9 en 10, si se extiende un poco más atrás la estadística de los tricolores (con una sola derrota, ante Danubio, en ocho semanas), reflejan el momento futbolístico de los albos.

Los 20 goles a favor contra cinco en contra en ese mismo período, suman elementos estadísticos para reforzar todo eso que está haciendo el equipo de Repetto.

Trezza, una de las figuras de Nacional

No se necesitan números para reafirmar conceptos sobre el fútbol de Nacional, pero ayudan a ensalzar el camino que está recorriendo.

Lo que ocurre en el campo de juego con Nacional es el resultado de la construcción (con paciencia) de un equipo y de un proyecto futbolístico.

Lo que hizo Nacional desde el inicio de temporada hasta estos días fue avanzar en el camino de las decisiones acertadas, después que llegaran a cerrar tarde las contrataciones por las debilidades y limitaciones económicas con las que compite el mercado uruguayo.

Empezó el torneo sin el equipo base armado. Llegaron refuerzos con el torneo empezado y el entrenador terminó de hacer debutar jugadores (porque estaban suspendidos o llegaron lesionados) hasta en la quinta fecha, con el estreno del colombiano Alex Castro.

Ese escenario representó un riesgo, que Nacional supo neutralizar con una progresión en su plan hasta llevarlo al lugar que pretendía.

La primera fortaleza de este equipo la puso entrenador Repetto, con su proyecto. Convenció a los jugadores de lo que quiere, y allí está la explicación de este momento.

Los futbolistas volcaron en el campo de juego todo eso que hace de este Nacional un equipo sólido y convincente. De un equipo que abre tanto (y tan bien) la cancha con sus laterales y volantes, que para los rivales se transforma en problema defender tanta capacidad ofensiva, con velocidad, precisión y contundencia. Ese promedio de dos goles por partido lo hace temible. Y si se adosa la capacidad defensiva para blindarse con el balón y tener un promedio de 0,5 goles por partido, lo transforma en la muestra futbolística que cualquier entrenador quisiera poner en el campo.

Leo Coelho gana de cabeza y empata el partido ante Plaza

Finalmente, la tercera pata en este proyecto y la fortaleza silenciosa del equipo estuvo en la capacidad de los dirigentes de entender que, después que contrataron tarde (por las limitaciones económicas señaladas), debían esperar, incluso en la desesperación que podía generar que en las seis primeras fechas solo había ganado un partido y sumado el 33% de los puntos.

Este sábado, después que quedaron 0-1 a los 20 minutos, los tricolores sacaron a relucir toda su capacidad anímica, después de controlar la ansiedad cuando Plaza lo llevó a la desesperación porque el juego se hizo cortado y lo sacaba del ritmo de intensidad que necesita Nacional para llevar el fútbol al punto en el que se siente más cómodo.

Repetto ajustó a tiempo las piezas. Yonathan Rodríguez debió ser expulsado por segunda amarilla, y antes de que se quedara con 10 lo reemplazó en el primer tiempo y mandó a Diego Rodríguez. Así destrabó el partido, porque volvió la calma al mediocampo y, sobre todo, la puntería.

Antes del gol de Leo Coelho, el golero Guirín y los palos fueron los que habían evitado los goles de los tricolores.

Después, le pasó por arriba en un minuto en todos los aspectos y cerró otra noche de fútbol en su mejor versión.

Nacional luce como nunca. Tiene rendimientos individuales formidables. Separar a Trezza y Zabala, por sus niveles superlativos, es injusto con el resto de los jugadores que están rindiendo por encima de la media. (¡Ah! Y además volvió Ocampo después de 67 días. Sí, volvió Ocampo y eso genera mucho más valor para este equipo)

Este Nacional, así como está jugando, se muestra para grandes realizaciones. Ahora, estará en Repetto, el estratega de este proyecto futbolístico, la capacidad para sostener al equipo en su máximo nivel, sabiendo que lo natural es que en algún momento las gráficas de rendimiento recorran pequeñas ondulaciones que deberá conseguir que no impacten en los momentos claves del campeonato, agosto y setiembre, cuando definirá la clasificación a semifinales de la Sudamericana y cuando las ocho primeras fechas del Clausura marcarán el destino de quién irá con Liverpool a buscar el título del Uruguayo.

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