Trezza festeja la goleada tricolor

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Nacional y la goleada a Boston River: un gigante en tierra de enanos

El mismo equipo de Nacional que pasó mal en su estreno en la Libertadores, se lució en su regreso al fútbol de cabotaje
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10 de abril de 2022 a las 23:12

Tan pequeños afuera y tan grandes en el torneo de cabotaje. Lo que ocurrió en la última semana con Nacional, que cayó 2-0 ante RB Bragantino en San Pablo en su estreno en la Libertadores, y que este domingo goleó 6-0 a Boston River en el estadio Juan Antonio Lavalleja de Trinidad por la octava fecha del Torneo Apertura, es una buena sinopsis de la vida de los equipos grandes de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y su comportamiento en el mundo del fútbol.

Son tan grandes las diferencias que existen entre las competencias locales e internacionales que ya no sorprende lo que ocurre con los equipos uruguayos en una misma semana en los dos escenarios que el calendario les propone competir.

En el Estadio Juan Antonio Lavalleja de Flores, con cuatro cambios, Pablo Repetto vio la mejor expresión de su equipo transformada en goles.

En San Pablo, con sus mejores futbolistas, el mismo Repetto vio la forma en que le costó a sus jugadores jugar de igual a igual ante un equipo brasileño.

Más allá de esa imagen que devuelven los grandes en los partidos de entre semana y en los fines de semana, y valorando el recorrido de los tricolores en el Torneo Apertura, en las siete fechas que transcurrieron del torneo, supieron desplegar algo de lo que se vio este domingo. El juego intenso del colombiano Alex Castro. La capacidad ofensiva del argentino Emmanuel Gigliotti y el funcionamiento de un equipo que por las bandas intenta construir su juego para dañar al rival.

Frente a Boston River, Nacional no tuvo a su mejor jugador, el Puma Rodríguez, sin embargo, en la primera jugada encontró una intervención de Lozano que le permitió destrabar rápidamente el marcador y poner el partido en otro nivel.

Inmediatamente, la situación que se generó con el correcto penal que sancionó el árbitro Ferreyra de Valdez a Gigliotti a los 8 minutos, y lo que ocurrió en la resolución del remate desde los 12 pasos con la buena intervención del VAR con Andrés Cunha y Jonathan Fuentes, terminaron de hundir las aspiraciones de Boston River (que este domingo podía dormir transitoriamente puntero) y sacar a relucir las bondades del equipo tricolor.

Más allá de polémicas, el VAR y AVAR sancionaron correctamente lo que ocurrió. Se adelantó Valdez en el remate de Gigliotti y se adelantó el golero en el de Castro. 

La herramienta del VAR fue bien utilizada y la justicia deportiva tuvo en Trinidad un buen ejemplo en su utilización.

Con esos dos goles que recibió el equipo sastre y con las desconcentraciones que pudieron generar la expulsión de su entrenador y la forma en que se resolvió el penal (tres remates en ocho minutos) se quedó sin argumentos futbolísticos para dar vuelta el partido porque Nacional se sintió más fuerte que nunca, cómodo en su juego y construyó el escenario para dominar el partido.

Lentamente se empieza a ver en el torneo de entrecasa el tiempo de trabajo que tiene Repetto con sus jugadores, que fue incorporando con el campeonato empezado, o superando los obstáculos que se le fueron planteando porque Castro se perdió cuatro fechas (arrastraba una suspensión) y Gigliotti fue expulsado en sus dos primeros partidos.

Ese funcionamiento de Nacional que sale a flote y que le permite avanzar como protagonista del torneo local refleja las respuestas que empieza a dar el plantle tricolor a su entrenador.

Ante Boston River no tuvo a Sergio Rochet, su figura en el arco, pero no es necesario para estos asuntos del torneo de entrecasa.

Repetto pudo probar la capacidad de Carballo (más allá del impacto de su primer hat-trick). Si consigue volver al nivel del jugador que volvió en 2019 y se destacó en 2020, podrá liderar al equipo desde ese lugar estratégico del campo.

El entrenador está descubriendo la forma en que pueden desnivelar Castro y Gigliotti en el torneo local, y con ellos como bandera podrá llevar a su equipo al lugar que quiere.

Definitivamente Nacional empieza a reafirmar sus fortalezas y a avanzar con la tranquilidad y la paz que necesita cualquier entrenador en la carrera hacia el objetivo de fin de año, que para los grandes no es más que ganar el Campeonato Uruguayo, porque aunque este domingo en Flores Nacional parecía Bragantino y Boston River el Nacional que sucumbió el miércoles por la Libertadores, la realidad es que los equipos grandes solo pueden ser gigantes en el torneo local.

Finalmente, la cancha en la que se jugó el partido es un asunto que tendrá que revisar la AUF, que busca cuidar los espectáculos que ofrece.

El de este domingo fue el quinto que Boston River jugó en una cancha que lució fuera de tono de lo que se debe exigir para el fútbol profesional.

El saste jugó allí en la primera fecha ante Plaza (0-0), en la segunda frente a Cerrito (0-1), en la cuarta con Cerro Largo (3-0), en la sexta Defensor Sporting (1-1) y en esta ante los albos (0-6). Más allá de resultados, quedaron deberes para la AUF y sus futuras fijaciones.

 

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