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No hay agua suficiente, ¿Uruguay podrá producir tanto arroz como en 2022?
Los arroceros uruguayos comenzaron a preocuparse de cara a una nueva zafra. El agua disponible no supera el 70% de lo necesario para sembrar la misma área de arroz que el año pasado, unas 160 mil hectáreas (ha), y si las lluvias no se normalizan, puede que la producción sea menor a la de 2022.
Desde la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) se sigue el tema de cerca, pero si las lluvias no se normalizan con niveles de al menos 100 mm por mes, "no se llega al 100% de la reserva", comentó a El Observador Alfredo Lago, presidente de la gremial. "Es necesario que el efecto Niño se haga sentir, que aparezcan lluvias importantes de tres o cuatro días de 200 mm para poder escurrir y captar agua, sino va a ser un año con menos área que el año pasado", indicó.
El cultivo de arroz depende en su totalidad de la cantidad de agua disponible, tiempo atrás Lago decía a El Observador "el riego está primero que la propia siembra", y así es, porque este cultivo se desarrolla 100% bajo inundación. El 50% del riego se hace por bombeo de fuentes naturales de agua, como ríos o lagunas, y el 50% restante por represas previamente cuantificadas.
Según detalló Lago, la gremial sigue de cerca la disponibilidad de agua, y aún no se puede decir si el área de siembra será igual, menor o mayor a la del año pasado. Por lo pronto, a nivel de fuentes naturales de agua la situación es casi normal, pero el agua embalsada en las represas artificiales no supera el 40%, y allí está el problema.
"Hay situaciones muy complejas, por ejemplo, la mayor represa, que es India Muerta, tiene 10% del área (de agua) disponible", comentó el presidente de los arroceros.
Un cultivo que se inunda
Cada zafra se utilizan 12 millones de litros de agua por hectárea para regar este cultivo mediante inundación. Para desarrollar esa forma de riego se crean canales de entre siete y ocho metros de profundidad entre el cultivo por donde corre el agua.
En la zafra pasada, así como otras producciones del agro la arrocera sufrió el déficit hídrico, y por la falta de agua y niveles de evotranspiración mayores a los promedios, el consumo de agua aumentó 20%.
Regar este cultivo tiene un precio que se incluye dentro de los esquemas de costos productivos. Por ejemplo, hacer una represa artificial demanda una inversión de entre US$ 3.000 a US$ 4.000 por ha, y a eso se le suman US$ 150 por ha por la energía eléctrica que se usa para el bombeo.
Hasta setiembre habrá tiempo para decidir cuánta área se siembra, aún la ACA no ha emitido postura ni recomendación, y al final del día, cada productor tomará su decisión de forma individual, comentó Lago. Los precios internacionales y la demanda son buenos, y los productores tienen la intención de incrementar el área de siembra, pero están condicionados por las reservas hídricas.
Los números que anteceden
La pasada zafra culminó con una cosecha nacional de 1,5 millones de toneladas, un volumen similar al obtenido en el ejercicio 2021/22. El rinde fue récord en la campaña, con 191,5 bolsas de 50 kilos por hectárea, es decir 9.577 kilos.
En total se cosecharon 159.700 hectáreas, un área 2% menor a la de la zafra que le antecedió.
No solo el rinde tuvo números récord, porque los productores acordaron con la industria un precio provisorio de US$ 13,50 por bolsa de 50 kilos de arroz sano, seco y limpio, un valor que, según Lago, hace 15 años no se obtenía.
En el esquema productivo los arroceros también debieron tener en cuenta los costos de la producción, que en la zafra pasada aumentaron más de 15%; según lo estimado la inversión necesaria para producir fue de US$ 2.250 por hectárea.
