Sin grandes presupuestos ni consignas predefinidas, los museos volverán a abrir sus puertas esta noche para seducir a nuevos públicos con la luna como principal aliada.
El evento, que este año va por su octava edición, logró involucrar a 120 instituciones, 50 en Montevideo y 70 en el interior del país.
A diferencia de la edición anterior, que estuvo marcada por los festejos del Bicentenario, este año los museos contaron con mayor libertad a la hora de imaginar sus propuestas bajo el ambiguo eslogan “Infinitos mundos posibles”.
El escueto horario (entre las 21 y la medianoche) sigue siendo la gran desventaja de la fiesta nocturna local, sobre todo si se la compara con la de otros países que se extiende hasta el amanecer. La razón es presupuestal.
En Montevideo, por fuera de los museos estatales, el MEC solo facilita la infraestructura técnica (luces y sonido) para los museos municipales. En el interior se otorga un incentivo a cada intendencia de entre $ 19 mil y $ 29 mil para contratar artistas, según la cantidad de museos del departamento.
A los montevideanos, una vez más no les quedará otra que organizarse y correr para no desaprovechar la multiplicidad de propuestas. Lo que sigue es una selección temática para facilitar la elección.
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