Vanesa Astudillo se instaló en Paysandú para construir su negocio de venta de droga en la capital sanducera. Con 26 años, cargaba entre sus antecedentes un delito de encubrimiento de homicidio de diciembre de 2019, y cumplía medidas sustitutivas a la cárcel.
A través de una denuncia anónima, la policía comenzó a investigar sus pasos y en diciembre del año pasado empezó con la Operación Lady. Este martes fue detenida junto con otras dos mujeres en la ruta 3, cerca de Trinidad, cuando manejaba una camioneta 4x4 Nissan Frontier, informó El Telégrafo y confirmaron a El Observador fuentes de la investigación.
Astudillo fue identificada como la líder de una organización que quería establecerse en la ciudad de Paysandú, y de ella dependían al menos diez bocas de venta de droga que fueron desarticuladas tras varios allanamientos. Además, otras nueve personas fueron detenidas, cuatro de ellas condenadas por delitos de venta, negociación, posesión y asistencia a la distribución de sustancias estupefacientes, mientras que los otros cinco deberán cumplir sus penas en régimen de libertad a prueba por delitos de asistencia, negociación y distribución de sustancias estupefacientes.
En los allanamientos se incautó marihuana, cocaína, dinero en efectivo —US$ 44.800 y $ 89.532—, dos armas, cinco autos y una moto, además de electrodomésticos y muebles, valuados en US$ 240 mil.
El fiscal de 3° Turno de Paysandú, Carlos Motta, dijo en rueda de prensa que la organización "iba cambiando de localización" dentro de la ciudad, y la mujer se encargaba de captar a jóvenes para unirse al negocio de venta de drogas.
De la investigación se desprende que un grupo de personas de Maldonado y departamentos del litoral estaban por instalarse en Paysandú para integrar la organización.
Fuentes de la investigación informaron a El Observador que el grupo que lideraba Astudillo planeaba crecer a nivel regional, y adquirían droga en otros departamentos, por lo que existían vínculos entre organizaciones criminales de otras zonas.
La mujer necesitaba aumentar la seguridad de su negocio luego de que le robaran varios kilos de cocaína. Por esta razón, un tiempo atrás alquiló un apartamento en un barrio privado de Paysandú.
El estilo de vida de la joven empezó a llamar la atención, ya que no tenía ingresos fijos pero manejaba autos de alta gama y vivía en una zona residencial.
Astudillo circulaba en su camioneta por varios barrios de la ciudad de Paysandú, entregando la droga en las bocas o cobrando a los vendedores.
También solía rodearse de personas más jóvenes, a quienes les daba regalos o los invitaba a fiestas, para ganarse su confianza y atraerlos a la organización o lograr que se convirtieran en consumidores de droga.
La mujer fue imputada con cinco años de cárcel por un delito agravado de distribución de sustancias estupefacientes.
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