La herida, a primer golpe de vista, parecía de un impacto de bala. La Policía de Canelones lo informó a la Fiscalía de Pando de esa manera: tenían a un hombre de 28 años con una herida de arma de fuego en el pecho. Una vez llegó el resultado de la autopsia, la verdad resultó ser otra: su novia lo había corrido hacia un monte, donde lo mató de una puñalada en el pecho.
Según el pedido de formalización al que accedió El Observador, la mujer se dio cuenta que le faltaban dos bordeadoras marca Stell y ya sabía que era su novio que se las había robado para venderlas y pagar las drogas a las que era adicto. Por eso, salió en bicicleta a buscarlo.
En el camino se encontró con varios vecinos que le confirmaron su prejuicio: las había estado queriendo vender. Nadie se las había aceptado porque presumían que habían sido robadas.
Pocos minutos más tarde, lo encontró. Lo corrió hasta un monte, donde ella le dio una cachetada y él le devolvió un "puntapié". Allí fue que ella sacó un cuchillo con 10 centímetros de hoja y lo apuñaló en el corazón.
En las cámaras de seguridad se ve cómo ingresan los dos al monte, ella sale y él cae y queda tendido en una cuneta. Ella volvió a su casa y escondió el cuchillo en un galpón.
Se la imputó este miércoles por homicidio. "El hecho material del delito fue cometido por la imputada con conciencia y voluntad ejecutando el acto a título de dolo eventual. En efecto, manifestó en Fiscalía que no fue su intención darle muerte, aunque previó que podía ocurrir la muerte de la víctima", manifestó la fiscal del caso Silvia Blanc.
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