Fue, sin dudas, uno de los mejores jugadores uruguayos de las décadas de 1980 y 1990. Jugó en los dos grandes, ganó la Copa América con un gol suyo, es ídolo de Genoa de Italia y Diego Maradona vino a su despedida. Pese a todo, Carlos Aguilera vivió una vida complicada, pero hoy es feliz.