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"Pinche cabrón", los arreglos de Ruglio y Peñarol con Grupo Pachuca para llegar al cupo de cinco préstamos
Peñarol cerró su plantel el pasado jueves con la llegada del centrodelantero brasileño Matheus Babi, quien desembarcó en el club procedente de Athletico Paranaense a préstamo por un año. Eso llevó al presidente Ignacio Ruglio a tener que hacer malabarismos para no sobrepasar los cupos de jugadores a préstamo permitidos.
"Necesito como la vida tener a Sequeira como definitivo, no me hagas pagar ni diez de centésimos más", reveló Ruglio que le dijo a Martínez. El titular de los aurinegros también contó cuál fue la respuesta que le dio el empresario mexicano: "'Pinche cabrón en un rato te estoy ayudando'".
El video con esa frase extractada de la entrevista se viralizó rápidamente por redes sociales.
Ruglio, adicionalmente, fue duramente fustigado por los hinchas no tener previsto un cupo de préstamo disponible para llenar el vacío de una posición tan importante para el equipo. En redes sociales, fueron muchos los que pusieron el grito en el cielo criticando la "improvisación" de su gestión.
Sin embargo, Peñarol ya tenía los cupos a préstamo llenos y la posición de centrodelantero la iba a completar con la llegada del marfileño Ake Loba, cuyo pase -que no era cesión- se había caído una semana antes porque sus representantes no honraron la palabra empeñada con el club.
¿Cuáles son los jugadores a préstamo que tiene cedidos Peñarol?
Referí indagó en la interna del club para saber qué jugadores están a préstamo en el club, sobre todo porque cuando llegó más de un jugador se informó que fueron contratados a préstamo, pero en la realidad figuran como propiedad de Peñarol.
Los cinco jugadores que ocupan plaza de préstamo son Ángel "Speedy" González, José Neris, Diego Sosa, Leonardo Fernández y Matheus Babi.
Sin embargo, hay muchos jugadores más que fueron contratados a préstamo y que luego tuvieron que ser inscriptos en la AUF como jugadores de Peñarol para no sobrepasar esos cinco cupos.
El primero de ellos es el ecuatoriano Byron Castillo, que cuando fue presentado por Peñarol el 4 de enero se informó que era propiedad de Grupo Pachuca. De hecho, el año pasado jugó en los dos clubes mexicanos que maneja ese grupo empresarial: León y Pachuca.
Con Martín Gianoli, el 29 de enero, pasó algo similar a lo ocurrido con Sequeira. Se negoció un préstamo con Cerro Largo, pero como los cupos de préstamo estaban llenos se cambiaron los términos formales (pero no los materiales) y el jugador llegó en calidad de definitivo.
Con Guzmán Rodríguez, la negociación con Boston River fue muy extensa porque el pase no se podía hacer a préstamo y porque el Sastre quería percibir dinero por el traspaso.
Para Peñarol pasó a ser una complicación que dos jugadores contratados en agosto de 2023 ocupen plaza de préstamo.
Uno es Ángel "Speedy" González, argentino cedido por Liga de Quito, cuyo contrato expira el 30 de junio.
Con González se buscaron todo tipo de fórmulas para lograr su salida. Una de ellas fue mandarlo a San Lorenzo y lograr la llegada de Fabricio Formiliano, algo que el jugador rechazó.
Luego se buscó una salida unilateral que tampoco prosperó.
Con Diego Aguirre, el argentino fue titular en el cierre de la temporada pasada y también en los amistosos de pretemporada.
Sin embargo, cuando llegaron los partidos oficiales, González no ingresó ni en las convocatorias.
El otro es José Neris que está a préstamo desde Colón de Santa Fe hasta el 31 de diciembre de 2024 pero no es un jugador del paladar de Aguirre y además, sufrió rotura de meniscos al comienzo de esta pretemporada.
En definitiva, los estrechos lazos que Ruglio tendió este verano con el Grupo Pachuca le permitieron a Peñarol no solo traer a préstamo a Byron Castillo y Leonardo Sequeira, sino hacer que figuren como propiedad del club cuando en realidad están cedidos de palabra por un año.
No en vano, Ruglio dijo en la entrevista del domingo sobre el dueño de Grupo Pachuca: "Es una persona exquisita de conocer".
Cómo se regulan las cesiones a préstamo en el fútbol uruguayo
Este tema no fue modificado por el Estatuto del Futbolista Profesional que se aprobó el pasado 2 de febrero y se rige por el Reglamento General de la Asociación Uruguaya de Fútbol que aún no se adaptó a las últimas modificaciones que estableció FIFA en materia de cesión de futbolistas.
Es decir que en un plano no muy lejano, el fútbol uruguayo deberá acompasarse a los cambios prescriptos por FIFA en la materia.
