Cuando en marzo el gobierno anunció que se eliminaría el uso de dinero en efectivo para el pago de taxis y estaciones de servicio, pensó en poner así fin a una problemática de
inseguridad que lo tenía en aprietos.
Días antes dos taximetristas habían resultado muertos por rapiñas y el Sindicato Único de Automóviles con Taxímetro (Suatt) desencadenó una serie de paros y manifestaciones en reclamo de soluciones inmediatas.
Sin embargo, al momento de concretar la respuesta, los trabajadores no fueron involucrados en la discusión sobre qué medidas de seguridad aplicar.
Durante el acto que el PIT-CNT realizó este miércoles en el marco del primer paro general parcial del año, el dirigente y secretario de Prensa y Propaganda,
Gabriel Molina, cuestionó al gobierno por dejar a los trabajadores fuera de la negociación de seguridad y anunció que la gremial convocará por su cuenta a los trabajadores y al gobierno para acordar medidas de seguridad.
"Nos duele la muerte de compañeros taximetristas, almaceneros, comerciantes, que por una bala loca tirada por alguno lo termina matando, afirmó Molina
Eso es parte nuestra, pero no vamos a mirar de espalda, no nos vamos a hacer los chotos, ni vamos a convocar cosas a través de Facebook haciéndonos los apolíticos", sostuvo Molina en su discurso.
A fines de marzo pasado, el gobierno anunció su decisión de quitar el dinero de las calles y justificó la medida como una forma de "mejorar las condiciones de de la seguridad pública", según anunció en aquella ocasión el ministro de Economía, Danilo Astori, luego de sesionar el
Consejo de Ministros.
Asimismo, el jerarca dijo que la iniciativa se enmarcaba en la ley de inclusión financiera, que busca generalizar el uso de tarjetas como forma de pago.
Aunque en los días previos el Ministerio del Interior y la Gremial Única de Taxis firmaron un acuerdo para instalar botones de pánico en las unidades, el anuncio de que el dinero en efectivo ya no circularía cayó de sorpresa para los trabajadores que no habían sido consultados sobre la propuesta.
El sindicato del taxi mostró rechazo al anuncio porque las autoridades no los incluyeron en la toma de la decisión, pero además porque consideran que se trata de una "respuesta política que no soluciona nada", según dijo a El Observador el secretario general del Suatt, Antonio Diez.
El presidente de la Unión de Vendedores de Nafta (Unvenu), también mostró su "sorpresa" porque "se tomó la decisión de un día para el otro", pero no porque no les conforme la medida.
A espaldas de los trabajadores
Ante este panorama, el PIT-CNT anunció durante el acto que convocará a los trabajadores involucrados para "delinear soluciones" al problema de seguridad.
Una vez acordadas las medidas, la central se comprometerá a postularlas ante las autoridades para "buscar soluciones con el gobierno".
"La verdad que nuestros compañeros del Suatt y la Unott ni nosotros podemos comprender cómo no se convocó a los trabajadores a aportar en un tema que lamentablemente nos involucra directamente", dijo a El Observador el secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala.
Abdala dijo que se prevé la creación de espacios de debate en los que los trabajadores de los rubros más perjudicados puedan elaborar propuestas de seguridad junto con expertos en la temática, para luego hacérselas llegar al gobierno.
"Nosotros lo que queremos hacer en el PIT-CNT es primero un espacio donde la gente que sabe, incluyendo obviamente a los trabajadores más debidamente implicados, puedan pensar soluciones con la debida apoyatura técnica, porque son temas muy complejos. Y que de allí puedan surgir propuestas del PIT-CNT y que a su vez esas propuestas se puedan ubicar en algún ámbito donde se dialoguen", dijo Abdala.
En su oratoria en el acto, Molina cuestionó al gobierno por su actitud. "El problema es de todos y la solución la vamos a encontrar entre todos.
No en un grupo de inteligentes que convoca por Facebook o porque el gobierno se siente con el Ministerio del Interior y algún otro para hacer propuestas a espalda de los trabajadores", concluyó Molina.