La Justicia procesó este martes a dos hombres por el crimen de Alejandro Novo, quien fuera asesinado el 14 de enero de 2009, cuando fue víctima de una rapiña mientras se encontraba haciendo un reparto de productos avícolas por la zona de Barros Blancos (Canelones). El crimen había permanecido inconcluso durante más de diez años, pero según informó el Ministerio del Interior, tras formarse un equipo especial de investigadores, se logró recabar nuevas pistas que permitieron llevar a los responsables ante el juez.
Los procesados son Diego Martín Scarpa Azcue, de 37 años, quien se encuentra recluido por un delito de lesiones personales, y Jesus David Pereira Carballo, de 36 años, quien está privado de libertad por un delito de rapiña. A ambos se los procesó ahora por un delito de homicidio muy especialmente agravado en reiteración real con un delito de receptación, imputación por la que deberán cumplir prisión una vez cumplidas las condenas por las que hoy están presos.
Novo era hijo de Graciela Barrera, quien fundó junto a su nuera, Mónica Haskowec, la Asociación de Víctimas de la Delincuencia (Asfavide), organización que ofrece apoyo legal a los familiares y víctimas de delitos. Haskowec murió en 2017 por cáncer sin llegar a conocer la resolución del caso de su esposo. El Ministerio del Interior ha destacado que uno de los logros de esta organización es la creación de una pensión para víctimas de delitos y sus familias.
Aquel 14 de enero de 2009, sobre las 14 horas Novo se encontraba recorriendo la zona de Barros Blancos cuando dos delincuentes lo asaltaron para robarle la recaudación del día. El caso fue de los primeros investigados por la Unidad de Análisis de Hechos Complejos (UAHC), creada por el entonces director de la Policía Nacional, Julio Guarteche.
Según indicó el Ministerio del Interior, esta repartición “fue la encargada de mantener viva la causa y acumular el caudal de indicios probatorios que permitió la resolución de un caso emblemático que llevaba una década de impunidad a la que se le puso fin condenando a los autores del hecho”.
Los investigadores dieron con el testimonio de un hombre que aseguraba haber participado de una reunión en la que Scarpa contó que junto con Pereira habían participado en “la muerte del pollero”, y que incluso habían quemado las huellas de sus dedos para evitar que se los implicara en el caso. El testigo que participó de aquella reunión sostuvo su versión en la sede judicial.
La Dirección Nacional de la Policía Científica informó que en los fichajes realizados a Scarpa posteriores a 2009 se constataron lesiones en los dedos que hacían imposible tomar sus huellas, lo que de alguna forma confirmaba la versión del testigo.
Por otra parte, contradicciones entre los indagados y nuevos aportes testimoniales sirvieron para desestimar las coartadas que ambos hombres habían planteado cuando fueron indagados, y que aseguraban estar en un camping de 25 de Agosto (Florida) el día del crimen de Novo.
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