Karina Pittini Braz

Karina Pittini Braz

Psicóloga y socio directora de HCC Academy Uruguay-Chile

Opinión > BIENESTAR

¿Qué son las creencias limitantes y por qué nos obstaculizan en la vida?

Cada ser humano nace con una historia. Las creencias forman parte de lo que heredamos y al mismo tiempo las construimos. Se integran para ser parte de la propia identidad. Comprender cómo utilizarlas a nuestro favor nos conduce a ser más felices
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01 de octubre de 2023 a las 05:00

¿Qué son las creencias?  En términos generales, las creencias son "verdades que damos por hecho”. Son pensamientos, una suerte de "certezas" sobre cómo somos, cómo son los demás y cómo es el mundo. Abarcan el pasado, el presente y el futuro. Se originan tanto a nivel consciente como subconsciente e incluso inconsciente. Algunas de ellas las heredamos y otras las construimos. ¿Cómo las heredamos? Las expectativas de los padres, el proceso de gestación, las creencias familiares, entre otras cosas, son parte del niño que llega a una familia particular. En adelante, se construyen a través de la experiencia, del aprendizaje en todos sus formatos. En ocasiones, ni siquiera sabemos de dónde provienen y por lo general, no las cuestionamos.  Actúan en nosotros en forma automática. 

En muchos casos son útiles para simplificar nuestra vida, sin la necesidad de estar pensando el qué y para qué de las muchas cosas que hacemos diariamente. Lo mismo podemos decir con lo que sentimos y pensamos. Las creencias son personales pero a la vez compartidas y pueden influir en la forma en que percibimos y experimentamos el mundo. Un ejemplo histórico de creencia limitante, fue la idea de que la Tierra era plana. Si nos trasladamos en el tiempo, la cantidad de energía que habrá implicado a los defensores y detractores de esta afirmación. Evidencias van y vienen y resulta que el mundo estaba dividido entre aquellos que aseveraban que la tierra era plana, los que no y los que dejaban lugar a la duda.  ¿Sucede actualmente? Muchísimos son los asuntos que, basados en creencias, dividen y distancian a las personas.  Con o sin evidencia es bastante común defender lo que creemos. Es como que nos fuera la vida justo porque se trata de temas relacionados a nuestra identidad.

Además de la experiencia propia, de la educación, la cultura y la historia, aspectos filogenéticos y relativos a la especie son parte de la Información en nuestro ADN.  Información que cada muchísimos años tiene transformaciones relativas a la adaptación, con el fin de la supervivencia.

Nuestras memorias personales contribuyen a nuestra identidad y están impregnadas de creencias. El “aquí y ahora” está en cierta manera determinado por nuestras creencias. El futuro también se colorea de nuestras creencias, tanto las empoderadoras como las limitantes. Nuestras expectativas tendrán su base en lo que creemos.  Como dijo Henry Ford, “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”.

Tenemos creencias sobre la paz, la felicidad, las oportunidades y de los tantos aspectos que conforman la vida.  Estas creencias moldean nuestra percepción, atención y comportamiento en general.  Conocer nuestras creencias influye en nuestra libertad. Las mismas, afectan nuestra biología, tal como se evidencia en el efecto placebo y el efecto nocebo.

Las creencias nos disponen a la acción o la no acción y elicitan estados mentales y emocionales.  Las diversas creencias conforman y se organizan en sistemas psicológicos de creencias.  Tienen la cualidad de ser consistentes cognitivamente, es decir, que siguen una lógica.   Esa lógica o “explicación racional” que le damos a las cosas es lo que nos permite estar convencidos de nuestras creencias.  ¿Hasta cuándo? Hasta que no se demuestre lo contrario. 

¿Por qué defendemos nuestras creencias incluso si nos hacen daño? La respuesta es simple: nos brindan seguridad y por lo que hemos mencionado: forman parte de nuestra identidad. Las creencias limitantes son obstáculos que en muchas ocasiones, creamos nosotros mismos. Cuando sufrimos, cuando no nos entendemos a nosotros y a otros, cuando nos encontramos en un conflicto, estamos ante la invitación a revisar nuestras creencias. En ellas encontraremos información valiosa para iniciar el proceso de cambio.

¿Se pueden realmente cambiar las creencias limitantes? Se puede. ¿Qué pensabas de la Navidad cuando eras niño? ¿Y ahora? Como estarás pensando, cambian por el devenir de la vida. También podemos cambiarlas con voluntad. El primer paso es detenernos y reflexionar para identificar nuestras creencias limitantes. Una vez conscientes de ellas, podemos buscar el significado que tuvieron hasta ese momento. Para entonces elegir nuevas creencias que nos sean funcional y positivas.  Esto implica instaurar nuevos hábitos cognitivos, emocionales y conductuales que respalden las nuevas creencias. Cuando el proceso tiene éxito simplemente hacen parte de nuestro repertorio cognitivo, conductual y emocional.

Son tan relevantes las creencias que las mismas son centrales en los procesos psicológicos y  programas de desarrollo.  Reconocidos referentes de la psicología han creado instrumentos diagnósticos y planes de tratamientos para intervenir justamente en las creencias. ¿Para qué? Para crear salud, bienestar y felicidad.

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