The Tale o cómo contar el abuso sexual infantil de otra manera y seguir impactando

Hay que ser muy valiente para abrirse al mundo y contar que a uno lo abusaron de niño. Hay que serlo para dar el paso, confesar que te obligaron a hacer algo que la inocencia no dejaba discernir si estaba bien o mal. Que te obligaron a enfrentar la crueldad del mundo muy temprano. Debe ser, sin embargo, más difícil aceptarlo en el interior de cada uno. Debe requerir una valentía extrema entender y enfrentar el propio abuso en la oscuridad de la noche, cuando la única que responde es la almohada. ¿Cómo hacer para no enloquecerse ante el descubrimiento, ante un engaño interior que, tal vez, pasó desapercibido durante varios años? Por eso The Tale es una película valiente. Por eso choca ver, en los créditos, que todo está basado en la historia real de su directora, que no tuvo reparos ni miedos en presentar al personaje principal de la película con su propio nombre. Esta es su historia. Ella ya la aceptó. Ahora es momento de contársela al mundo.

Pero, ¿por dónde se empieza? En The Tale se empieza por un cuento. En la vida real también comenzó por ahí. Por un cuento, por un recuerdo. En él, una joven Jennifer Fox –la directora/ el personaje– encuentra de manera inesperada el amor. Saliendo de la adolescencia, Jenny descubre en dos personas más grandes que ella, en dos amantes llamados Bill y la Srta. G, un destino para su incipiente pasión juvenil. Hay diferencia de edad, sí, pero no tanta y el amor la suple. Con ellos pasa uno de los mejores veranos de su vida, montada a caballo, aprendiendo equitación y running bajo su ala. El cuento de Jenny es amor, pasión y fervor por dos seres celestiales que llegaron a salvarla de una familia disfuncional.

Pero la mente traiciona y, a veces, se precisan agentes externos para que se liberen ataduras desconocidas. En Jenny es su madre, la misma que parecía tan ausente años atrás.

Jennifer tiene ahora 42 años, es una documentalista exitosa, tiene una relación consolidada y varios sueños por delante. En medio de ese presente exitoso, recibe un llamado de su madre. Llorando. Preguntando qué es ese cuento que encontró guardado. "No hagas caso, mamá. Quedó en el pasado". Su madre sí hace caso y se lo manda. Y Jenny, cientos de años después de haber escrito aquel ensayo sobre aquel verano junto a Bill y la Srta. G, lo vuelve a leer y con ello enciende zonas oscuras de su mente. Y de su cuerpo. Y descubre que, tal vez, no todo había sido tan idílico como se había imaginado. Así, Jenny se decide a mirar por fin hacia atrás. A atar cabos y volver a otra vida, a una que olvidó para protegerse y curarse las heridas en silencio.

The Tale se merece la atención que está teniendo. Esta película original de HBO –se puede ver en su plataforma HBO GO y se repite por cable con frecuencia por estos días– es un crudo relato del abuso sexual en la infancia, de las manipulaciones mentales de quienes lo perpetran y cómo estos pueden influir en la autodeterminación de la víctima. La realización de Jennifer Fox está siendo llamada la primera gran obra de la era post #MeToo y es lógico que suceda: responde a varias interrogantes y reivindicaciones de este movimiento contra los abusos hacia las mujeres e intenta derribar algunos mitos de las relaciones "consentidas". Y lo hace de forma contundente, con cuotas de feminismo, dureza y con algunos pasajes de enorme desolación. Por que gran parte sucede en la voz de una niña a la que le arrancaron la inocencia.

Es desgarrador ser testigos, por ejemplo, de cómo el trauma se injerta en la vida de las víctimas que intentan seguir adelante. Como, de a poco, la protagonista entiende cómo eso que le sucedió determinó su vida posterior.

El gran impulso de la película es Laura Dern. La actriz está viviendo un renacimiento artístico de la mano de HBO, que ya le dio un increíble personaje en la serie Big Little Lies, y en The Tale confirma que sus capacidades dramáticas merecen mucha más atención de la que tienen hoy. Está nominada al Emmy por esta interpretación. También lo está la película. Pero además de Dern, The Tale tiene en Isabelle Nelisse, que interpreta a la pequeña Jennifer, otro gran punto de apoyo.

The Tale puede, en determinados momentos, impactar y causar repulsión. Sin entrar en amarillismos lacrimógenos y victimizaciones vanas, es una producción que no teme empujar al espectador dentro de su sórdida historia y que incluso tiene escenas de sexo entre adultos y niños –que en el final se aclara que fueron realizadas en su totalidad por actores adultos–. Es, sin embargo, una película necesaria, porque a veces la única manera de remover la empatía de alguien que no entiende lo que significa enfrentar algo así es propinándole un golpe de este calibre. Pero eso sí: hay que tener valentía para enfrentar el golpe que propone. No tanta como para enfrentar un caso de abuso propio, o para dar el paso de contarlo al mundo como hizo la propia Jennifer Fox. Pero sí la suficiente como para digerir este potente drama, que tardará en irse de su cabeza por un buen tiempo.

La duda (2008)

Con Meryl Streep y Phillip Seymour Hoffman, La duda es un drama excelente que toca el abuso dentro de la Iglesia Católica y que planta un gérmen en la mente del espectador que difícilmente podra olvidar en poco tiempo.

Río Místico (2003)

Si bien no es el tema central de esta impresionante obra de Clint Eastwood, el abuso en uno de sus personajes (el de Tim Robbins) dispara muchas de sus derivaciones narrativas.

13 reasons why (2017)

El suicidio de Hanna Baker dispara la serie y sucede, en parte, por un caso de abuso. La producción de Netflix aborda el tema cuando sucede en la adolescencia y dentro de los límites de la educación secundaria.

Lolita (1962)

La cinta de Stanley Kubrick, basada en el libro de Vladimir Nabokov, no es una historia de abuso, pero sí de una relación consentida entre un hombre adulto y una niña. Es en ese punto donde encuentra contacto con The Tale.