La noche del sábado para el domingo de la semana pasada se hizo larguísima. No amanecía más. La ansiedad le ganaba a las agujas del reloj como suele ocurrir cuando uno espera un resultado de un examen.
A esa ansiedad, se sumaba el dolor del tobillo izquierdo por la patada que había recibido cuando William Machado, de Villa Española, le dobló el pie con un patadón.
Esa misma noche, tarde, recibió un mensaje de Whatsapp de Machado diciéndole que no había querido lesionarlo, que no había sido su intención. Le contestó que eran cosas del juego, que se quedara tranquilo.
Ese combo llevó a que Facundo Torres apenas pudiera dormir porque sabía que esa mañana, le practicarían una resonancia magnética en el tobillo.
Ya le habían hecho una en el otro, el derecho, luego de un posible esguince que había sufrido en la victoria contra Sporting Cristal en Lima por la Copa Sudamericana.
Allí se le había hecho primero una ecografía, pero el jefe de la sanidad aurinegra, Edgardo Rienzi, con toda su experiencia y para estar más seguro, pensó que era mejor una resonancia por si había un problema ligamentoso. La ecografía mostraba todo normal, pero la resonancia, no.
Con esa patada recibida, Facundo pensó que podía tener cualquier lesión en el tobillo y la cabeza le daba vueltas.
Pero el domingo logró descartar lo peor y llegó el diagnóstico definitivo que trajo cierta tranquilidad: “Facundo Torres tiene un esguince post traumatismo de tobillo izquierdo, sin lesión ósea, con compromiso de fibras ligamentarias. Se controla evolución", informó Peñarol
Enseguida, el jugador de 21 años, dijo en Punto Penal de canal 10: “Tenía muchas ganas de jugar el clásico, pero no voy a poder jugar".
Para Facundo tuvo el resultado del examen tuvo “un gusto agridulce”, según reveló este viernes una fuente del club a Referí.
Se sentía aliviado porque pensaba que su lesión podía haber acarreado otra gravedad. Sin embargo, internamente vivía con la impotencia de no poder jugar contra Nacional el partido que más quería jugar.
Ya le había pasado con la lesión anterior -en el otro tobillo- que no pudo estar en la revancha contra Sporting Cristal el día en el que el gobierno uruguayo abrió las puertas del fútbol por primera vez desde el inicio de la pandemia mundial por coronavirus. Quería jugar por primera vez con su gente, ya que nunca había vivido lo que era estar en la cancha en Primera división con público en las tribunas, pero no pudo.
Pero recibió llamados de todo el plantel de Peñarol y en especial de su amigo Agustín “Canario” Álvarez Martínez y del capitán, Walter Gargano.
Gargano habló mucho con él, lo tranquilizó y fue un psicólogo más que se unió a la psicóloga que lo atiende normalmente.
Otro que lo llamó y fue su compañero hasta hace unos meses, fue Fabián “Lolo” Estoyanoff.
El Lolo fue uno de los que le pidió para tomarse una selfie en el Palco Oficial del Estadio Campeón del Siglo la noche contra Sporting Cristal, aquella que no pudo jugar.
Pero también recibió mensajes y llamados de hinchas de Nacional a los que él no conoce, apoyándolo en este momento, lo que le causó no solo una gran sorpresa, sino también alegría, según comentó a Referí un allegado al club.
Ya el lunes, su padre Jorge había anunciado que se encontraba “un poco mejor y la lesión cada vez le duele menos”.
Según reveló otra fuente a Referí, desde el domingo se instalaron fisioterapeutas en la casa de Facundo y con un aparato y cada dos horas, le pasaban frío y calor en la zona lesionada.
Eso llevó a una rápida evolución que hizo que la zona de deshinchara totalmente.
El miércoles, como informó Referí, el futbolista trotó y realizó algunos piques sin exigirse demasiado y sin sentir dolor.
El hematoma que presentaba en la zona, ya no lo tiene más y según confiaron fuentes del club a Referí, Torres está en la lista de concentrados para el clásico que dio a conocer este viernes el técnico Mauricio Larriera. Seguramente irá al banco de suplentes y jugará Valentín Rodríguez en su lugar.
El jueves pateó la pelota y realizó otros movimientos, en tanto que este viernes, pateó con fuerza al arco y no le dolió nada.
Este sábado será exigido aún más para ver si responde bien a dicha exigencia, como para estar en el banco.
¿Por qué quiere estar Torres en este clásico? “Porque sabe que es su último clásico. Hay equipos interesados en contratarlo del exterior ya a fin de año”, admitió una de las fuentes consultadas por Referí.
¿De dónde son las ofertas? Hay dos de Estados Unidos y tres de Europa. Los clubes que lo siguen de cerca con Atlético de Madrid, Internazionale de Milán y Juventus.
Ante semejante panorama a un futuro muy próximo, Torres quería estar sí o sí el domingo contra Nacional. Y seguramente esté, aunque al principio sea seguramente desde el banco.
Pero aquella frase “quería jugar el clásico pero no voy a poder”, del domingo pasado a la mañana, se la llevó el viento, el mismo que cambió en una semana de mucho trabajo y sacrificio -no solo del futbolista, sino de la sanidad del club que trabajó a destajo para intentar ponerlo a punto lo antes posible- para que viva este presente.
Fue una semana que pasó volando y desde el martes, cuando se sintió mejor, el semblante de Facundo cambió positivamente, coincidieron todas las fuentes consultadas. Se lo vio como de costumbre, con una sonrisa, varias bromas y sumando para el grupo en Los Aromos.
En tiempo récord, el futbolista se recompuso y si bien no está 100%, logrará acompañar desde la cancha a sus compañeros en el clásico y, si se da, podrá jugar parte del segundo tiempo.
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