La jueza María Helena Mainard ha quedado en el ojo de la tormenta. En pocas semanas ha tomado decisiones que la han enfrentado con el Ministerio del Interior, y el ministro Luis Alberto Heber ha expresado su “molestia personal” con ella. Primero, por haberle otorgado prisión domiciliaria al narco Juan Antonio González Bica –quien terminó rompiendo la tobillera y huyendo-, y luego por hacer lugar a un reclamo de habeas corpus del peligroso delincuente Ricardito, Ricardo Cáceres, medio hermano del Betito.
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