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La cuarentena de Thiago: convivencia, neurociencia y el vecino manya que le prestó la bici

El delantero se enfoca en entrenar el cuerpo y la mente y prefiere no pensar en la vuelta ya que no hay nada concreto, si bien cree que el regreso será “un poco raro”
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15 de mayo de 2020 a las 05:01

En el día del 121° aniversario de Nacional, Thiago Vecino habló con Referí sobre cómo son sus días en estos dos meses de cuarentena, los que justo coincidieron con el inicio de la convivencia con su novia y en los que además de entrenar, ha realizado ejercicios mentales, lecturas y preparar Filosofía de 6°, la materia que le queda pendiente para terminar el liceo.

“Nos dijimos feliz cumpleaños por Zoom”, contó ante la consulta de cómo había sido el cumple tricolor en el contacto vía Zoom que tuvieron los jugadores, antes de comenzar la entrevista.

¿Cómo viene pasando la cuarentena?

Al principio comencé a entrenar en casa con lo que tenía a mano y después, cuando vi que iba para largo el encierro, armé un gimnasio chiquito en un cuarto que tenía libre. Un vecino me prestó una bici, y me compré pesas, conos para hacer en un espacio verde que tengo y tratar de seguir moviéndome en la medida de lo posible. Y entrenar solo, que es distinto al trabajo habitual. Trato de seguir manteniéndome en la parte física para el regreso, y trabajar en la coordinación mental de piernas.

El vecino que le prestó la bici debe ser bolso, supongo…

Sabés que no. Es manya. Es muy bien, muy copado, desde que llegué pegué buena onda con todos en el edificio. Y él me prestó la bici, la arreglé un poquito y me quedó bárbara para entrenar adentro. Estoy agradecido con todos ellos.

¿Cómo es entrenar vía Zoom? ¿Se adaptaron bien todos los jugadores, hubo algún blooper?

Está muy bueno el trabajo. Los profes planificaron todo muy bien. Entrenamos tres veces a la semana con Zoom y el resto nos mandan la planificación de lo que tenemos hacer, y el domingo es libre. Los cuatro profes que tenemos le han puesto unas ganas bárbaras para planificar. ¿Blooper? No, solo un día que al profe Félix (Martínez) se le zafó una goma elástica y le pegó, y que a Armando (Méndez) al principio le costaba con la cámara, pero después lo solucionó. Nos divertimos un poco con las cámaras antes de arrancar y charlamos algo después. Entrenar todos juntos lo hace más llevadero .

¿Salió a entrenar al aire libre ahora que está permitido?

Sí, ahora que se puede salir un poco más, he salido a trotar con las precauciones lógicas que tenemos que tener todos, en lugares que no haya gente y cerca de casa.

¿Recuerda los partidos del arranque de temporada o ya quedó olvidado?

Recuerdo, sí. Cuando tuve tiempo libre traté de mirar los partidos y analizar cómo había hecho mi función. El encargado de video me hizo un compacto que también me sirvió para analizar y tratar de mejorar en este tiempo que estamos más holgados para mirar otras cosas, para observar y no cometer luego los mismos errores. Siempre tratando de progresar.

¿Ha podido trabajar con pelota?

Sí, pero solo. Eludo conos. Donde vivo tengo un espacio verde y trato de hacer algún trabajo de coordinación y reacción. Mi novia me ayuda y mantengo esa valencia para que estén bien prendidas todas las luces.

¿Y los vecinos miran su entrenamiento?

No, no. Han visto alguna vez, pero no se ponen a mirar.

¿Cómo se imagina la vuelta del fútbol?

Hay que ver. Son todas especulaciones. Como la fecha de vuelta, cómo se va hacer, dónde se va a jugar… Todos los días cambian, un día dicen una cosa y otro día otra. Va a ser un poco raro. Va a haber que mantener los cuidados sanitarios que están pidiendo porque esto no se va a ir de un día para el otro. De a poquito el país va volviendo a la normalidad y la gente necesita eso, siendo conscientes de la situación que vivimos, pero tratando de hacerlo bien.

No sé cómo me imagino la vuelta. Se dicen tantas cosas que prefiero tratar de mentalizarme en entrenar, aprovechar este tiempo para entrenar más, dos veces por día, ponerme fuerte, y tratar de volver mejor de lo que estaba antes.

¿Va a ver algún partido de la Bundesliga este fin de semana?

Sí, si es lo único que hay... voy a estar prendido, expectante de ver fútbol en vivo.

¿Tiene algún equipo o jugador favorito del fútbol alemán?

Lewandowski, de Bayern. Un goleador nato. Me gustan las características de su juego.

¿Además de lo físico, han tenido apoyo motivacional del club?

Sí, tuvimos charlas con el psicólogo, con la nutricionista, con los médicos. En esa parte Nacional está organizado y nos plantean actividades todo el tiempo para mantener las rutinas de antes y no perder de foco que hay que volver de igual manera o incluso mejor de lo que estábamos antes.

¿Aprovechó el tiempo en esta cuarentena para realizar otra actividad?

Sí, me agarró en la mudanza y tuve que encarar. Mi novia es buena para la cocina pero en algún momento tuve que cocinar yo, limpiar los pisos, la losa, nos dividimos las tareas. Colgar la ropa. Cosas que hacía la Vieja antes… Ahora que nos independizamos hay que ser responsable y tener la casa en orden.

¿Arrancó la convivencia en pareja justo con la cuarentena?

Sí, estábamos juntos hace muchos años y ahora nos pudimos independizar. Y fue justo ahí, tras el partido con Mérida, que pasó todo esto y nos quedamos encerrados. Nos habíamos mudado el martes.

¿Es una prueba importante?

Sí, todo el mundo me lo dice (risas). Es la prueba de fuego. Pero nos conocemos, nos llevamos muy bien hace muchos años.

¿Leyó algo en estos días?

Estuve leyendo “El juego interior del tenis”. Un vecino me prestó “Once anillos”, sobre Phil Jackson, que lo estoy para arrancar. Tengo también “Mente fría, corazón caliente”, que lo compré en la cuarentena, y “Ágilmente”. Son los libros que tengo para terminar. Y justo aproveché que me quedaba una materia de liceo, Filosofía de 6°, y la estoy cursando online. También estoy entrenando bastante, quizás más tiempo que en la rutina habitual. Trato de trabajar la mente. Entrenar solo a veces cuesta un poco más pero te desarrolla otra faceta que es la cabeza, que es tan importante para el deporte y la vida.

Muchos de sus libros son sobre la mente y de neurociencia, ¿le interesa el tema?

Sí, “El juego interior del tenis” habla del tenis pero trata todos los temas. "Ágilmente" es el de Estanislao Bachrach (neurobiólogo argentino que trabajó en River Plate y con otros deportistas). He hecho algunos ejercicios de coordinación con pelota, que me lo pasó el psicólogo, basados en neurociencia, tratando de mejorar esa faceta y haciendo hincapié en eso, que hay que tener despierta a la mente en este período. Los que laburan en eso es la gente de River argentino, (Marcelo) Gallardo comentó que tienen una profesional que trabaja en eso con los jugadores y ha ayudado en los títulos que han ganado. Es importantísimo, está bueno trabajarlo porque mejoras, te sentís distinto después. Hay muchos ejercicios e hice algunos. Parecen pavadas, pero te cuestan y trabajás pila.

¿Hizo ejercicios de visualizaciones?

De visualizaciones hace un tiempo con la psicóloga Verónica Tute, que trabaja en las juveniles de Nacional, y hacíamos ese trabajo grupalmente. Y me gusta mucho ese tema, escuchar, leer, ver charlas. Y tratar de aprender de ahí. Porque todo sirve. Me ha tocado vivir situaciones que las visualizó y después me toca conseguirlas y lograrlas. Está todo relacionado con la cabeza y cómo se siente el cuerpo, todas las órdenes se mandan desde arriba.

En el aniversario de Nacional, ¿qué recuerdos tiene entre sus preferidos?

Estoy hace más de la mitad de mi vida en Nacional, once años. Tengo 21, llegué a los 9. Llevo una vida acá adentro y soy hincha de niño, mucho antes de que tuviera consciencia y que iba a la cancha con mi viejo. Y los partidos que recuerdo son el del gol del Chino (Recoba, de tiro libre a Migliore), que creo que todos los recordamos. Los tres goles del Grillito (Gustavo Bizcayzacú), que el otro día vi la repetición y le mandé un mensaje. Son partidos que te quedan marcados, que como hincha te dan ganas de estar adentro de la cancha y viviéndolos.

¿Y de su carrera, si bien recién comienza en el profesionalismo, cuáles son sus momentos especiales?

Lo del año pasado, la final, salir campeón, dar la vuelta. También la final de la Libertadores (sub 20) con estadio lleno, dar la vuelta, la gente, treparse al alambrado… Son cosas que, como hincha, poder vivirlas dentro de la cancha, no tienen precio. Las disfruté mucho y a medida que pasa el tiempo uno las disfruta al recordarlas y te dan ganas de vivirla de nuevo. Y sin duda que se extraña. Yo sueño todo el tiempo y juego al fútbol para eso, divertirme, soñar, y tratar de ganar todo lo que juegue. Y hoy en día en Nacional, que lo hago con amor de verdad, que no es solo un trabajo, lo disfruto aún más.

Jugar contra los amigos de papá
Thiago Vecino es hijo del exfutbolista Servando Vecino, “el Carita”, de quien tiene algunos recuerdos de haberlo visto jugar ya en sus últimos años, cuando estaba en el fútbol maragato. “Papá se retiró en el 2000 y yo nací en 1999. Solo viví la etapa del interior, cuando él jugaba en Río Negro de San José, pero era muy chico”. “Luego, cuando se juntaban, yo iba a los asados y comidas que hacía con sus compañeros. Y a veces me comunico con sus compañeros del interior que me conocen desde chiquito y me mandan saludos”, agregó. “Y quizás el más conocido es Richard Pellejero, con quien mi padre tiene amistad, hacen comidas de fin de año. Ellos son del Cerro y yo me crié allá. Con Richard tengo contacto e incluso cambiamos camiseta en el partido que jugamos con Cerro en el Parque”.
La complicada promesa a San Cono
Tras ganar el último Uruguayo, Thiago cumplió su promesa junto al preparador físico Nicolás Maidana: ir hasta San Cono en bicicletas, 100 kilómetros desde Montevideo a Florida. “Estuvo picante”, contó. “Le tuvimos que meter una cabeza bárbara con Nico porque tuvimos varias dificultades. Se nos pinchó la bici tres veces, a mi dos y a él una. Tuvimos que cambiar, ver las cubiertas. Nos habían explicado el día anterior los de Bicimundo que nos prestaron la bici. Pero no habíamos tenido la experiencia. Y cuando lo vivís y estás solo en la ruta, es distinto. Yo nunca anduve en bici, 30 minutos como mucho. Mi padre sí es de la bici, pero yo no. Y meter esos kilómetros, la verdad que llegamos bastante destruidos, pero cumplimos la promesa”.

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