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6 de julio 2024 - 5:00hs

Como un déjà vu de aquella noche de hace cinco años en la que todos vimos a un errático Daniel Martínez, esta vez tuvimos a un Delgado ganador que no se mostró como tal y a un Orsi que hizo todo bien y logró cohesionar al Frente Amplio tras una excelente votación para la oposición, como lo había hecho Lacalle Pou en 2019.

Lo que pasó en la noche del 30 se acentuó en los días posteriores. Mientras Delgado se pasó la semana dando explicaciones sobre su decisión de cerrar la fórmula con Ripoll, Orsi no dio entrevistas pero se mostró como el candidato unificador de la izquierda al aparecer sonriente junto a Cosse en un par de reuniones a las que asistió en la sede del Frente Amplio, e hizo unos movimientos rápidos antes de irse de vacaciones al designar a un peso político como jefe de su campaña, como es Alejandro "Pacha" Sánchez.

Ahora se abre una nueva etapa en la que todos tendrán que reacomodarse, barajar y dar de nuevo y prepararse para lo que viene, y con eso cerraré este EnClave electoral.

Se revirtió el escenario de 2019 y un triunfo que el FA construyó en cinco años

El Frente Amplio fue el ganador de la noche. No sólo logró la mejor votación desde 2004 llegando a los 411.000 votos, con la que superó la meta que se había autoimpuesto, sino que demostró que volvió a conquistar a la militancia que venía de una anterior elección desencantada en la que había mostrado la más baja adhesión y a los sectores con más peso cayendo.

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También se revirtieron los papeles entre el Partido Nacional y el FA en la designación de la fórmula. Así como en 2019 Lacalle Pou había logrado sorprender con la designación rápida de Beatriz Argimón sellando una fórmula paritaria y con una figura que generó gran aceptación, la sorpresa de Delgado con Valeria Ripoll generó conmoción, resistencia y hasta rechazo en filas herreristas que esperaban que eligiera a Raffo pese a que votó peor de lo esperado (quedó en 19,2% de los votos mientras que Delgado obtuvo el 74,4%).

En tanto, la foto de esa noche fue bien distinta en Colonia y Ejido. No hubo sorpresa porque ya estaba hablado que el perdedor iría de vice pero en menos de hora y media después de conocidos los resultados en los que Orsi le sacó más de 20 puntos de ventaja a Cosse, ambos se abrazaban en el escenario y pasaron un mensaje breve contundente y triunfalista.

Antes de hablar Orsi le dio la palabra a su vice que pese a ser derrotada por segunda vez en una interna puso su mejor sonrisa y dijo unas breves palabras: “Vamos a volver. Hoy el FA empezó a volver y a partir de mañana con todo”. “Hay que seguir siempre. Gracias a todos”. Luego cerró Orsi con un discurso claro con lo que demostró que su estrategia de apostar a octubre le había salido bien, como te contó Ramiro Pisabarro en su nota de esa noche.

Otro contraste imposible de no recordar ese el del actual presidente del FA Fernando Pereira con su antecesor. Mientras que en 2019 Javier Miranda rehuyó de la autocrítica y casi que culpó a los militantes por el resultado, el rol de Pereira fue clave en el éxito frenteamplista. Fue un gran articulador para lograr que la fórmula estuviera resuelta de antemano pero también tuvo el mérito de haber salido a escuchar a la militancia para recuperarla, con el programa El Frente te escucha y con la reapertura de comités en todos el país.

Mientras que en la sede del FA se respiraba triunfalismo y alegría, en la plaza Matriz se veían caras largas, sonrisas forzadas y a un ganador incómodo. Su cara y el tono de su voz no eran el de alguien que busca posicionarse como líder del oficialismo para lograr que el resto de la coalición se quiera encolumnar detrás suyo, como lo había logrado Lacalle en 2019.

Álvaro Delgado, Laura Raffo
Álvaro Delgado, Laura Raffo

Álvaro Delgado, Laura Raffo

Comparando con esa noche de cinco años atrás, se puede decir que cometió casi los mismos errores que Martinez. Demoró hasta la medianoche para hablarle a la militancia. Cuando Delgado dio la noticia sobre Ripoll que Santi Soravilla y Diego Cayota habían adelantado en El Observador, su porte no era el de un dirigente convencido de su decisión, a lo que encima se sumaron los abucheos y silbidos de parte de militantes herreristas.

Además en los días posteriores debió destinar las energias a defender su decisión (tuvo que explicar el chiste) en lugar de dedicarlos a articular con los otros sectores del partido a los que deberá aglutinar para la campaña hacia octubre, lo cual lo hace salir a la carrera hacia octubre desde más atrás que su principal competidor.

Dio no menos de cuatro entrevistas en conjunto con Valeria Ripoll en las que argumentó a favor de las condiciones de la exsindicalista como vice y la reunión con Raffo llegó recién en la tarde noche de este jueves, la última que dio el candidato antes de irse de vacaciones, mientras que con Jorge Gandini solo mantuvo una charla telefónica. Es notorio que la herida que dejó la decisión del candidato sigue abierta. Y si bien varios dirigentes blancos empezaron a acomodar el cuerpo y a mostrar que le darán la carta de confianza que Delgado pidió, queda mucho por zurcir hacia adentro, como explicó Santi Soravilla en la nota en la que reporto sobre el encuentro con Rafflo.

Lo que se viene

La carrera hacia octubre ya largó. La fórmula opositora es potente y parte con ventaja en este nuevo tramo pero no se puede decir nada concluyente. También tendrá que sortear algunos escollos: el fantasma de las dos conducciones económicas que desde el oficialismo ya empezaron a agitar luego de que quien suena como ministro de Economia, Gabriel Oddone, recibiera críticas desde dentro y el tema del plebiscito por la seguridad social con el que los sectores que mejor votaron están en contra y sobre el que Cosse sigue sin pronunciarse. Será un tema incómodo que el oficialismo se encargará de poner en agenda.

Además llegó el momento de que Orsi, que hasta junio no propuso ideas, diga que va a hacer si es presidente y muestre a sus equipos. En ese esecenario tendrá que negociar con su vice y los sectores que la apoyaron.

También queda rondando la pregunta de cuánto más podría crecer el Frente Amplio de cara a octubre, si llegó a su techo o tiene más espacio.

Del otro lado, el sorpresivo tándem Delgado Ripoll tendrá que lograr superar el archivo sobre la exsindicalista comunista y empezar a mostrar algo más. La gran pregunta que queda es si el Partido Nacional logrará pescar fuera de la pecera blanca, como se propuso Delgado al elegirla, si los votantes que no son nacionalistas y en 2019 le dieron un voto de confianza a Lacalle Pou se sentirán atraídos por esta nueva candidatura.

Además en un escenario en el que Delgado no es el líder de su partido tendrá que empezar a construirlo para mostrarse como un candidato capaz de retener el gobierno de coalición. Al pedirle a Lacalle Pou que encabece las listas al Senado pretendió mostrar su cercanía con el presidente y morder algo de ese liderazgo.

Se sumarán también los otros actores de la coalición que tienen la meta de posicionarse de cara a octubre: Andrés Ojeda, candidato colorado y Guido Manini Ríos, cuyo partido Cabildo Abierto cayó en popularidad después de la sorpresa que había sido en 2019, aunque el hecho de no tener competencia le pudo haber jugado en contra.

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Ojeda, que el lunes selló su fórmula con Roberto Silva por ser el segundo más votado entre los colorados, ya esbozó cuales serán sus lineamientos hacia octubre: lograr que el FA no gane y en ese sentido arrimarle votos a la coalición pero fue incluso más allá al lanzar como escenario "de máxima" ganarle a Delgado. Parece difícil ya que el Partido Colorado tuvo la votación más baja de la historia (apenas superó los 100.000 votos y Ojeda, el más votado, tuvo menos votos que Laura Raffo). Sin embargo, cuenta con algunos atributos que ya le dieron rédito: es una cara conocida, es combativo, tiene conocimientos sobre seguridad, un tema muy sensible y que ahora cobrará mayor protagonismo.

El candidato cree incluso que la fórmula del Partido Nacional le puede traer votos desencantados y que puede sacar ventaja de la elección por Ripoll. Este viernes hizo una primera movida al sumar a la primera escindida del Partido Nacional por ese motivo, la exfiscal Gabriela Fossati, quien se sumó a filas coloradas para apoyar a Ojeda bajo el argumento de que no puede "participar en un espacio que viró hacia la izquierda".

Tengo mis dudas sobre que Fossati le pueda aportar muchos votos a Ojeda. A Raffo no le aportó mucho ya que no pudo salir del archivo sobre el caso Astesiano. En ese sentido hay que separarla de otro exfiscal, Gustavo Zubía, quien ya estuvo todo el período en el Parlamento y demostró tener un caudal de votos propio que sí le arrimó a Ojeda al bajarse de su candidatura. De todo modos, puede funcionar como golpe de efecto y estrategia para que Ojeda se muestre como una alternativa dentro de la coalición.

El partido ya empezó pero en las jugadas y en los movimientos de cada jugador, que aún están por verse, estarán las sorpresas de acá a octubre. Hay que comprar pop y mirarlo.

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