¿Hay mejor manera de ser campeón? En la última, cuando ya ho hay revancha. En el clásico. De atrás, después de perder de forma muy similar la anterior cuando ya se probaba a corona.
Se tuvieron fe los gordos, pidieron scrum en un penal cuando la lógica decía ir al line y maul. Y el scrum azulgrana se lo llevó puesto al azul y consiguió penalty try. Como se lo llevó puesto en los últimos 10 minutos, cuando lo tenía casi perdido con el 20-8 a los 68. Porque si hay que ser sincero, Old Christians dominó buena parte del partido. Dentro de un trámite parejo, jugó más tiempo en campo rival, tuvo más la pelota, tuvo las opciones más claras.
Pero las finales duran 80 minutos. Y en esos 10 minutos Old Boys lo fue a buscar como pudo. Sin claridad, con mucha entrega. Parecido a como remontó la final del Clausura. Y tuvo su premio con ese scrum en el que no dudaron
Old Boys lo ganó con el corazón. Con el Corazón del León de su bandera.
Fue una final cerrada, pareja, donde las defensas dominaron. Old Christians propuso más juego, fue más vertical, pero solía encontrarse una defensa que, antes de elentecer, generaba robos o penales. Con eso forzaba al azul a ser más veloz de manos, apostar a offloads y generar pelotas al suelo. En la única que tuvo velocidad de los apoyos para limpiar, y que la pelota agarró ritmo, llegó el try de Del Cerro, el único del primer tiempo, para el 7-0.
Old Boys estuvo mucho menos dentro de las 22 que su rival. Pero tuvo la virtud de mantenerse en partido con el try del 5-7, de Alfonso Cat tras pase de Plottier, luego de agarrar un kick cruzado de Figueroa, en otro momento donde a Old Boys se le complicaba encontrar los caminos. Otra patada del apertura le permitió ponerse a tiro 10-8.
Por desgaste, el azul sumaba juego en las 22 rivales, hasta que llegó el try de maul para irse 17-8, y un nuevo penal para ampliar 20-8. Sin lucir, el azul hacía lo que debía para dominar la final.
Pero se apagó. Un poco proque los cambios no lograron mantener la intensidad, otro porque con Old Boys pasó lo contrario y, perdido por perdido, lo fue a buscar. No fue volumen, no fue una avalancha de rugby. Fue corazón. Primero con un quiebre de Civetta que ganó 30 metros, luego un par de pick and go uy Pérez Noble jugándosela en el uno a uno para el try del 20-15. El azulgrana estaba vivo.
Como si se diera cuenta que había estado casi muerto y había sobrevivido, El león lo fue a buscar liviano de equipaje en el final. Se fajó a pick and go, a contactos duros. Consiguió un par de ventajas, mientras ya se veía que estaba arriba anímicamente que su rival en ese cierre. Y cuando hubo que decidir, los forwards le dijeron al capitán: es por acá. Fue el scrum, fue el convencimiento. Fue el no bajar los brazos en una noche en la que todo se perfilaba para perder. Fue el corazón del León, el que le dio a Old Boys uno de los títulos más disfrutables de su historia.