¿Qué puede esperar la gente que vaya a estos conciertos? Y si hay algo que destacás o que te guste más de venir a Uruguay, de venir a tocar frente al público uruguayo.
Voy a esperar el recibimiento de siempre del público uruguayo, que realmente siempre fue muy bueno. Tengo mi público allá también y público también ávido de escuchar las canciones.
Es un encuentro musical y voy a estar sumando algunas canciones que no toqué la última vez, pero la gente que compra tickets y todo va a escuchar las canciones de siempre, las que para ellos son importantes, parte de su vida, las que para ellos son nostalgia, y todos confluyen en un público que te conoce también hace tiempo y público que te está descubriendo.
Nunca tuve un público de nicho, tuve un público que fue muy diverso. No fue todo muy de una cierta clase social o de un cierto pensamiento, siempre mi público fue muy amplio, y hay que cantar para un público diverso también.
¿Ya tenés dominado ese equilibrio entre lo viejo y lo nuevo en cuanto al repertorio?
Sí, porque el común denominador es mi voz, y por más que presente canciones nuevas y toque los clásicos, todo se va amalgamando.
Yo no dejo de lado tampoco esas canciones que mucha gente quiere escuchar, los clásicos, no me mando a hacer un show inédito, porque sería contraproducente, porque la gente también cuando saca su ticket quiere ir a escuchar esas canciones que los movilizan. Como pasa con cualquier banda, los Rolling Stones siguen tocando Satisfaction (risas).
Cuando uno arma una lista de canciones, trata de no dejar mucho afuera porque son muchos años también, son casi 40 años, hay muchos discos de por medio, hay muchas canciones de por medio. Trato siempre que no sean shows muy extensos, shows de una hora y media. Y con toda la carne al asador, ¿viste?
¿Cómo se logra tener un público que no es de nicho en un género que es bastante de nicho?
Hay un conjunto de muchas cosas, de muchos factores. Yo creo que tuve suerte. Está buenísimo tener público amplio también… pueden terminar siendo fans, ultrafans, o a lo mejor eran público golondrina, que les gustó tal o cual canción y van a verte.
A lo mejor al principio pensás que suena una canción tuya y ya llegaste, o ya estás instalado, pero yo creo que lo que te hace crecer es como las plantas o los árboles, son las raíces que te mantienen firme en el tiempo. Una pequeña plantita con pequeñas raíces está bien, está creciendo, pero el viento puede venir y llevarse la puesta. Yo tengo un árbol más grande, es más difícil.
Implica mucho también tu forma de ser, yo soy un tipo que siempre fui bastante simple, no tuve demasiadas extravagancias ni situaciones policiales (risas), o una situación que te haga trascender. No hay una respuesta clara pero hay un poco de muchas cosas.
En una entrevista dijiste “hay que llegar a ser dinosaurio”, ¿qué implica?
A veces hay gente que dice “no, estos músicos son viejos”, o “yo no escucho eso porque es de viejos”, y me parece una forma de expresarse un poco extraña, ¿no? Porque la música vieja fue lo que cimentó o lo que hizo crecer a las generaciones que vinieron después. Entonces dicen “no, ya son todos viejos, como dinosaurios". Bueno, pero tenés que llegar a ser un dinosaurio, ¿no?.
La música antes era el demonio, ¿no? Ser músico no estaba bien visto, era una cosa complicada. Hoy hay muchos chicos que están beneficiados por la tecnología, la forma de poder comunicar su música.
No había plataformas digitales para subir tu música, tenías que tener una compañía discográfica sí o sí para que te para que te difunda, que te pague los discos, no podías hacerlo vos por tus propios medios, o sea, hoy por hoy están beneficiados al cien por cien muchos de los que quieren plantear hacer música. Hay que ser dinosaurio, hay que llegar a dinosaurio, es la categoría diamante (risas).
¿Cómo te llevás con las redes?
Las redes sociales son un tren bala. Vos sí o sí tenés que, para cualquier cosa que hagas, tenés que tener una red social o personal, y cada red tiene su personalidad. Yo hoy por hoy, pongo x artista en una plataforma digital de música y a lo mejor de ese tipo de artistas me da referencia de otros que me pueden llegar a gustar, ¿entendés? Entonces vas indagando y te van apareciendo artistas que a lo mejor en su propio país no los conocen.
Para mí es positivo, o sea, obviamente que hay cosas de mierda también, ¿no? Pero vos no le vas a echar la culpa al vino por el vino mismo, o sea, si te gusta tomar un vasito es una cosa y te gusta tomar dos botellas es otra. Y si te vas a andar haciendo mala sangre por cada cosa que ves es otra.
Para mí es una herramienta re fuerte. Mantengo también a mi público en cada país. Los tengo informados, los tengo noticiados. Escuchan cosas nuevas. Yo cuando llego a tal o cual a tocar están informados. Es un tren bala. Ahora falta la teletransportación.
¿La teletransportación?
La ecuación es así. Estoy menos tiempo arriba del escenario que lo que tardo en viajar. Claro. Porque en el escenario estás una hora y media, dos horas, y viajar a tal o cual país, tenés la hora de viaje, la hora de aeropuerto, las tres horas de espera, fue muchísimo más el llegar que el estar. Entonces la teletransportación sería buenísima.
Ahora, no sé, con el cuerpo de quien llegaré o con la voz de quien llegaré (risas), para mí todo lo que haya nuevo yo lo trato de adquirir porque sé que es una herramienta y sé que va a funcionar para comunicar.
¿Cómo ves la escena del reggae en la actualidad?
El reggae tiene sus cuestiones musicales, ahora está habiendo más bandas que se dedican más al reggae que al mensaje consciente, o al mensaje religioso. Antes se criticaba que sean muy a lo jamaiquino, a lo religioso jamaiquino, y creo que esas cosas se están abriendo un poco más.
Se están abriendo hace un tiempo a la canción, a la canción de las cosas que nos pasan a todos, más allá de cuestiones que son un poco más lejanas. El contexto está mucho más amplio que lo que eran en los setenta, ochentas, noventas en Jamaica, que tenían más que ver con volver a la África, la lucha de los blancos, los negros.
El reggae es la música de Dios, es la música del universo, de alguien más alto, espiritualmente hablando. Para mí, tiene una vibración muy espiritual el reggae. Es una música muy simple, es un mantra constante.
¿Y no ves un contraste a veces en ese mantra, en esa música de Dios, con un mundo tan acelerado?
Mira, nosotros somos cuerpo y espíritu. Nuestro cuerpo va a quedar acá en la tierra y nuestro espíritu va a irse a algún lugar. Todo lo que pasa en el mundo está comandado por Dios. O sea, todo lo que sucede viene de él. Es lo que te tocó y te tocó por algo, para probar tal o cual cosa.
El mundo está acelerado, la gente siempre alimenta más el vestuario, alimentamos más la carcasa que el alma, entonces hay un desnivel muy grande de mucha gente. Estamos más alimentando siempre el estar bien, el mostrarnos lindos, en cosas que nos enaltezcan como ropas, nuevas tendencias.
Yo creo que en el mundo también pasa lo que está pasando, que todos están peleándose con el vecino, y todos no se están sintiendo bien o se sienten insatisfechos, por una cuestión también de insatisfacción espiritual. Yo hace un tiempo también que necesitaba encontrarme espiritualmente y bueno, empezaron a disolverse ciertas cuestiones en las que me preocupaba y que ya ni me preocupan.