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14 de junio 2025 - 5:00hs

El príncipe de Arabia lo quería a él. Y la oferta estaba a la altura: cuarenta millones de euros por tres años de contrato para dirigir a la selección nacional y “manejar todo el fútbol” saudí. Dos veces lo vinieron a buscar. Las dos veces, Óscar Tabárez les dijo que no. Porque irse era resignar el proyecto de su vida.

El proyecto era la selección uruguaya y la coordinación del plan nacional (el famoso “proceso”) que instauró en 2006 y que en el momento en el que lo vinieron a buscar desde Oriente estaba tanto en uno de sus picos – el cuarto puesto en el Mundial 2010 había reconciliado como hacía mucho no pasaba a la selección con el público uruguayo y había devuelto al equipo a la primera línea del fútbol internacional, y la Copa América ganada en 2011 lo había reafirmado– como en un punto de quiebre, por una diferencia contractual entre el entrenador y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

Pero más allá de dinero, Tabárez no se quería ir porque estaba en el que ahora reconoce como “su lugar en el mundo”.

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Así lo explica en Las puertas de la memoria, su autobiografía que acaba de publicarse y presentó en público este jueves: “No me refiero a que en algún momento haya pensado que la selección fuera de mi propiedad. Lo que quiero decir con esa expresión es que yo viví mi trabajo como entrenador del seleccionado con la intención de aportar mucho al fútbol uruguayo, a partir de una larga reflexión sobre qué era lo que necesitábamos para adaptarnos al nuevo mundo futbolístico, cuyo avance parecía habernos dejado atrás”.

Presentación del libro de Oscar Washington Tabárez

En defensa del "club de amigos"

A sus 78 años, ya retirado y cuatro años después del final de su longevo ciclo en la selección, que terminó con su despido en 2021 luego de una serie de malos resultados en las eliminatorias para el Mundial 2022, el maestro y entrenador repasa y ordena su vida en un libro que sirve tanto como un vistazo desde adentro a su carrera como a un compendio de ideas, reflexiones y valores.

El que llegue a la mesa de novedades de la librería buscando revelaciones inéditas, chismes jugosos, polémicas, pases de facturas o confesiones de algún tipo, no lo tendrá en este libro (hay muy buenas historias y secretos sobre su período en la selección en el libro Maestro, el legado de Tabárez, de Luis Inzaurralde y Jorge Señorans). En todo caso, lo más cercano es cuando defiende aquella lógica del “club de amigos” con la que se criticaba a su selección, y que acá reafirma fue la clave de su etapa allí.

AME5631. MONTEVIDEO (URUGUAY), 12/06/2025.- El exseleccionador de Uruguay, Óscar Washington Tabárez (c), y parte de los jugadores y cuerpo técnico de la selección uruguaya del mundial Sudafrica 2010, posan durante la presentación del libro 'Las puertas de
El exseleccionador de Uruguay, Óscar Washington Tabárez (c), y parte de los jugadores y cuerpo técnico de la selección uruguaya del mundial Sudafrica 2010, posan durante la presentación del libro 'Las puertas de la memoria', este jueves

El exseleccionador de Uruguay, Óscar Washington Tabárez (c), y parte de los jugadores y cuerpo técnico de la selección uruguaya del mundial Sudafrica 2010, posan durante la presentación del libro 'Las puertas de la memoria', este jueves

No hay en estas algo más de 200 páginas referencias a su despido de la selección, al caso de su empleada doméstica, a sus enfrentamientos con algunas figuras del periodismo deportivo vernáculo, y solo algunos entretelones de vestuario, como la vez que dejó mudo al plantel de la selección cuando apeló a un lenguaje más soez que de costumbre para llamar al orden a un Luis Suárez muy protestón en el entretiempo de la final de la Copa América 2011.

Pero Las puertas de la memoria funciona como un gran complemento para otros libros que ya se han editado, por un lado por contar con el relato en primera persona del entrenador, y por otro, por ser la mejor forma de entender su pensamiento, conocer cómo fue su formación y conocer de primera mano los puntos clave de la filosofía con la que condujo sus proyectos deportivos, sobre todo el de la selección, pero también los que llevó adelante en Peñarol, Boca y los clubes italianos Cagliari y Milan.

Este es un libro de fútbol, sí, pero es también un compendio de referencias a películas, canciones, libros, pensadores y demás influencias que el entrenador tomó para moldear su pensamiento y su filosofía de trabajo, que polémicas deportivas aparte, no se puede negar que trajo una etapa de relativa estabilidad y solidez a la selección luego de décadas de vaivenes.

Los maestros del Maestro

Presentación del libro de Oscar Washington Tabárez

A veces no hay que buscar mucho: en la infancia y en la adolescencia está todo. En el caso de Óscar Tabárez, todo lo que resume su trayectoria estaba en esa etapa: el fútbol –en el barrio primero, en el fútbol juvenil después, más tarde en el profesional—, las visitas a la Biblioteca Nacional o a las librerías del centro donde las ediciones de bolsillo y los libros soviéticos fueron alimentando un perfil poco común en el deporte.

La perspectiva del libro es la de que el autor es hijo de un tiempo que unos cuantos uruguayos añoran pero ya no existe, la de los niños jugando en la calle, la de la escuela pública como semillero intelectual y gran igualador social, la de los futbolistas que tenían que encontrar además algún otro trabajo para subsistir y alimentar a la familia, salvo que jugaran en alguno de los dos grandes.

En lo que funciona bien Las puertas de la memoria es en ilustrar el trasfondo ético, moral, ideológico (no faltan referencias al contexto político de los 60 y algunas menciones veladas pero claras a la cercanía a la izquierda de Tabárez) y filosófico del Maestro, que se piensa más como alguien capaz de liderar porque convence a los demás más que por imposición, y que tiene como pilares inamovibles la responsabilidad individual, el valor del trabajo colectivo y la importancia del respeto por encima de todo.

En esa línea de maestros hay, por supuesto, técnicos, dirigentes y exfutbolistas, incluyendo algunas leyendas del fútbol uruguayo. Una de las imágenes que abre el libro es una de las que resume de la mejor manera lo que tomó de hombres como Juan Schiaffino y Obdulio Varela.

La situación es así: un dirigente de Wanderers, donde jugaba en ese momento, lo invita a comer un asado, y de camino pasan a buscar al capitán de Maracaná. Apretados en la cabina de una camioneta, Varela le dice que cuando los jugadores que están en el exterior hablan de lo mucho que extrañan el país, en realidad extrañan la juventud que se fue.

Esa charla lo lleva a una revelación, que después incluso deriva en parte de las ideas que trató de plasmar en la selección: el pasado es útil y hay que visitarlo cada tanto, pero solo para traer lo valioso al presente y sumarle algo nuevo. La herencia y el legado como cadenas que no se pueden ni deben interrumpir, pero que también pueden resultar una losa pesadísima. De hecho, Tabárez llega a cuestionar el exceso de atención que se le da en Uruguay a ese pasado de gloria, y la presión disparatada de éxitos que termina generando para las menguadas posibilidades del fútbol local actual.

De la cábala de Sudáfrica al gran error de Italia 90: los relatos mundialistas de Óscar Tabárez en su autobiografía

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Maestro Tabárez
Maestro Tabárez

No todo es filosofía e ideas en este libro. Hay también algunos relatos vinculados a puntos clave de su carrera deportiva, primero como jugador, luego como entrenador, algunos ya conocidos, otros no tan recordados.

Ahí está por ejemplo la historia de la pelota intervenida por Carlos Páez Vilaró que fue llevada como amuleto por el plantel al Mundial de Sudáfrica, y que fue robada de la concentración antes del partido con Holanda en semifinales, que terminó con la eliminación de Uruguay. Uno de esos casos de creer o reventar.

O la explicación sobre la “decisión desastrosa” que terminó signando el camino de la selección en Italia 1990, el primer Mundial que Tabárez dirigió, la extenuante gira europea que el equipo celeste desarrolló entre abril de ese año y el inicio del torneo, un cambio estipulado por los dirigentes que impidió –según el entrenador– que los jugadores descansaran adecuadamente.

Más allá de anécdotas, de temas incluidos u omitidos y del agrado que se pueda tener (o no) por el estilo futbolístico pregonado por Óscar Washington Tabárez, el mayor mérito del libro está en el tono cercano y didáctico que logra para su narración, y el ritmo con el que esta historia es contada: de alguna manera es como escucharlo hablar, como si sentado en su casa, mirando al jardín, manos en el bastón, contara su historia a quién quiera oírla.

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